Lo confieso. Soy delincuente. Voy al mercado
y compro todo lo que veo aunque en el momento no lo necesite. Ese es mi modus
operandi. Me acuso. Tengo una despensa que me da un rango de más de una semana
de suministros secos. Me declaro culpable de consumir verduras, frutas y de
pretender guisar todos los días.
Me declaro autor material e intelectual del
delito de hacer cuanta maniobra sea necesaria para bien alimentar a mi familia
y de saltar cuanto obstáculo se interponga a mi criminal objetivo.
¡Caiga sobre mí el peso de la ley!.
Pero no estoy sola. Somos individuos e
individuas –Maduro dixit- de alta peligrosidad para el asuntillo ese de Misión
Patria Segura porque somos millones de forajidos dedicados al mismo tipo de
delito, estamos sueltos y somos cómplices los unos de los otros.
Hecha la confesión, ahora viene lo
preocupante: no esperen el más mínimo propósito de enmienda.
Delinquí, delinco y delinquiré. Igual harán
mis cómplices.
Advierto a las autoridades competentes
(bue…es lo de competentes es un decir…) que siendo tantos los malhechores y
malhechoras “asociados para delinquir” –delito descrito en la ley- tienen entre
manos un serio problema que dificultará aun más su tarea para controlarnos:
cuanto más joven la delincuente, más audaz. Cuanto más vieja, más zamarra.
Calculen ahora madre e hija asociadas y la cosa se pierde de vista.
A ver cómo nos fichan a tod@s en los
automercados?
Quiero ver con estos ojitos cómo deciden
cuanta leche corresponde a una familia de 6 miembros o cuanta harina se le
permite consumir a una señora sola que se mantiene haciendo tortas por encargo.
Báilenme ese trompo! Hablando de tortas, menuda torta están poniendo…y eso que
no hay harina.
Pero cada quien a lo suyo, Uds. su torta…y yo
mi delito.
Que será agravado. Se los prometo.
Cuando mi pulgar en el captahuella del
automercado diga que ya compré , vean a ver cómo hacen para registrar y añadir
a mi ficha, la huella de mi dedito medio, el mismo con el que desde ya les
estoy pintando una paloma…eso sí…bien manicurada, que no es cosa de perder el
glamour.
Quiero ver al gobierno ocupándose uno a uno,
de nosotros delincuentes viles que queremos alimentar a nuestras proles.¡Menuda
temeridad antirevolucionaria la nuestra!.
Pónganme presa pues…Confesa soy…
Pero les ofrezco un trato, al fin y al cabo,
dialogando nos podemos entender:
Dejaré de delinquir cuando oiga al próximo
secuestrador diciendo, mientras se mete momentáneamente el hierro en el cinto,
“un momentico, déjame pasar por la captahuella”.
Dejaré de delinquir cuando ladrones y
asesinos, roben y maten sólo una vez a la semana cuando a ellos le apliquen
–como a mí- su cartilla electrónica de racionamiento criminal.
Dejaré de delinquir cuando los muertos dejen
de votar , porque, quejeso?
Piénsenlo…el trato es bueno. Imagínense cómo
se reducirán los otros delitos.
Pero ahora queridos cómplices…
shhh…shhh…hablando bajito aquí entre nos.
No creo que debamos preocuparnos porque nos
detengan.
Luisa Ortega Díaz dijo que está investigando,
eso sí, con muuuuucho ahínco, delitos de 1958, lo cual pone-mínimo- 55 años
hasta que nos alcance la investigación. Digo yo…
Viviremos… y delinquiremos!
@olgak26
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