Estamos “estrenando” (¿?) un nuevo esquema cambiario “genialmente ideado” por nuestros excelsos economistas de cafetín, vividores a más no poder de la cuarta y sobre todo grandes vividores, algunos de ellos, de la gratamente recordada República del Este y quienes por supuesto nunca formaron parte ni de: Los contribuyentes (eso les daba piquiña), de los importantes, los especiales ni mucho menos de los ministros notables”, mas si como vividores y en grado de grandes comendadores.
Este nuevo esquema es un tipo de cambio fluctuante o flotante (que en realidad se hundirá más temprano que tarde) Un tipo de régimen cambiario en el que el valor de una moneda debería fluctuar según el mercado lo demande, pero… y aquí está la razón de su prematuro fracaso, esa fluctuación estará condicionada según las necesidades del ejecutivo, lo que convierte al esquema en una flotación sucia . Tan sucia como lo deseen sus administradores o sea (…) ! más de lo mismo!
Una moneda flotante se contrasta con una moneda fija. La mayoría de las economías del mundo que podríamos llamar exitosas dejan flotar sus monedas con intervenciones puntuales para influir en su comportamiento y de ellas es el dólar canadiense el que más se asemeja a la flotación ideal dado que el Banco Central de Canadá dejó de intervenir para modificar el comportamiento de la moneda en 1998.
Son muchos los economistas que sostienen que es preferible un cambio flotante a uno fijo y el argumento principal es que dado que las tasas de cambio flotantes se ajustan automáticamente, esto permite, a los países insertos en este régimen, amortiguar el impacto de los shocks, y al mismo tiempo les permite adelantarse a la posibilidad de una crisis de la balanza de pagos.
En contraposición, el tipo de cambio fijo restringe la movilidad de capitales y la experiencia casi general es que es imposible tener un Banco Central y una política monetaria independiente. De todas formas es importante hacer notar que el tipo de cambio que se escoja como modelo es solo una de las variables macro económicas que la política monetaria puede influir.
El Banco Central, en un esquema de flotación limpia, debe intervenir solo en casos extremos de depreciación de la moneda de referencia para salvaguardar y estabilizar la moneda del país, comprando o vendiendo moneda
Resumiendo; en un régimen monetario de flotación libre, El tipo de cambio debe ser establecido por el libre juego de la oferta y la demanda de divisas.
En este modelo, NO hay paridad oficial respecto al dólar o cualquier otra moneda: las cotizaciones diariamente fluctúan y cualquier los desajuste que se [produzca, es corregido con las variaciones correspondientes del tipo de cambio. Cualquier intervención al respecto por parte del ejecutivo y/o del Banco Central se denominara como Flotación Sucia y seguramente este será el modelo que quienes hoy nos desgobiernen aplicaran, o sea, lo más sucio posible.
Invariablemente, el valor de la moneda de referencia, será inversamente proporcional a las expectativas que tengan los operadores económicos respecto a la situación económica del país, y visto la brillante planificación de quienes hoy nos desgobiernan, el régimen… cambiario, no flotara, pero si se hundirá.
Amanecerá y veremos.
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