lunes, 7 de octubre de 2013

LUIS MANUEL AGUANA, OPOSICION CON FECHA DE VENCIMIENTO

El próximo 8 de Diciembre se vence el mandato de representatividad que le dimos los ciudadanos opositores en comicios internos a todos los candidatos que se escogieron en marzo del año 2012 para presentarse como candidatos a los puestos de Alcaldes. Se venció el 16 de Diciembre del año 2012 el mandato de representatividad que le dimos a los candidatos que fueron escogidos para presentarse para los puestos de Gobernador en todos los Estados; y finalmente el 7 de Octubre se habría vencido la representación que le dimos a Henrique Capriles para competir para el cargo de Presidente de la Republica, pero que la fuerza de los hechos y los designios de Dios le extendieron la oportunidad hasta el 14 de Abril del presente año.
La Mesa de la Unidad Democrática-MUD, como unión electoral que agrupa a los partidos políticos de la oposición, estableció las reglas para la escogencia de los candidatos arriba mencionados y le consultó al pueblo opositor el 12 de Marzo de 2012 en relación a quienes deseábamos nosotros que compitieran para conducir los destinos del país en los tres niveles: Presidente, Gobernadores y Alcaldes. Y la MUD hizo su trabajo.
Algunos venezolanos dentro de la oposición podrían considerar que el trabajo de la MUD ha sido bueno. Eso no es discutible. Cada quien tiene derecho a tener una opinión en relación al desempeño político de esta unión que detenta lo que he llamado la “franquicia opositora” en el país. De hecho algunos piensan que “eso es lo que hay” y que no debemos ni siquiera amenazarles con el pétalo de una rosa. Muchos venezolanos pensamos todo lo contrario, que la “franquicia opositora” lo ha hecho muy mal, no solo porque hemos perdido terreno frente al régimen-si acaso eso es posible-, sino porque esta se ha convertido su mejor “anillo de seguridad” electoral.
Detentando esa “franquicia opositora”, la MUD se atribuye la responsabilidad de establecer las estrategias de lucha en contra de este régimen, así como la de definir que respuestas dar como alianza de la oposición a las políticas públicas que el gobierno impone a los venezolanos.
Al darle nosotros, el pueblo opositor, la legitimidad a través de nuestros votos en unas elecciones primarias a los partidos políticos y personalidades presentadas en la MUD, sellamos nuestro endoso al aceptar que ELLOS nos representaran frente al gobierno.
Sin embargo, como dijimos al comienzo, eso tuvo y tiene una fecha de vencimiento. Ello agravado con la circunstancia de que una cosa es el vencimiento para representarnos al presentar un candidato a cualquier cargo de elección popular y otra muy diferente es que se atribuya la representación POLITICA de toda la Venezuela opositora sin nosotros haberle dado un solo voto para ello.
En una democracia NORMAL, no estuviéramos hablando de esto. Cada partido político tendría una representación de acuerdo a los votos que el pueblo les haya dado, pero ante el debilitamiento institucional de los partidos frente al “bulldozer” chavista, los partidos opositores se unieron para enfrentarlo, naciendo así la primera “unión” cristalizada en la Coordinadora Democrática, que condujo el proceso revocatorio intentado en contra del Presidente de la Republica.
En esa primera “unión” confluyeron todos los partidos opositores Y LA SOCIEDAD CIVIL ORGANIZADA. Desde militares en situación de retiro (FIM), pasando por las comunidades organizadas en Asambleas de Ciudadanos, sindicatos, ONGs de toda la sociedad civil, la Marina Mercante, hasta trabajadores organizados, despedidos de instituciones del Estado como PDVSA y Metro de Caracas, se dieron cita para unir su trabajo, voluntad y esfuerzo para un solo objetivo: REVOCAR A CHAVEZ.
Al no lograrse ese objetivo, la “unión” se deshizo, pero quedó la necesidad de los partidos políticos de permanecer unidos para dar las repuestas necesarias desde la oposición formal. Pero esa respuesta, que fue la conformación de una nueva “unión”, la MUD-, no contó con la opinión ni el trabajo del resto del PAIS OPOSITOR que no militamos en los partidos políticos.
No existe formalmente en la MUD ningún vaso comunicante con la sociedad civil que le de cuerpo colegiado a las decisiones que ellos toman en nuestra representación. En otras palabras, la MUD como unión de partidos, podrá tener una posición política-la de sus partidos-, en relación a lo que pasa en el país y como enfrentar a este régimen, pero de ninguna manera representa el sentimiento del resto de la sociedad opositora venezolana. Eso solo se obtiene con votos.
Con la coyuntura electoral la MUD obtuvo los votos, pero estos tuvieron fecha de vencimiento. A partir del 8D, la MUD deja de representarnos como oposición en Venezuela. Así de simple…
Ante ese hecho, la exigencia lógica de todos los opositores es la renovación de la representación de la oposición, esta vez congregada sobre una base ampliada que incorpore lo mismo que incluyo la primera vez que se realizó una “unión” opositora en Venezuela: A TODO EL MUNDO OPOSITOR. La dirigencia de esa nueva unión opositora debe ser elegida a través de un proceso electoral interno, que se renueve de una manera periódica. Esto debería ser así hasta que salgamos de este régimen.
De esta manera, se le daría un vuelco a definiciones como la electoral porque esa nueva unión decidiría nuestra mejor opción en relación a nuestros representantes técnicos ante el CNE, y decidiría si estamos enfrentando a un gobierno democrático o uno dictatorial, pero esta vez con el respaldo de todos los votos opositores. Decidiría de esa misma forma, con el respaldo de la mayoría opositora, si nos vamos o no nos vamos a la calle a protestar por algo que consideremos es lo suficientemente importante para movilizar al país (¿les suena conocido?).
Las elecciones del 8D marcarán el inicio de ese proceso de renovación de la oposición, no solo por el barranco que representarán los resultados tramposos del CNE, sino por la aceptación de una dirigencia opositora que no ha dicho “esta boca es mía” para exigir condiciones electorales para participar ni modificar en lo mas mínimo nuestra representación técnica ante el CNE después de todos las denuncias realizadas.
Por mas bien que le parezca a alguien que Henrique Capriles deba seguir siendo el “candidato eterno” y el “líder indiscutible” de la oposición, muchos creemos- sin disminuirle los meritos que tiene-, que luego de todo lo que ha pasado, eso debe disputárselo a otros porque hasta donde sabemos, su condición de candidato venció el 14 de abril de 2013 y su representación como líder de toda la oposición se la debe ganar de nuevo con votos en unas elecciones internas, pero esta vez SIN EL CNE.
Muchos venezolanos disentimos de la MUD y su manera de enfocar el problema opositor del país. Muchos creemos que este régimen debe ser definido ya como UNA DICTADURA de nuevo cuño y no como lo define la MUD: un mal gobierno que sale con elecciones en aproximaciones sucesivas.
Muchos creemos que debemos actuar de otra manera frente a la intervención cubana, más allá de decir que a los cubanos los quieren en “Barrio Adentro” y es “irritante” su presencia en los cuarteles, sin enfrentar el meollo de la situación castro-comunista. Y ante esas definiciones, las estrategias a aplicar desde el mundo opositor son muy diferentes, así como las actividades y las decisiones frente al régimen. Ya muchos nos convencimos que hace falta cambiar primero a quienes dirigen la oposición, para poder comenzar a salir de esta dictadura de nuevo cuño después…

luismanuel.aguana@gmail.com
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