viernes, 10 de mayo de 2013

JOSÉ ERNESTO PONS BRIÑEZ, LA DEMANDA DE JUSTICIA EN UN PAÍS

La justicia no solo deberá ser atribuida a situaciones tribunalicias, policíacas o del mal por el bien. Es en realidad una realidad cultural inherente a los pueblos que remite a grandes eventos que van desde el nacimiento hasta la vejez, del respeto al entorno hasta el establecimiento con el diario vivir de una economía sustentable. Es Justicia la cimiente del vivir y actuar de la naturaleza humana.
Cuando esta no se establece o se pierde en el tiempo, tales aires que impregnan la vida cotidiana, logra de forma desconsiderada atribuirse a quienes  son los que menos son responsables de  tal evento, que son los ciudadanos de la calle. Pobres o ricos que padecen por igual tan injusta acción de parte de quien administra el estado en una Nación. De quien por cierto reciben imposiciones de los deberes constitucionales, pero nunca de los derechos  de vivir en un ambiente de Justicia.
Presentimos que la cultura de la sumisión, de la cotidianidad y la indiferencia de este factor social están dejando en los ciudadanos una indiferencia tal, que visualizarla en la Nación es ya un asunto de otros y no del pueblo de vivirla; más aun de exigirla para las familias y las comunidades. Es grave, claro que sí. Plantearnos este tópico en el suelo Patrio es urgente, menos todavía inaceptable que el tema de la justicia este en boca de quienes desde hace mas de una década la predica y no la entiende como factor social.
Un gobierno que toma para sí la Justicia, logra romper los factores que de por sí componen esta cultura y termina en corromperse. Convirtiéndola en la más dura y sanguinaria armadura para el control social. Es así que esta pretendida “Justicia” de gobierneros, es profanada como un instrumento del Estado y no un privilegio de la sociedad. Dura realidad que nos trae a la sumatoria del complejo social, más pobreza y miseria, que empobrece el entorno, el desarrollo social y una economía nunca sustentable.
Si bien, logramos detectar esta realidad en países que nunca consolidaron esta cultura en sus tiempos, caso de Cuba con más de ochenta años de miserables dictaduras, Haití, entre otros. No es el caso de Venezuela, que con la perfectibilidad de las formas de vida, las libertades lograron anidar en el corazón del pueblo y no logran asirse a otras formas de vida, sin rechazo y acciones en contra. Es así, como el camino a una justicia cultural busca consolidarse sobre las barreras gubernamentales.
Finalmente la Justicia se convierte en un tema fundamental en la dinámica social, lo que conlleva el compromiso ciudadanos, Familiar y social de convertirse  en un objeto de lucha e su restauración. Siendo esta tarea tan difícil que logra de forma práctica en convertirse constantemente en una batalla para el pueblo y una gran molestia para los gobernantes. Por lo cual, la aseveración del mexicano Emiliano Zapata se convierte en un lema de vida a los pueblos, “Cuando no existe Justicia para el Pueblo, que no haya Paz para el Gobierno”.
joseponschene@hotmail.com

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