ADALBERTO ORTA, EL PAIS POSIBLE, GOTAS DE ALBORADA

         Todo ciudadano, anhela vivir en una sociedad  donde la justicia, el bien común  y las posibilidades de realización sean hechos tangibles.  

         En Venezuela también es factible el crecimiento y progreso de todos los hombres y mujeres que habitan en ella. Más allá, de lo que podamos pensar por la aguda crisis que estamos viviendo y el éxodo de brillantes  estudiantes, intelectuales y profesionales a otras regiones del mundo, lo cierto, es que este territorio donde Simón Bolívar sembró la estirpe libertaria, esta lleno de un inmenso caudal de ideas y sueños que efectivamente pueden materializarse. Lógicamente, depende en alto grado de lo que deseen hacer  sus ciudadanos con la patria. Independientemente de lo que pueda orientar y querer mantener aquellos que gobiernan el estado, pues las mayorías cuando están decididas a cambiar para mejorar su status logran su cometido. La fuerza de un pueblo es indetenible, como lo es amor cuando vence toda dificulta y obstáculos.

        

Conversando con un joven profesional, le preguntaba como ves a Venezuela en el mañana? El me respondió: “visualizo, una economía floreciente, muchachos y muchachas sonrientes, logrando metas. Padres y madres orgullosos de sus hijos viéndolos crecer y desarrollarse como seres humanos, calles seguras, familias unidas, hospitales en excelentes condiciones con medicamentos y médicos al servicio del pueblo, una inflación de un digito como las que tienen: Colombia, Chile, Uruguay, Brasil, Suiza, Costa Rica, Perú. Buenos sueldos y salarios para todos, como los que tienen los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia o los miembros del CNE o los Ministros del gobierno de Maduro, salarios dignos que le permitan a los mas necesitados llevar el sustento diario a su hogar, alimentos y productos de primera necesidad en los distintos establecimientos comerciales que puedan ser adquiridos por cualquier persona. Una frontera segura con militares que respondan a los mandatos de la constitución nacional y no a directrices partidistas. Respeto total para los derechos humanos, centros penitenciarios donde los reos estén en condiciones vivibles y puedan regenerarse. Escuelas bonitas para que los niños aprendan con alegría, canchas deportivas a lo largo y ancho de nuestro suelo tricolor para tener cada día mas jóvenes alejados del vicio de las drogas, policías amigos de la ciudadanía donde presten servicio con satisfacción con  respeto mutuo, campos agrícolas frondosos donde podamos comer lo nuestro y no depender de importaciones.  Universidades entre las mejores del mundo: en educación, salarios, seguridad”.

En fin, “Una Venezuela libre, democrática  autónoma, auto determinante de su porvenir, donde los poderes públicos  puedan mostrar su independencia y no estar sujeto a mandatos extranjeros,  ni  depender de autócratas. Una Venezuela de convivencia entre los diversos sectores de la sociedad. Una Venezuela para conversar, donde la agresión verbal de sus dirigentes y gobernantes sea cosa del ayer”.  “Como joven venezolano, estoy dando pasos firmes, sin vacilación,  ni dilación para que podamos progresar y construir entre todos el PAIS POSIBLE”.

Adalberto Orta Rosa 

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