miércoles, 15 de mayo de 2013

PEDRO PAÚL BELLO, REFLEXIONES SOBRE EL LIBRO DE LA DICTADURA A LA DEMOCRACIA DE GENE SHARP. (XII)

Apuntando al poder del dictador.  (sigue)
Mientras se planifica e implementa el desafío político y la no cooperación, se debe prestar atención a todos aquellos que respaldan la dictadura, especialmente a la fuerza armada en toda su estructura, pero también a la “camarilla interna” que le rodea y aconseja de cerca, así como también auxiliares de los dictadores, inclusive al partido o partidos que le apoyan y a los jefes de la burocracia gubernamental. El objetivo es conocer “el grado de lealtad” que tienen hacia la dictadura: desde luego, huelga explicar su importancia.
Sobre ese particular, Gene Sharp expresa: “Desde el inicio en la lucha de liberación debe desarrollarse una estrategia especial para comunicarse con las tropas y funcionarios del dictador. Mediante palabras, símbolos y acciones, las fuerzas democráticas pueden informar a las tropas que la lucha de liberación va a ser vigorosa, decidida y persistente. Las tropas han de saber que la lucha va a tener un carácter especial destinado a socavar la dictadura, pero que no amenaza su vida. Tales esfuerzos aspiran en última instancia a minar la moral de las tropas del dictador y finalmente a subvertir su lealtad y obediencia a favor del movimiento democrático. Se debe intentar llegar a la policía y a los funcionarios con estrategias similares. El intento de ganar simpatías entre las fuerzas del dictador y, eventualmente, a inducirlas a la desobediencia no debe interpretarse, sin embargo, como una invitación a que las fuerzas militares produzcan una rápida interrupción de la dictadura mediante una acción militar. Una acción semejante no es posible que dé paso a una democracia que funcione, porque, como ya hemos explicado, un golpe de estado sirve de poco para cambiar el desequilibrio de las relaciones de poder entre el pueblo y los gobernantes. Por consiguiente, es necesario planear cómo puede hacérseles entender a los oficiales militares que simpatizan con los demócratas que ni un golpe militar ni una guerra civil son necesarios o deseables. … Los estrategas del desafío deben recordar que va ser extraordinariamente difícil, si no imposible, desmantelar la dictadura si la policía, la burocracia y las fuerzas armadas se mantienen plenamente leales y obedientes en el cumplimiento de sus órdenes.”… Se debe tener siempre presente “que el descontento y la desobediencia entre las fuerzas armadas y de la policía pueden resultar altamente peligrosos para los miembros de esos grupos. Pueden esperar penas muy severas por los actos de desobediencia, y la muerte por ejecución en caso de amotinamiento.” Hay modos y mecanismos, conocidos pero prudentes, para que estos importantes sectores, sin cometer faltas contra su compromiso constitucional con la Nación, sino todo lo contrario, puedan actuar legalmente defendiendo los derechos democráticos y legales contenidos en las constituciones de todos los sistemas políticos democráticos.
Cambios en la estrategia.
Es indispensable y fundamental, para superar cualquier dictadura, que los estrategas responsables de la gran estrategia y de las estrategias de campañas, evalúen éstas de manera permanente para hacer que la lucha no violenta y liberadora marche como se espera. Cuando, en algunos casos no sea así, es menester urgente pensar e introducir los cambios necesarios. De acuerdo a las situaciones determinadas será necesario identificar correctamente los problemas surgidos; quizás rehacer los cálculos estratégicos en los órdenes general y de campañas; quizás dar responsabilidades a otro u otros sectores de la población opositora; tal vez movilizar recursos adicionales disponibles o desarrollar acciones alternativas, etc.
“Si, por el contrario, la lucha ha marchado mucho mejor de lo previsto y la dictadura está desmoronándose antes de lo que se había calculado, ¿cómo podrán las fuerzas democráticas capitalizar esas victorias inesperadas y avanzar hacia la paralización de la dictadura? ”
Desintegrando la Dictadura
En este punto, entramos en el Capítulo nueve del libro “De la Dictadura a la Democracia” de Gene Sharp, que contiene diez capítulos más un Apéndice sobre métodos de acción no violenta.

Las campañas exitosas se caracterizan por tener, como resultado, el fortalecimiento de la resistencia, lo que permite a ésta  fortalecerse en “áreas de la sociedad donde la dictadura se encuentra con los límites de su control efectivo.” Además, le dan importantes experiencias “en cómo negar la cooperación a la dictadura, y cómo manifestar un desafío político. Esta experiencia será de gran ayuda cuando llegue el momento de una no cooperación y un desafío masivos.” … En efecto, “Sin acceso a las fuentes de poder político, el poder del dictador se debilita y finalmente se esfuma. El retiro del respaldo es, por lo tanto, la principal acción que se requiere para desintegrar la dictadura.”
Cómo se pueden afectar las fuentes del poder mediante el desafío político.
“La desaprobación moral necesita ser expresada mediante acciones para que la dictadura perciba que es una amenaza seria a su existencia. Es necesario retirarle la cooperación y la obediencia para negarle al régimen el acceso a las otras fuentes de poder.”
El siguiente paso por su importancia son los recursos humanos: “Si grandes sectores de la población practican la no cooperación, el régimen realmente se verá en un serio problema.” Se trata, por  ejemplo, que muchos funcionarios públicos no trabajen con eficiencia o se ausenten de sus tareas al quedarse en sus casas y no asisten a los organismos públicos afectando así, gravemente, al aparato administrativo. Igual ocurre si quienes se abstienen de trabajar son quienes se ocupan de tecnologías y conocimientos especializados. Hay muchos otros factores que concurren al mismo efecto antes señalado: la influencia ideológica que puede disminuir ante los atropellos de la dictadura o distanciarse por sus errores; así como el control de mecanismos como los financieros, el transporte, los medios de comunicación, las huelgas de trabajadores, los paros estudiantiles, etc., pueden llegar a paralizar sus movimientos.
“En síntesis, el éxito contra una dictadura bien afianzada exige que la no cooperación y el desafío le reduzcan y le quiten al régimen las fuentes de poder. Sin la constante reposición de los recursos de poder necesarios, la dictadura se debilitará y finalmente se desintegrará. Una planificación estratégica competente del desafío político contra las dictaduras, por consiguiente, necesita tener como objetivo las más importantes fuentes de poder de los dictadores.”
La escalada de la libertad.
“En combinación con el desafío político, durante la etapa de la resistencia selectiva, el crecimiento de las instituciones autónomas—sociales, económicas, culturales y políticas—expande progresivamente el “espacio democrático” de la sociedad y contrae el control de la dictadura. A medida que las instituciones civiles de la sociedad se fortalecen en relación con la dictadura, entonces, sin importar lo que quieran los dictadores, la población está construyendo de manera creciente una sociedad independiente fuera del control de aquélla. Si la dictadura va a intervenir para frenar este ‘aumento de la libertad’, cuando lo haga, se puede aplicar la lucha no violenta en defensa de este espacio recientemente ganado, y la dictadura se verá confrontada por otro “frente” más en la lucha.”
Cuando tal situación se prolonga en el tiempo, conduce a la existencia de una libertad de hecho. Entonces, el derrumbe de la dictadura se acerca ineludiblemente: ello anuncia que la llegada de las libertades democráticas es ya inminente.  Son por todos conocidos los casos históricos de Polonia en su lucha contra el comunismo, cuando la gran mayoría de la sociedad polaca actuando en defensa de la Iglesia Católica, los comités de defensa de los trabajadores y el Sindicato Solidaridad, estudiantes, campesinos y muchos grupos más se organizaron para resistir y, aunque Solidaridad fue disuelta y su líder Waleska apresado, el movimiento no se detuvo hasta alcanzar la plena libertad.
“Aun cuando una dictadura esté todavía ocupando posiciones gubernamentales, a veces es posible organizar un ‘gobierno democrático paralelo’. Éste funcionaría de manera creciente como un gobierno rival, al cual la población y las instituciones de la sociedad le prestarían lealtad, obediencia y cooperación. En consecuencia, a la dictadura se le negarían estas características del gobierno. Eventualmente, el gobierno democrático paralelo podría llegar a reemplazar plenamente al régimen dictatorial como parte de la transición a un sistema democrático. A su debido tiempo entonces, se adoptaría una constitución y se celebrarían elecciones como parte de la transición.”
ppaulbello@gmail.com

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