jueves, 12 de septiembre de 2013

ELINOR MONTES, LA NACIÓN DEBE DECIDIR

Cubazuela está en guerra, comunistas contra demócratas. Oremos para que Dios nos ilumine y nos ayude a recuperar la libertad y la paz.

Aunque con cierta timidez, por fin Henrique Capriles Radonsky dice que “los venezolanos estamos viviendo una guerra interna”, sin embargo, a uno le queda un sin sabor cuando lo circunscribe a la violencia, a la inseguridad. Eso es sólo un aspecto de esta guerra declarada por los comunistas contra los venezolanos, quienes pretenden el poder por siempre mediante la implantación del Castro comunismo disfrazado de democracia participativa y protagónica.

En este “mar de la felicidad cubana” no ha explotado una guerra civil porque la dirigencia democrática ha apaciguado (política de Chamberlain, II Guerra Mundial) y desarrollado su estrategia de una salida: “Pacífica, constitucional, democrática y electoral” acatando las reglas impuestas por el régimen que ha secuestrado los instrumentos de la democracia para garantizar su triunfo en todos los terrenos de la contienda, especialmente en el electoral, donde hasta la fecha no ha perdido ninguna elección en la que se discuta el poder y dadas las condiciones, se requiere de un milagro para que las pierda (es el árbitro, es el juez y ejerce todo el poder del Estado para comprar conciencias, intimidar, financiarse, promoverse, en fin, para hacer fraude).

Así transcurre el tiempo sin sumisión total ni rebelión (porque nadie quiere una guerra civil), sino con una cierta resistencia por parte de los demócratas que retarda mas no detiene el avance del Castro comunismo. Mientras, el régimen avanza en el adoctrinamiento comunista; aumenta sus cuerpos armados, oficiales o no, para la defensa de la revolución “pacífica pero armada” (véase la propaganda de reclutamiento de la FABN); formaliza su salida de organismos que velan por el respeto de los Derechos Humanos; sustituye la legislación democrática con la Castro comunista; encarcela, persigue, reprime, discrimina y despoja sus bienes a quien quiere; depaupera a la gente; destruye la infraestructura; sincera la ausencia de libertad de expresión; profundiza la escasez; aumenta y perfecciona el control de la gente y sus bienes; provoca el éxodo de quienes aspiran un futuro; etc.; todo lo cual conforma esta guerra que supera el genocidio disfrazado de inseguridad.

Una guerra termina cuando un bando gana y el otro se rinde.

Los planteamientos que tiene que hacerse la nación venezolana son: 

1- ¿Qué quiere, libertad o esclavitud? 

2- ¿Es posible una salida pacífica, democrática, constitucional y electoral en un contexto de guerra, de totalitarismo comunista, donde la constitución es letra muerta y las elecciones son antidemocráticas? y 

3- ¿Qué pasa si la gente se rebela o si no se rebela?

Corea del Sur, Corea del norte, Cuba, la Unión Soviética, entre otros, pueden servir de referencia histórica. Nunca un régimen comunista ha hecho implosión o caído por sí mismo. 

@elinormontes.   

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