lunes, 10 de junio de 2013

FERNANDO OCHOA ANTICH, MI RESPUESTA AL ALMIRANTE MOLERO

El almirante Diego Molero, ministro de la Defensa, ha estado en estos días en primer plano nacional. Eso es normal. Las delicadas funciones que ejerce y la complicada situación política venezolana lo justifican. Eso es verdad, pero el interés mostrado por José Vicente Rangel para invitarlo a su programa el domingo y después dedicarle su columna periodística tiene otras razones. Ellas fueron claramente definidas en la sorprendente grabación de la conversación entre Mario Silva y el G-2 cubano, teniente coronel Aramís Palacios: la lucha por el poder existente entre Nicolás Maduro, respaldado por el almirante Molero y los hermanos Castro, y el grupo de oficiales pertenecientes al Ejército, liderados por el mayor general Carlos Alcalá Cordones, comandante del Ejército, y Diosdado Cabello.
Esta afirmación mía queda claramente demostrada en las primeras afirmaciones de José Vicente Rangel antes de pasar a las preguntas: "estoy convencido de la fortaleza de las actuales instituciones venezolanas. De la amplia aceptación que tiene la democracia y el proceso bolivariano en el seno del pueblo, en la organización social que hoy existe y en la lealtad de la Fuerza Armada"  y en la permanente presencia de Nicolás Maduro en actos militares. Si no hubiera dudas no se hablara del tema.
Otro aspecto a tomar en cuenta para entender el riesgo de estabilidad que enfrenta el gobierno de Nicolás Maduro, ante su débil legitimidad, son los importantes cambios que se observan, tanto en la política nacional como internacional, con el inicio de un diálogo con empresarios y en la reciente apertura hacia Estados Unidos.
Creo de interés analizar algunos de los planteamientos realizados por el almirante Molero para valorarlos y criticarlos con severidad. Ante la pregunta: "¿Dicen que usted no es institucionalista porque se define como chavista?", su respuesta es inaceptable: "si había un hombre que verdaderamente respetaba las instituciones era Hugo Chávez, ser institucionalista es respetar las instituciones, ser institucionalista es ser chavista".
El almirante Molero conoce perfectamente que Hugo Chávez violó la Constitución de 1961 al insurreccionarse el 4 de Febrero y desde la Presidencia de la República irrespetó flagrantemente la Constitución bolivariana, de 1999, al dictar la mayoría de  las leyes habilitantes. Al declararse chavista, el almirante Molero incumple sus deberes militares y es un mal ejemplo para sus subalternos.
Rangel le pregunta sobre la presencia cubana en Venezuela. La respuesta del almirante Molero produce indignación. "Aquí en la IV República teníamos en nuestros cuarteles grupos norteamericanos que dirigían las políticas militares. Aquí se compraba el armamento que ellos querían".
El almirante Molero sabe que miente descaradamente para justificar la actividad cubana en la Fuerza Armada.  En nuestro tiempo, la misión militar americana sólo tenía una presencia más que simbólica y el armamento era mayoritariamente europeo. No creo que ese sea el caso cubano. La opinión pública señala que controlan los organismos de inteligencia, le prestan seguridad al presidente de la República y se llega hasta el extremo de afirmar que están presentes  en reuniones en donde se discuten y deciden los planes militares para la defensa nacional. 
El final de la entrevista la dedica Rangel a preguntarle sobre una presunta conspiración. "¿Está garantizada la estabilidad democrática en Venezuela? La respuesta del almirante Molero es de una simplicidad que realmente sorprende: "Totalmente. Tenemos una Fuerza Armada que está comprometida. Nada más el intento de algún pequeño grupo que pudiera existir que quiera contravenir el orden constitucional, sería un embarazo utópico con muerte por aborto".
Si ha leído algo de sociología militar y de historia venezolana y latinoamericana debería conocer que las crisis militares surgen como consecuencia de los procesos de deslegitimación del poder político y al creciente descontento popular. Esos dos factores penetran en los cuadros militares a través de los permanentes vasos comunicantes que  existen entre la sociedad civil  y la Fuerza Armada.
Rangel insiste en el tema: "¿Hay ruido de sables en este momento?" La respuesta del almirante Molero muestra un total desconocimiento de la realidad militar.
"Yo no diría que hay ruido de sables. Yo estoy seguro que ese ruido de sables lo han creado grupos fascistas. Si hubiese algún intento moriría antes de formarse".
Sencillamente, está equivocado... La oposición democrática no conspira. Prefiere una solución electoral. Esa es la verdad, pero la historia muestra que si se cierran las soluciones políticas, como está haciendo Nicolás Maduro, surge de manera natural la opción violenta. En Venezuela, esa opción siempre ha sido militar. Así ocurrió en 1945, en 1948, en 1958 y en  el 2002. La única solución política es convocar a nuevas elecciones presidenciales, con un equilibrado Consejo Nacional Electoral.
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