El
superintendente del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y
Tributaria, Seniat, es como Chávez: a él lo tienen engañado. Nadie le dice lo
que ocurre en sus narices.
E
igual que el fallecido autócrata, está sentado en una montaña de negociados por
cuyas galerías trajinan numerosos funcionarios que se han hecho ricos ante sus
ojos (lo mismo que el ciego eterno, quien posaba en las cercas de La Chavera
sin sospechar que la finca rebasaba con mucho las posibilidades económicas de
sus parientes, por altos que fueran sus salarios en el aparato estatal que los
absorbió en tropel).
Un
somero vistazo a los tejemanejes del Seniat revela que todas las gestiones que
deben hacerse ante ese ente, y que según la ley son gratuitas, en la práctica
tienen un costo. Con la excepción del RIF, por todos los servicios se le impone
una matraca al ciudadano, con tarifas que varían según la oficina. Y la tabla
de corrupción se calcula de acuerdo con el trámite, que, a grandes rasgos,
pueden ser de tres tipos: 1) diligencias administrativas dentro del Seniat (hay
procedimientos a escala local y otros que deben ser aprobados en otras
instancias: cuanto más alta, mayor la coima); 2) aduanas, y 3) extorsión en los
procesos de auditoría y fiscalización. Hay trácalas que no son controlables
para los jefes, en cuyo caso se fijan unas cuotas de aporte fijo. Esto
significa que hay quienes pagan por mantener un cargo que les supone ingresos
astronómicos.
Dado
que estos chanchullos se hacen con dinero en efectivo, se habla de apartamentos
llenos de dinero; e incluso de casas de jefes donde se ven cajas de billetes.
Un
lector escribió para advertir la existencia de "una verdadera cayapa
contra la República, que ha convertido al Seniat en una estructura militarizada
para delinquir con la más absoluta impunidad y sosiego".
Esa
"estructura militarizada", que se fortaleció en los tiempos de
Chávez, es un entramado de militares activos, algunos casualmente de la
promoción de Diosdado Cabello. Tal como denunció Mario Silva, uno que otro
están involucrados en importaciones reales o ficticias, hechas con empresas de
maletín. Al mismo tiempo, esta claque sostiene la estructura de seguridad del
Gobierno.
Con
mucha frecuencia, las "empresas de maletín" modalidad criminal
denunciada por Giordani sin mover un dedo para enfrentarla son parapetos
armados con la fachada de la importación de alimentos, un rubro que está sujeto
únicamente al permiso del Ministerio de Alimentación (y exento de lo que llaman
"permisología" de otros despachos, que sí obstan para el resto de las
compras en el exterior).
Todo
eso está a la vista de las instituciones, sin cuyo concurso no se podrían hacer
las trácalas.
Para
hacer las importaciones que, según Silva, "se han tragado las
reservas": 1) se hace la solicitud de dólares ante Cadivi para una
importación específica y se espera su aprobación; 2) se presenta la
importación, que debe ser reconocida, validada y legalizada por el área de aduanas
del Seniat, y 3) se cierra la importación ante Cadivi, se la da por ejecutada y
se nacionaliza la mercancía. El Seniat es el verificador y legalizador de esa
mercancía (el que dice sí llegó, yo lo vi, qué fue lo que llegó, en qué
cantidad y si se acepta el precio de adquisición declarada).
En
el camino, el container puede estar vacío o tener sólo parte de lo declarado.
Puede traer otra cosa.
Puede
estar sobrefacturado...
Los
tres organismos involucrados en las importaciones (tanto las verdaderas como
las falsas, así como las de productos vencidos o directamente descompuestos),
esto es, Cadivi, Seniat en el área de Aduanas y el Ministerio de Alimentación,
han estado manejados por oficiales de la promoción del presidente de la
Asamblea Nacional o muy vinculados con éste. Es el caso del coronel Manuel
Barroso, quien estuvo 7 años al frente de Cadivi hasta marzo de este año,
cuando Maduro dijo que dejaba el cargo por problemas de salud, y 40 días
después era nombrado presidente de la Corporación de Alimentos y Servicios
Agrícolas (CASA), encargada de las importaciones de alimentos que realiza el
Estado.
Ninguno
de ellos ha percibido nada irregular. No han detectado la menor traza de
corrupción. No los ha salpicado la podredumbre que, según Maduro, se está tragando
la patria. O, por lo menos, no han hecho nada que indique lo contrario.
Milagros
Socorro
@MilagrosSocorro
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.