sábado, 21 de septiembre de 2013

ISAAC VILLAMIZAR, DIOS Y LA GUERRA

La religión se ha considerado como un instrumento para la paz y la armonía, no para la guerra. Sin embargo, en la Biblia, en  1Samuel, se lee que Dios ordena a los israelitas a ir a la guerra contra otras naciones. En  el Código Deuteronómico se prescribe que en los pueblos dados en propiedad por Dios, se destruya por completo a los hititas, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y  jebuseos. 
Ares (Marte) El Dios de la Guerra
En el Apocalipsis se cuenta de un enfrentamiento sangriento entre el Rey de reyes y Señor de señores, representante de la ira de Dios, y los reyes de la tierra, sus naciones y sus ejércitos. En el Corán se lee igualmente, en el Sura 9:5, versículo de la espada: “Mata a los infieles allí donde los encuentres.”  Es de suponer que en un mundo dominado por el odio y la maldad, la guerra es inevitable. 
La guerra revela la naturaleza oscura y grotesca del ser humano. La mezquindad, la crueldad, la amargura, la malicia, el odio y el celo residen en el corazón de la guerra.
Mis afectuosos amigos, Dres. Ciro Durán y Gina Vargas, prestigiosos médicos tachirenses, me han obsequiado un libro de profundidad histórica, teológica y filosófica. Se titula “Guerras en nombre de Dios” y lo escribe Christopher Catherwood, historiador de las Universidades de Cambridge y Richmond. La obra me ha permitido comprender aún más las guerras religiosas, las conquistas del islam a través del imperio musulmán (632-751), las cruzadas, el ascenso y caída del Imperio Otomano, la guerra entre católicos y protestantes y la Reforma, la matanza en los Balcanes y las consecuencias del terrorismo a partir del 11 de Septiembre. 
La guerra es un fenómeno extremadamente complejo. Donde hay seres humanos hay guerra. Desde el comienzo de los tiempos los individuos han estado matándose los unos a los otros y las naciones han luchado entre sí. 

En nuestros tiempos las guerras tienen efectos más devastadores porque los medios con que cuenta la modernidad son muchos más eficientes que las armas del pasado. En los últimos años las armas químicas con propiedades tóxicas para aniquilar masivamente, se han incrementado. Organizaciones terroristas las consideran sus predilectas, por ser baratas, accesibles y de fácil transporte. Hay diferentes tipos de guerras y ellas han tenido diversas motivaciones: beneficios  territoriales y económicos, conquistas ideológicas y fanatismos religiosos, entre otros. 

No desaparece el temor mundial de una guerra total, en la que grandes facciones de la especie humana estén dispuestas a utilizar todos sus recursos en hombres, dinero y materiales. Esto incluye el peligro de usar armas nucleares, en la que en un mundo totalmente destruido, sea un eufemismo decir que hubo victoria. 

Durante siglos los cristianos, los musulmanes, los judíos, los hindúes y los miembros practicantes de muchas religiones han cometido, todos,  los hechos más vergonzosos en nombre de sus respectivas creencias. Los musulmanes y cristianos han estado matándose durante casi mil cuatrocientos años. 

Tal vez Dios nos está colocando en estos sufrimientos para permitirnos ver nuestra locura espiritual, “el oscuro corazón del hombre”, y así podamos comprender que estamos ciegos y no hemos podido apreciar sus bendiciones y bondad infinita.             

isaacvil@yahoo.com   

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