jueves, 28 de marzo de 2013

RÓMULO LARES SÁNCHEZ, ¿QUÉ PASARÁ EL 14 DE ABRIL DE 2013 EN VENEZUELA?

El 14ABRIL13 subirá el telón de un nuevo ciclo de fraudes y violaciones generalizados de los Derechos Humanos, que exigiría una arremetida extrema de la represión del colectivo con el propósito de consolidar nuestra esclavitud definitiva.
El origen del 14ABRIL13 estaría en el 2FEBRERO1999, en el muy cuestionado Decreto No. 3 de la presidencia de Hugo Chávez para iniciar el proceso de la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente-ANC, frente al inexistente rechazo de parte de la mayoría conformada por la oposición de los representantes populares directos y de los de los estados, representados por los presidentes de la Cámara de Diputados Enrique Capriles y del Senado y del Congreso Nacional Coronel Luis Alfonso Dávila, proceso que determinaría posteriormente la instalación de la ANC el 15AGOASTO1999, con la inmediata disolución del Poder Legislativo y el sometimiento de la misma y de los restantes poderes públicos al Poder Ejecutivo.
El 14ABRIL13 la MUD y su “candidato-gobernador” del Estado Miranda, también manchado y comprometido por haber sido proclamado por el Consejo Nacional Electoral-CNE de forma sistemática e ininterrumpida a partir del año 2000, anunciarán el “triunfo” por “elección popular” del “candidato usurpador” de la Presidencia, consolidándolo, al promoverlo desde la condición recibida por la vía “hereditaria” el 8DICIEMBRE2012 en la corta visita a Venezuela del gran golpista-usurpador-presidente durante el período 2003-2012, cuya defunción habría sido anunciada el 5MARZO2013, trasladando a su vez el centro estratégico de la campaña “electoral” durante más de un año desde “el cáncer” hacia “el difunto”, para elevar al “usurpador-candidato” a la categoría superior de “usurpador-elegido” por el pueblo y representante local del régimen de VENECUBA.
Este acto consolidaría la neutralización definitiva de la influencia nacionalista y el acceso al Poder Ejecutivo Nacional, en beneficio de los intereses de Cuba, de los militares del MBR200, 4FEBRERO y 27NOVIEMBRE1992 y del resto de los miles de militares activos y retirados distraídos tras las zanahorias de sus gobernaciones, alcaldías, burocracias en todos los poderes públicos y en los grandes negociados “boliburgueses”, quedando Venezuela bajo la ocupación militar y política definitiva ejercida por mercenarios de diverso origen, milicianos, y administrada por los demás representantes de Cuba “elegidos” y designados localmente.
En la base de la tragedia se encuentra el fraude sistemático electoral transformado, por su condición de permanente y continuado, en crímenes de lesa patria y de lesa humanidad, tanto por la ilegalidad e ilegitimidad de tales actos como y sobre todo, por las consecuencias objetivas de la gestión de autoridades usurpadoras de los poderes públicos proclamadas por el CNE, templo mayor y verdadero del crimen organizado transnacional.
La lista de violaciones es muy larga y no distingue entre civiles o militares: el arribo al récord de más de 20 mil asesinatos por año, totalizando más de 170 mil a partir de 1999; la estimulación de la corriente emigratoria antes desconocida hasta centenares de miles de personas y miles de exiliados; el hostigamiento y la persecución de millones de residentes mediante la lista del “apartheid criollo”, así como el secuestro de decenas de miles de demócratas en los antros del “gulag criollo” de la estructura denominada cínicamente “judicial”.
El otro aspecto oscuro que muestra la profundidad de los crímenes registrados, se derivaría de las consecuencias de la asociación de Venezuela con Cuba, consolidando la asociación del régimen venezolano con la subversión continental y mundial, el narcotráfico, la industria ilegal de armas, la legitimación de capitales, el crimen organizado transnacional y con las naciones y gobiernos considerados forajidos por la comunidad internacional.
Esta opereta electoralista del 14ABRIL2013 se habría iniciado con el acto más reciente en la campaña para elegir un candidato de las “oposiciones” el 12FEBRERO2012, para “relegitimar” por cuarta vez al usurpador de la presidencia el 7OCTUBRE2012. Los partidos políticos representantes de la minoría de venezolanos y de espaldas a las mayorías, mediante ese bochornoso acto, declararon su asociación definitiva con el régimen cuando legitimaron y promovieron al antro-CNE como garante de la voluntad de los demócratas venezolanos. Acto insólito, si consideramos la tarea imposible, más bien opuesta y completamente demostrada como la institución administradora de voluntades virtuales y del fraude político-electoral.
Para ilustrar la magnitud desproporcionada del desvarío colectivo al someterse al Sistema Electoral del CNE, podríamos argumentar que, aún en condiciones técnicas cuasi perfectas, es decir, ante la presencia de desviaciones aceptables en las más de 100 diversas etapas de un proceso electoral, aunque en realidad todas admiten su manipulación de forma sistemática y sin dejar trazas, ya tan sólo las condiciones nacionales e internacionales “externas” nos impedirían su convocatoria, debido a la inexistencia de Estado de Derecho, la censura y autocensura de los medios y la multitud de las evidencias que nos confirmarían el estado de terror y confusión generalizado prevaleciente en la sociedad, además de la certeza de que ante cualquier modificación fraudulenta y burda de los resultados, no existiría capacidad alguna institucional ni colectiva para denunciar u oponerse al fraude, ni mucho menos para desconocerlos u obtener rectificación alguna.
Observemos, por ejemplo, la administración del anuncio de la defunción y de la exhibición del propio cadáver del usurpador-presidente, la expresión muy sentida del luto de la inmensa mayoría del colectivo de la ex nación y notable también en el mundo, estimulando hasta la euforia las muestras de las simpatías populares en sus diversas expresiones de pesar, manteniendo el féretro exclusivamente bajo la protección de las zonas militares, en la Academia Militar expuesto y visitado día y noche, transmitiendo en cadena nacional de televisión durante más de 10 días y luego trasladado al “Museo Histórico Militar”, mientras que al mismo tiempo, habrían sido ahogadas con el miedo y el terror cualquier manifestación espontánea de júbilo de parte de muchos millones de venezolanos, quienes erróneamente percibirían al igual que sus simpatizantes, que tal defunción representaba una posibilidad verdadera para la transición política o para la caída del régimen.
Las celebraciones sólo se producirían en algunas ciudades del exterior con alta población de inmigrantes venezolanos, en naciones que ofrecen garantías plenas para la libertad de expresión. Mientras que en Venezuela el régimen se escandalizaba y amenazaba a los cuatro vientos, señalando como ofensiva y criminalizando la legítima y natural manifestación espontánea de los millones de venezolanos víctimas del régimen, con el propósito de anular cualquier manifestación diferente de la “adoración” del difunto convertido en mito.
No sorprende ni se podría esperar menos de las “oposiciones”, ya no sólo cómplices sino socias conformando el régimen, contribuyendo a impedir toda manifestación pública que demostrase el verdadero sentimiento de júbilo apresado en multitudes del colectivo, mediante el argumento de impedir más violencia, que habría que reconocer como válido, frente al clima de polarización promovido por cada extremo y la represión promovida por el régimen, impidiendo la necesaria y legítima separación de las dos condiciones del difunto, primera la del hijo, padre, hermano, abuelo, amigo y líder carismático de una nación, cuya desaparición dolía profundamente, y segunda la del usurpador de la presidencia, el traidor a la patria y criminal que se mostraba actuando abusivamente ante la televisión violando “in fraganti” de manera pública, notoria y comunicacional diversos derechos humanos y como único o principal responsable directo de diversos crímenes contra la humanidad.
Estas mismas características las habría mostrado la gestión del “candidato-usurpador” de la presidencia, durante su desempeño durante los más de 6 años al frente de la Cancillería y sobre todo, durante los 90 días que habría desaparecido de la escena el “presidente-golpista-usurpador”.
A pesar de que el ejercicio del voto dejó de ser una obligación para transformarse en un derecho a partir de 1999, quienes asumimos la postura legítima pero también lógica y digna de rechazar la participación en los fraudes electorales, por una parte evadiendo la complicidad y cohonestando horrendos crímenes y por la otra, debido a su absoluta incapacidad práctica para mostrar la verdadera voluntad del colectivo en razón de la manipulación intensiva del Sistema Electoral, diseñado y administrado más bien hacia el resultado virtual que determine el régimen, seguiremos siendo los únicos exonerados del crimen de haber cohonestado y legalizado un régimen que nos devuelve de forma irreversible a la más primitiva época de las cavernas.
Tanto en el “Referéndum Constitucional” el 2DICIEMBRE2007 como en las elecciones de alcaldes y gobernadores el 23NOVIEMBRE2008,  anunciamos la urgencia que tendría el régimen y sus “oposiciones” de ofrecer “triunfos” electorales a las “oposiciones” con el propósito de entusiasmar la participación electoral del colectivo, muy decaída después de las frustraciones por los escándalos de los fraudes del Referéndum “Ratificatorio” de Hugo Chávez del 15AGOSTO2004, récord nacional de participación, y por los de la “elección” de los diputados a la Asamblea Nacional “monocolor-roja” el 4DICIEMBRE2005, récord nacional de abstención, traicionados ambos por los “políticos de las oposiciones”, quienes concelebrarían con el régimen tales fraudes haciéndose elegir posteriormente gobernadores, alcaldes, diputados a la Asamblea Nacional, parlamentos Andino y Latino, concejeros municipales y miembros de los consejos legislativos y de las juntas parroquiales.
No bastaría, sin embargo, con sólo “salvar nuestra responsabilidad” despreciando y denunciando tales actos, tampoco con solicitar “condiciones” imposibles materialmente de instrumentarse; quedaría sólo la obligación de activarse para denunciar en la clandestinidad de la censura y autocensura de los medios e instituciones, la complicidad y asociación con el régimen que asumen de forma patética quienes cohonestan la traición a la patria participando en cualquier aspecto del Sistema Electoral del CNE, en sus campañas “electorales”, como administradores, promotores, técnicos, simpatizantes, observadores, representantes y sobre todo como candidatos, cómplices y socios todos del mayor fraude de la historia de Venezuela, consolidando su desaparición definitiva como nación así como la esclavitud de nuestros descendientes.
romulolares@yahoo.com
Rómulo Lares Sánchez.

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