El abominable asesinato de una madre y su
hija perpetrado por efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana es una muestra
de la efectividad del plan “patria segura” diseñado para combatir la
inseguridad. Escribo efectividad, no inefectividad, ni ineficacia, pues la
muestra lo que prueba es que el estado de inseguridad que vive la población es
propiciado desde las más altas instancias del gobierno y su ejecución la inició
el fallecido Hugo Chávez, desde el momento cuando comenzó su mandato y con él
la creación de grupos armados al margen de la Constitución, como fuerzas de
choque contra toda manifestación de oposición.
La inseguridad que se quiere combatir no es
la que padecen los ciudadanos víctimas del hampa, hoy integrada por la común y
la política a la que se le dio, y ya no le pueden quitar, patente de corso para
robar, secuestrar, extorsionar y asesinar, lo que impide que los órganos
encargados de combatir el crimen en las calles y en los estrados judiciales puedan cumplir
eficazmente su función, entre otras razones porque no pueden distinguir cuando
los delincuentes delinquen en su propio nombre y cuando lo hacen en nombre de la revolución. No, la
inseguridad que se quiere combatir es la que sienten ministros, gobernadores,
directores y diputados ante la posibilidad de ser víctima de los que ejercen
con patente, pero sobre todo ante la posibilidad de que la inseguridad
generalizada conduzca a la pérdida del poder.
El plan “patria segura” es que la tropa esté
en la calle, sin capacitación alguna para combatir el crimen, pero con
capacidad de fuego suficiente para sobrevivir ellos en combates donde (y aquí
la frase si es verdad) “disparan primero y averiguan después”, al igual que en
La Habana cuando van a circular los hermanos Castro y el trayecto es “repasado”
un par de veces, quizá más.
Esos planes la única seguridad que ofrecen es
para los capitostes del régimen. Idéntico en sus modos al que emplean cuando
combaten con sevicia las manifestaciones políticas por parte de guardias que
exhiben en sus uniformes el título de “guardia nacional chavista”. Son los
asesinos emboscados de Puente Llaguno absueltos por un sistema judicial
corrompido, mientras los comisarios Simonovis, Vivas y Forero experimentan en
carne propia la vocación “humanitaria” que el usurpador Maduro invoca para
Snowden.
OPaezPumar@menpa.com
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.