viernes, 21 de junio de 2013

GUSTAVO LINARES BENZO, ¿Y ESTOS AMORES?

La horda que asoló Venezuela en el comienzo del siglo XXI la dejó a merced de todo el vecindario

Los amapuches entre Jaua y Kerry son un misterio, un enigma en ambas cancillerías. Menos desde el punto de vista venezolano, porque después de cogerse tanto real en la piñata del 7-O y dilapidar el resto de la bonanza, ahora hay que olvidar ideologías y principios, porque pronto Maduro tendrá que aceptar el ácido del Fondo Monetario para poder pagar la nómina. Por supuesto, eso pasa primero por los debidos honores y sumisión frente a la Casa Blanca. Era de esperarse, cuando el guapetón se queda sin dinero, a pedir se queda.

El misterio mayor es lo que está pasando en Washington. Un país que cada vez depende menos del petróleo extranjero por sus descubrimientos de shale gas, y menos todavía del petróleo venezolano porque se lo hipotecamos a los chinos y el resto se lo regalamos a los Castro. Entonces, no se ve claro por qué ahora acepta conversar con el gobiernito del papel toilette. Como siempre, ante la duda, hay que irse por lo seguro en materia de política exterior norteamericana: Estados Unidos busca negocios. En Venezuela, negocio petrolero. Nunca más fácil, además, ya que Pdvsa es ahora un hueco negro, nadie sabe qué pasa; y carece completamente de capacidad operativa, tanto que no ha podido recuperar la refinería que Chávez dejó dañar hace casi un año, tenemos que importar gasolina y no exportamos productos refinados.

El paraíso de las transnacionales, pues. Atendidas espléndidamente en los restaurantes de Las Mercedes por los negociadores de siempre, ahítos de comisiones por Cantv, EdC y ahora Pdvsa, lograrán condiciones no vistas desde Gómez. La debilidad moral, ética e institucional de esta cosa que nos desgobierna ha dejado al país proclive a cualquier saqueo, saqueo hábilmente dirigido por Lula, antes, y sus asesoradas empresas, (que además tenían que sobornar en su nombre a los diputados, el gobierno de Lula hedía). Ahora, destruida Pdvsa, volverán las grandes empresas petroleras, pero sin ningún interlocutor inteligente de este lado. Todo acompañado de versos de César Vallejo y lecturas dramatizadas de Ignacio Ramonet (el Gran Periodista fue maestro de una generación de fablistanes).

Así que los estadounidenses vienen con todo. Por supuesto, ello logrará que las empresas transnacionales con décadas en el país trabajen con un poco más de libertad (ha habido una verdadera persecución en estos años, mientras el guapetón tenía real). La escasez es una política de Estado, lograda con esfuerzo por genios desde el Ministerio de Comercio y Cadivi, mediante una mezcla de empresas del Estado intensamente corruptas e incompetentes y controles rayanos en el capricho. Ahora habrá que dejar hacer a los que saben producir y vender, entre ellos a los del país del nuevo mejor amigo Obama.

Se entiende mejor la audaz jugada de Santos al recibir a Henrique Capriles. Obviamente el hábil presidente colombiano, quien terminó íntimo de Chávez luego de derrotar a sus camaradas (de Chávez, claro) de la guerrilla, consultó debidamente a los norteamericanos, quienes le confirmaron lo obvio: la extrema debilidad del gobierno venezolano no le permite más que desplantes e histerismos. (El internacionalista Diosdado se lució especialmente reaccionando con la visita de Capriles). Paradójicamente, nunca habíamos estado tan débiles frente a Colombia, luego de tres lustros de Aló Presidente jugando a Mambrú se fue a la guerra. Gran beneplácito en Washington, por supuesto.

En breve veremos a Kerry en Ecuador. A Venezuela no vendrá, porque ya no importamos mucho que se diga. En cambio el vivo de Correa, con sus camisitas estampadas pero el dólar como moneda, ha logrado lo mejor de dos mundos, retórica de izquierda y economía de derecha. Su popularidad es mucho mayor que la de Chávez y así seguirá: es el nuevo líder de la América Latina "bolivariana". Y ahora, Raúl Castro.

Marx ya decía que la historia comenzaba con tragedia y terminaba en farsa. De la Sierra Maestra a los green de Varadero, Castro invicto (en golf). Cuatro vuelos diarios desde Miami no los aguantan las baladas de Silvio Rodríguez. Cuba también vuelve a la órbita norteamericana, pero aún más débil que en la época de Batista (igual que nosotros, luego de catorce años del peor gobierno de la historia). Venezuela en bancarrota, se le acabó el tiempo extra a la dictadura de los Castro y también se entregarán a los duros brazos del hegemón del Norte.

Era de esperarse. La horda que asoló Venezuela en el comienzo del siglo XXI la dejó postrada y a merced de todo el vecindario. La verdadera fuerza, la Venezuela fuerte, es mucho más discreta. Los patoteros están pasando.

glinares@cjlegal.net

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