Van a cumplirse 60 años de mi ingreso a lo
que llamamos “gloriosas Fuerzas Armadas de Venezuela”. Para el momento, el
difunto tenía 8 días de nacido, por lo que puedo hablar con confianza a mis
sucesores en portar el uniforme de esta Institución, que aun con el bodrio en
que la han convertido, sigue siendo la esperanza de un pueblo culto y
trabajador, que se siente atosigado por las malquerencias que han surgido de
algunos “militares”, desdoblados de próceres en “mequetrefes revolucionarios”,
que parecieran haber surgido de la “nada”, que representan e idolatran como un
“hada” sobrevenido de una trinchera enlodada por la barbarie, el oscurantismo y
la adversidad. Sin dudas, un equívoco virtual, que se coló en la mesmedad de un
ocaso sobrevenido.
Lamentablemente, en nombre de Bolívar y de la Patria. Sin
dudas, un paradigma errado, que tristemente se encumbró con la “boba” creencia
militar de la simbología, del honor y del sacrificio sin exposición a la
responsabilidad individual.
Es lo triste del concepto de disciplina
militar: asumir órdenes y obediencia ciega al extremo de la tosquedad, sin
percatarse el subalterno de lo enfermizo del mando, hasta llegar a la idolatría
fetichista de un personaje, que los embaucó a consciencia bajo la férula de un
mando ilegítimo, inseguro y hasta necio. Nosotros, que vivimos en momentos de
intolerancia bajo un mando militar, nunca sufrimos los males que hoy viven y
padecen todos los militares, engolosinados por el vaho que aún queda del
difunto. Da tristeza verlos rindiendo honores al canto del himno nacional y el
patria querida, como si elevaran al cielo una oración de perdón por haberse
confundido. Sin dudas, son muchas las estupideces, que más temprano que tarde
los avergonzarán.
¡Militares de la generación del futuro de la patria!, si no se han
percatado, más de la mitad de los venezolanos nos sentimos frustrados por sus
andanzas. Están ustedes asumiendo un rol de derrota que no les corresponde.
Chávez está muerto y jamás resucitará. Él dejó al país en la carraplana por
culpa de todos estos vividores autollamados “revolucionarios” que nos
gobiernan, y quieren que sean ustedes los que “remienden el capote”. La
creación de este bodrio “sapo” llamado “CEESPA” es la apertura desgraciada de
la guerra de militares contra civiles y militares que disientan con este
inacabado régimen. Es la forma más cruel, inelegante y torpe como Maduro quiere
gobernar con muletillas de soles, estrellas y caponas. Ojalá y no asuman
ustedes la tozudez incultura y arbitraria que quieren legarles los partidarios
del PSUV. Aténganse al 328 de la Constitución y a su conciencia de “hombres
útiles a la patria”. No defrauden a quienes con nuestro esfuerzo y vocación
militar, fuimos capaces de transformar esta Institución del “chopo e’ piedra”
al militar profesional universitario. Fuimos nosotros los que les dimos las
licenciaturas, las magistraturas, las escuelas de guerra, los cursos de Comando
y Estado Mayor, el IAEDEN; y los que propusimos la transformación a oficiales
técnicos. Fuimos nosotros los que propusimos y llevamos a la LOFAN la figura
del Tropa Profesional como intermedio entre el Conscripto y el Oficial. Fuimos nosotros
los que en 1976 creamos la seguridad social, inexistente para entonces, con
vacaciones que veían los tozudos chopo e´ piedra como la depravación de la
disciplina. Esa seguridad social, que hoy nos niegan a los que estamos en
retiro desde antes de las promociones “revolucionarias” (2004) y la disfrutamos
como un mendrugo ministerial implantado por García Carneiro y la promoción del
difunto. Esa LOFAN que hoy tenemos, no existió, sino con el nombre dado en
1958, hasta la reforma que le hicimos en 1983. Fue allí cuando incorporamos
como “Fuerzas a la Guardia Nacional y a la Aviación, dándole Misión al conjunto
y funciones a lo que hoy son los componentes. Allí incorporamos el capítulo de
la Educación Militar, dándole el rango universitario y se instauró el llamado
Plan Andrés Bello, que nos elevó el perfil educativo, luego distorsionado por
la bazofia que llamaron “nuevo pensamiento militar”, con el que embarraron la
“política militar” con la política partidista de un solo color, rancio ya, que
no sirve para nada.
Fuimos nosotros los que estuvimos al lado del
“polo” que adversó al comunismo y nos preparamos en la lucha que manejó el
“Tratado del Atlántico Norte” en la “Guerra Fría”, y a pesar de ello, dimos
nuestro aporte de armas y “un bolívar para la Sierra Maestra” como ayuda a
Fidel Castro en su lucha contra la dictadura de Baptista. Luego Castro nos pagó
enviando a sus milicianos mercenarios a matarnos, invadiendo nuestra “Patria”.
Hoy a ustedes les han lavado el cerebro con un “mar de la felicidad” y se
forman como “fieles servidores dictatoriales” en esa Cuba miserable.
No fue Chávez, ni estos vividores del PSUV,
quienes resaltaron la imagen institucional. Dense cuenta de la mediocridad de
los militares, que fuera de la Institución, están conduciendo a los mandos
militares a emprender odiseas salvadoras, que al final, los harán responsable
del fracaso ya visible.
eprieto@cantv.net
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