martes, 10 de septiembre de 2013

JAIME EDUARDO MERRICK, VENEZUELA Y LA PARÁBOLA DEL SAPO EN LA SARTÉN

Dice la parábola que un día el sapo estaba en una sartén a fuego bajo, realmente muy bajo, y era casi imposible darse cuenta que  debajo del teflón de esa sartén lo estaban cocinando. Poco a poco fue aumentando la temperatura: se cocinó. Quizá confió en que cuando la temperatura subiera, el se hubiese dado cuenta, y en ese momento habría hecho algo. Pero no pudo, y terminó cocinado. Se quedó pensando en el hipotético "que hubiese sucedido si...".

Probablemente ese sea el relato que ejemplifique con mayor precisión la situación del país actualmente. Nos acostumbramos a tantas arbitrariedades, abusos, desmanes, atropellos, burlas, insultos, histeria, fraudes, resentimientos, que hoy nos parece normal; lo asumimos como parte de nuestra cultura, e incluso hasta inferimos que estos son eventos que suceden con regularidad y sensatez en cualquier otra parte del mundo. Pensamos que algo peor puede suceder, y en esa "espera", hemos perdido la capacidad de asombro.

Asumimos como algo usual que se vaya la luz en 18 estados; que fallezcan veinte mil personas al año por causa de la delincuencia; que seamos uno de los países más corruptos del mundo; a no tener instituciones independientes; nos acostumbramos a los "Chávez", "maduros", "cabellos", "antoninis". Nos acostumbramos, y como el sapo en la sartén, pensábamos que cuando eso sucediera nos daríamos cuenta, y en ese momento reaccionaríamos como el bravo pueblo de libertadores y caciques aguerridos... y hoy también nos preguntamos el hipotético "que hubiese sucedido si...".

La parábola del sapo en la sartén nos ofrece un mensaje aleccionador en la Venezuela actual: es el grave error del ciudadano que se acostumbra a la ineptitud, la corrupción, la demagogia, el personalismo, la dádiva; del ciudadano que no protesta, que no se queja. Ese ciudadano que cuando quiso reaccionar, ya era muy tarde porque tenía un Estado profundamente enquistado en muchos de sus vicios y profundamente represivo.

Esa parábola también nos ofrece la posibilidad de analizarnos en perspectiva histórica, y hurgar en esos errores que nos han llevado a este atolladero;  entender que la despersonalización del poder político, apostar definitivamente por la descentralización, creer fervorosamente en la institucionalidad e independencia de los poderes públicos, son los próximos pasos que debemos tomar para que Venezuela no vuelva a esto que somos actualmente.

Afortunadamente, sí creo que esto está cambiando. Yo creo en mi generación y en esos  jóvenes que están formándose, asumiendo roles en comunidades, creyendo y manteniendo la fe.

Acostumbrados a lo abrupto y a lo repentino, probablemente no entendamos que los grandes cambios suceden con sigilo y paulatinamente.

La parábola del sapo en la sartén: una oportunidad para pensarnos como venezolanos.

Jaime.merrick@gmail.com
@jaimemerrick

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.