domingo, 27 de octubre de 2013

LEONARDO MORALES P., JERARQUÍA ROJA EN ESTADO GENERAL DE SOSPECHA

La corrupción en la que se ha visto envuelta la estructura partidista y personeros del gobierno ha salpicado a todos los venezolanos. El hecho mismo de que funcionarios gubernamentales aparezcan indecorosamente envueltos en escándalos de corrupción implica que los dineros públicos, perteneciente a todos los venezolanos, caigan en cuentas destinadas para tal fin en países denominados “paraísos fiscales”. Dicho en otros términos, los dineros del país destinados a proveer un adecuado bienestar social son desviados hacia las cuentas de una nueva élite burguesa, roja rojita, en detrimento de la mayoría de los connacionales.
Hemos insistido en que la corrupción es un fenómeno que afecta exclusivamente a la estructura pública en la medida en que la burocracia hace uso de sus posiciones en la administración pública para hacerse ilegalmente de dineros al concertarse con empresarios en el otorgamiento de contratos y recepción de fondos por las gestiones realizadas.
Ha sido propio gobierno, con sus políticas de controles inadecuados y la voracidad de la nueva burocracia, la  generadora de una corrupción generalizada a todos los niveles de la administración pública. Las expectativas ya no se centran en los planes presentados, si acaso se presentan, o en las ejecutorias de obras para beneficio de la colectividad, sino en el sorprendente enriquecimiento económico de los funcionarios designados.
Observar a la nueva burguesía roja y a la oligarquía gobernante pasearse por la calles de la ciudad ostentando lujosos vehículos con su respectivos escoltas, en motos de altas cilindradas, para protegerse del hampa desatada; pero más aún verlos ostentar su grandeza económica en los bares y restaurantes del este Caracas es definitivamente irritante. Así se ha ido construyendo el Socialismo del Siglo XXI, no a la sombra sino a la luz de todos los ciudadanos de este país. La ética y la moral pasaron a convertirse en uno de esos conceptos en desuso que ahora dan paso a la rapiña inescrupulosa y a una concupiscencia galopante.
Lo más enervante no queda allí. El alto gobierno ante la colosal y escandalosa corrupción opta por convertir a todos los venezolanos en sospechosos. El alguna oportunidad un dirigente del oficialismo llegó a señalar que “todos estábamos en estado general de sospecha”, de modo que, en esta ocasión, para el gobierno todo aquel que pise las instalaciones del aeropuerto con la idea de viajar fuera del país es sospechoso de algún delito cambiario.
Así, los viajeros son sometidos a largas horas de espera y a revisiones denigrantes e insolentes por parte de las autoridades gubernamentales, mientras tanto, los grandes reyes de la orgía del cadivismo siguen su gran vida: el festín debe continuar.
Huyendo hacia adelante el gobierno salpica a todo venezolano calificándolo de potencial corrupto, los hostiga, amedrenta y amenaza, echando bajo la alfombra roja la verdadera y más alarmante corrupción que haya vivido el país. Los que se sometan a las directrices de algunos de los bandos, mafias, carteles o como prefiera llamársele, podrán disfrutar de la lenidad gubernamental.
La pretendida ley habilitante no será quien ponga orden en la desenfrenada corrupción que se observa, quizás, la propia revolución, asqueada por lo que se vive, coloque en estado general de sospecha a su propia jerarquía.
@leomoralesP

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.