lunes, 4 de febrero de 2013

OCTAVIO LEPAGE, ÁRBITRO PARCIALIZADO

Las elecciones venideras las presidirá ese mismo CNE parcializado y subordinado. Es inevitable. No es realista aspirar a que lo cambien. Pero esta vez hace falta una campaña articulada y persistente, dentro y fuera de Venezuela para exigir que actúe con imparcialidad. Hablamos de una campaña no de reclamos anémicos y esporádicos
La elección de Alcaldes y Consejos Municipales está fijada para el 14 de julio. Es bastante probable que se convoque a una nueva elección presidencial en fecha más o menos cercana. Los comandos de la alternativa democrática, obviamente, son libres de tomar las decisiones que estimen más apropiadas, salvo la de cruzarse de brazos o permanecer en actitud más o menos pasiva, encomendándoselo a la buena de Dios.
Ya nos hemos referido a la urgencia de escoger candidato presidencial y definir una nueva estrategia electoral. Ni una ni otra es decisión fácil. Ya Aveledo en el magnífico acto del 23 de enero, anuncio que se escogería por consenso, lo que celebramos. En cuanto a la estrategia, habrá que tomar en cuenta que las elecciones del 7 de octubre y 16 de diciembre, con resultados sorpresivos, de difícil explicación, todavía no han sido analizadas suficientemente para aprender de los errores cometidos. Pero como el tiempo apremia, estas decisiones no conviene postergarlas.
Hay otro aspecto importante al que en elecciones anteriores no se le presto debida atención: el Consejo Nacional Electoral (CNE). La Constitución le asigna poderes absolutos en cuanto a organización, administración, dirección y vigilancia de todos los actos relativos a la elección de los cargos de representación popular. Es el árbitro de las elecciones y como todo árbitro, obligado a guardar neutralidad e imparcialidad absoluta. Esa es la razón por la cual la Constitución (artículo 296) establece que el CNE estará integrado por cinco (5) personas " no vinculadas a organizaciones políticas”.
Este artículo 296 de la Constitución Nacional se violó con alevosía. De los cinco (5) miembros del CNE solo uno (1) es independiente. Cuatro (4) son militantes fanáticas de PSUV, que no se ciñen a la normativa legal y actúan obedeciendo órdenes de sus comandos partidista. Esto lo pudimos apreciar los venezolanos en las recientes elecciones del 7 de octubre y 16 de diciembre. El ventajoso oficial fue simplemente obsceno y quedo impune.
Las elecciones venideras las presidirá ese mismo CNE parcializado y subordinado. Es inevitable. No es realista aspirar a que lo cambien. Pero esta vez hace falta una campaña articulada y persistente, dentro y fuera de Venezuela para exigir que actúe con imparcialidad. Hablamos de una campaña no de reclamos anémicos y esporádicos. No debería prestársele atención a la advertencia de que es inconveniente enfrentarse al CNE y que por el contrario, lo inteligente es halagarlo. Increíble pero cierto: ciertos estrategas y analistas lo recomiendan.
Los servicios de Identificación en Venezuela están manejados por cubanos. Pueden cedular a quien se les ocurra sin control. Esta vulneración a nuestra soberanía es inaceptable.

olepageb@gmail.com

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