sábado, 3 de agosto de 2013

ADOLFO R. TAYLHARDAT, EL ENCUENTRO EN PUERTO AYACUCHO

Luego de la tormenta artificialmente provocada por el ilegítimo a raíz de la entrevista de Henrique Capriles con el Presidente Santos, aparentemente  las aguas se han calmado. Falta ver por cuanto tiempo. 

Santos soportó estoicamente el chaparrón de agresiones verbales que le propinó el ilegítimo, en el cual, por la medida chiquita lo acusó de estar conspirando contra Venezuela y de propiciar un sabotaje contra la soberanía y la democracia venezolana que supuestamente incluía acciones económicas y paramilitares organizadas desde Bogotá, aseguró que existe un plan para derrocarlo en el cual estaría involucrado el ex presidente Álvaro Uribe.

Pareciera  que lo único que asimiló como enseñanza de su fenecido tutor es que se debe provocar una crisis con Colombia o con los Estados Unidos (ahora también con España) para exacerbar la sensiblería de sus acólitos y sus incautos seguidores.

Ante la proximidad del encuentro con su homólogo colombiano, en otro de sus frecuentes arrebatos de cinismo, como si nada hubiera ocurrido, el ilegítimo dijo que “la voluntad chavista del amor por Colombia”, el amor a la patria grande  Bolívar, el interés principal en “la prosperidad del pueblo de Colombia y el pueblo de Venezuela, que al final somos un solo pueblo, somos el pueblo de Bolívar” obligan a “restablecer las reglas de juego con base en el respeto, para la prosperidad de nuestros dos pueblos”

Al llegar a Puerto Ayacucho,  como advertencia previa, el ilegitimo dijo "Hoy venimos a poner sobre la mesa la verdad de Venezuela y de Colombia, una vez más, y hablar con franqueza… y a trabajar por la felicidad de nuestros dos pueblos.

Lo anterior como prólogo. Veamos los resultados del encuentro.

La Canciller Holguín comentó que la reunión de Puerto Ayacucho reactivó una relación que estaba “un poco fría”. Por su parte, Santos, como táctica para buscar la aproximación psíquica con el ilegítimo y facilitar la tarea de reparar los vínculos, no dejó de evocar a Bolívar como Padre común y a una relación constructiva como parte del legado del fenecido.

Según comentaristas que estuvieron presentes en Puerto Ayacucho, la diferencia de estilo entre el ilegítimo y su fenecido tutor quedó evidenciada durante  la rueda de prensa que ofrecieron los mandatarios en la cual, si bien hubo muestras de cordialidad, hubo ausencia de sonrisas, arrumacos y discursos inflamados interminables y gestos grandilocuentes.

Muy probablemente en algún momento de la reunión se debe haber hablado de la supuesta adquisición por la oposición venezolana de un lote de 18 aviones para atacar en el futuro a Venezuela desde suelo colombiano. También seguramente se habló sobre el alcance del acuerdo de cooperación firmado por Colombia con la OTAN.

El Presidente Santos reconoció que ambos gobiernos tienen visiones diferentes, pero también tienen la necesidad de trabajar juntos en función de sus intereses nacionales. El ilegítimo habló de abordar los retos comunes con base en el respeto, la comunicación permanente, la cooperación creciente y la co-existencia.

Ambos coincidieron en la importancia de las relaciones para el beneficio mutuo de los pueblos y anunciaron que el 2 de agosto reanudarían sus actividades las comisiones bilaterales de alto nivel. Como se recordará la reanudación de los trabajos de estas comisiones ha sido anunciada numerosas veces sin que eso haya ocurrido. Quizás por eso el ilegítimo instó a los cancilleres, encargados de coordinar estas comisiones, que recuperen el tiempo perdido y trabajen arduamente en los temas que ocupan a ambos países.   En materia de seguridad el ilegítimo manifestó su interés por seguir la lucha contra el narcotráfico, así como el contrabando "que le hace gran daño a la economía de Venezuela", en especial en el estado Zulia.

Por su parte el Presidente de Colombia, dijo que quedó muy clara la intención de trabajar juntos por el bien del pueblo de Venezuela y Colombia. Recordó sus encuentros con el presidente fenecido y señaló "que se pueden tener diferencias, pero se puede trabajar conjuntamente". “Tenemos visiones diferentes en muchas cosas, pero tenemos la obligación de mantener buenas relaciones". Me voy muy contento y muy complacido", finalizó Santos su intervención.

Conclusión: nada nuevo. Simple reiteración de buenos propósitos que en el pasado no han sido respetado del lado del régimen venezolano. Lenguaje cauteloso y receloso de parte de Santos, como dejando bajo inventario lo conversado con su homólogo.

No creo que esta reunión sea el inicio de una luna de miel duradera. Como su predecesor  y tutor, el ilegítimo se valdrá de cualquier motivo para arremeter contra Santos y su gobierno. Esto no es sino un pasito pa’ ‘lante y cuando menos se espere dará el pasito pa’ ‘tras como el cangrejo Lo hemos visto en el caso de las relaciones con el gobierno de los Estados Unidos.

@taylhardat



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