lunes, 2 de septiembre de 2013

ANDRES SIMON MORENO ARRECHE, ENTROPIA SOCIAL Y CAOS

Hace más de catorce años Venezuela transita por un escenario de caos social, aunque se trate de un caos por etapas y en cámara lenta, producido por una entropía que se manifiesta con la desarticulación de las instituciones políticas que sostienen la democracia, cuya consecuencia es una peligrosa ‘sobrecarga depresiva’ en el espacio psicosocial venezolano. 


Es un evento dinámico que crece en las estructuras fundamentales de la sociedad venezolana actual y que se sustenta en el Segundo Principio de la Termodinámica, el cual predice que con el tiempo suficiente se produce el decaimiento irreversible de todas las estructuras sociales, pues... “lo ordenado dejará de serlo, tarde o temprano, dando paso al desorden”.

Cuando se presenta la entropía en cualquier organización social, la energía política se agota, incluso se degrada en formas de gobierno corruptas y llega a la cristalización paralizante. Pero no solo es la energía del gobernante que se degrada o se agota, lo mismo ocurre con la energía de los pueblos cuando se saturan de consignas que ya han sido logradas o cuando no hay nada nuevo que ofrecer. Este fenómeno sucede por una dispersión de la energía política que no se puede retomar y entonces, cuando el organismo social queda sin esa energía, irremediablemente muere. Esto no es una metáfora, es una realidad que ocurre en todo cuerpo social y que permite explicar la desaparición de sistemas políticos que se creían indestructibles.

La entropía social es un fenómeno cíclico, complejo y dinámico, a partir del cual puede afirmarse que toda sociedad tiene en sí misma el germen de su diversidad, de su progresión, pero también del caos necesario para engendrarlo. Esta predestinación se debe a infinidad de factores políticos que inciden en el desempeño entrópico y ulteriormente caótico de los conglomerados sociales. Esta contradicción entre el crecimiento, estructuración y desarrollo, por una parte, y desequilibrio e inestabilidad por la otra, es fundamental para entender y prever la extinción de partes del sistema-sociedad o de la totalidad del sistema. Llegado el momento en que no se puede mantener el desequilibro y la diferenciación del sistema, sobreviene la destrucción del mismo, tal como sucede con los organismos vivos.

Por ello, la ‘entropización’ de la sociedad venezolana, que se inició con el levantamiento militar del 92, no es más que un fenómeno cíclico-imperfecto, más o menos dramático en relación directa con la estabilidad de las instituciones y la madurez social de los individuos, que se sucede más como consecuencia de múltiples procesos y menos por la causa de un fenómeno social aislado. Un fenómeno político que reafirma la doctrina de la entropía social como el avance inevitable de las sociedades hacia su ocaso y degeneración, de la misma manera que la energía cósmica se disipa. En definitiva, la entropía social se asocia a la degradación de la energía institucional y la generación del desorden necesario para el resurgimiento de nuevas y más perfectas organizaciones sociales.

andresmorenoarreche@gmail.com  /  @Escribo-y-Leo  / 

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