El anuncio que el partido comunista apoya a
Michelle Bachelet no debe sorprender a nadie y menos a los chilenos.
La ex Presidenta ha estado siendo preparada
por la izquierda desde que dejó el poder al cumplir su mandato luego de su debacle en el terremoto del 2010,
que asoló varias provincias en la nación andina. Salió mal parada en esa ocasión,
luego de haber hecho un triste papel como Jefe de Estado en las decisiones
frente al sunami que costó la vida a cientos de personas.
Tampoco parece que nadie recuerda su
humillante visita a Cuba donde Fidel Castro, luego de recibirla, demandó una
salida al mar para Bolivia.
Pero dicen que la memoria política es corta y
para reducirla y mejorar su prestigio Michelle Bachelet fue a dar a un puesto
para la Mujer en Naciones Unidas.
Su regreso a la patria este año fue anunciado
por la izquierda como la llegada de una redentora.
Renovada y con el olvido completo a su mal
gobierno, recibe el respaldo del Partido Comunista para las próximas primarias presidenciales.
Ahora niega enfáticamente estar realizando un
giro a la izquierda tal como lo sugirió el actual presidente, Sebastián
Piñera quien le recordó que ‘el comunismo no ha hecho nunca una contribución
positiva al bienestar en ninguna parte del mundo’.
La ex Presidenta anda con cuidado y no
muestra sus cartas rojas para no quemarse, ya que deberá enfrentar en las
primarias a los candidatos de los otros dos partidos de la Concertación, José
Antonio Gómez, del Partido Radical Socialdemócrata, y Claudio Orrego, de la
Democracia Cristiana, así como a su ex ministro de Hacienda, el independiente
Andrés Velasco.
Mientras Gómez aspiraba a obtener el apoyo
del PC a su candidatura, que cuenta con escasas probabilidades de éxito (1 % en
los sondeos), Orrego y Velasco han criticado a Bachelet y han adelantado que
ellos no estarían dispuestos a gobernar bajo una tolda roja.
La Democracia Cristiana, integrante de la
Concertación, se ha mostrado incómoda con el apoyo del PC, con el que tienen
serias divergencias por la defensa que estos hacen de los gobiernos de Cuba,
China, Bolivia y Venezuela.
Bachelet, favorita en los sondeos, sus
seguidores la apodan “Mammy”, de cara a las primarias de la oposición que se
celebrarán el 30 de junio para definir su candidato en las presidenciales de
noviembre, se apresta a cumplir con lo que le demanda la izquierda unida
chilena: derrotar a la derecha.
La derecha, sin un líder fuerte, tiene todas
las de perder a menos que se reponga y se una antes del inicio de las
primarias.
Con un país que puede tener mala memoria el
panorama político chileno se presenta sombrío e inquietante.
Como estará de revuelto que Camila Vallejo,
la líder estudiantil instruida por La Habana con dinero venezolano ,será
candidata a diputada por el PC.
Yo creo que eso, y la simpatia de Bachelet
por La Habana, lo dice todo
angelicamorabeals@yahoo.com
@copihueblanco
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