Un espectro esta rondando América Latina, es
el espectro del Socialismo del Siglo XXI. Ese espectro se ha hecho más evidente
en la reciente reunión del CELAC que tuviera lugar recientemente en Santiago de
Chile.
La prueba más evidente de la tendencia
ideológica que representa la organización del CELAC en el continente fue el
nombramiento de Raúl Castro presidente de la misma. O acaso puede tenerse dudas
de la ideología comunista que prevalece en Cuba desde hace ya más de 52 años?
Recordemos que esa institución fue creada por
obra y gracia de Hugo Chávez y a imagen y semejanza de Fidel Castro. El
supuesto objetivo de la misma era la reunión continental de los países
latinoamericanos, por tanto quedan excluidos Estados Unidos y Canadá.
Ya en la primera sesión que tuviera lugar en
Venezuela no se llego a ningún acuerdo respecto a los propósitos de Chávez.
Pero es indudable que el propósito del proyecto era el enfrentamiento con
Estados Unidos en nombre del antiimperialismo. Es decir el principio político
que impera en la política interna de los países de América Latina como
condición sine qua non para alcanzar el poder.
En aquella oportunidad, no obstante se
produjo lo que se puede considerar una contradicción, pues se nombro presidente
al presidente de Chile Sebastián Pinera, único país en el que prevalece el rule
of law en el continente. Y he dicho rule of law pues no tengo una traducción
literal para el sistema que se basa en los siguientes principios: Las mayorías
no tienen el derecho a violar los derechos de las minorías; el respeto por los
derechos individuales: a la vida, la libertad, la propiedad y a la búsqueda de
la propia felicidad; la limitación del poder político mediante la separación de
los poderes; y fundamentalmente el rol del poder judicial para decir cual es la
ley conforme a la Constitución.
El nombramiento de Raúl Castro como
presidente del CELAC, ignorando los crímenes de Fidel castro y la falta de
libertad imperante en la isla donde se violan los remanidos derechos humanos da
la tónica del carácter del proyecto en cuestión. Podría decir que el mismo
tiene una manifiesta voluntad de constituir y aprobar lo que Jefferson
denominara un despotismo electivo. Es decir Fidel Castro elecciones mediante,
como está ocurriendo en Venezuela y siguiendo en el Ecuador. O sea la confusión
de la democracia con el socialismo, una vez más bajo el supuesto de la búsqueda
de la igualdad, que deriva en la desigualdad del poder político absoluto y la
consecuencia el gobierno de la cleptocracia. Así surgió el totalitarismo nazi
en Alemania y el fascismo en Italia.
Doloroso es que este proyecto parece aprobado
por la Unión Europea, y tanto así que del mismo participo su más elocuente
representante que es sin dudas la Sra. Merkel, primer ministro de Alemania. Así
una vez más Europa pretende ignorar los crímenes que se cometen en Cuba y la
violación de los derechos individuales. En esa línea encontramos principalmente
a España que a través de los hoteles Meliá, parece controlar el turismo en
Cuba.
Lamentablemente una vez más la política
exterior americana pretende instalar la democracia en el Medio Oriente y
falazmente aun en Egipto, en tanto que ignorando el totalitarismo cubano
pretende negociar con Raúl Castro. Todo parecería indicar que el oscurantismo
del Iluminismo parece estar apoderándose de las tierras del Tío Sam. La
pretensión de la igualdad y la práctica descalificación de los ricos, determina
la violación del principio fundamental de la libertad, que es el derecho a la
búsqueda de la propia felicidad.
Otro aspecto de la política americana que no
logro entender es la confusión reinante del liberalismo con el socialismo.
Basta el más somero análisis de la filosofía política universal, que el
liberalismo y el socialismo son concepciones éticas y políticas antitéticas. El
liberalismo parte del concepto de que la naturaleza humana es inmutable, en
tanto que el socialismo pretende la concepción de un hombre nuevo. Que diría
John Locke si supiera que el país quien por primera vez en la historia aplico
la doctrina liberal en la conciencia de que los monarcas también son hombres,
parece desconocer el principio liberal por antonomasia que como dije
anteriormente es el derecho del hombre a la búsqueda de la felicidad.
A partir de esa confusión ético filosófica,
se habría prácticamente aceptado que las ideas liberales son representadas por
el conservadurismo. En ese presupuesto se ignora que el conservadurismo no es
una doctrina filosófica sino una actitud frente a la vida. Podríamos decir que
hoy el más conservador del mundo es Fidel castro que ha logrado conservar el
poder totalitario por más de 52 años.
Esa confusión ético filosófica es aprovechada
por la izquierda para descalificar al conservadurismo Americano por estar a
favor de los ricos, y por tanto en contra de los pobres, o sea del pueblo. Es
decir se ha apropiado del monopolio de la ética y como dice Thomás Sowell “el que
está en contra de ella no solo está equivocado sino que es un pecador” (SIC).
En consecuencia defender los derechos
individuales que garantiza la propia constitución americana aparece como ser de
derecha. Por tanto se descalifica éticamente el sistema que creara la libertad
por primera vez en la historia y al que le debemos no ser Nazis o Comunistas. Y
más aun genera la riqueza pues donde no se respeta el derecho de propiedad no
se crea riqueza y ahí tenemos como ejemplo la situación de América Latina.
En fin creo que el Occidente confundido por
el oscurantismo del Iluminismo estaría cruzando el Atlántico. O sea avanza
ideológicamente hacia la destrucción del sistema de la libertad en nombre de la
supuesta igualdad. Consecuentemente insisto en que esa confusión impide
comprender la realidad del mundo en que vivimos, en el que la China hoy
liberada de Mao Tse Tung parece haberse enterado de la virtud del derecho de
propiedad aun desde un gobierno autoritario.
Si alguna duda cabe del proceso oscurantista
que amenaza a Estados Unidos, ahí tenemos el discurso del presidente Obama el
día de su asunción. Así comenzó diciendo “nosotros el pueblo” Ya debiéramos
saber que cuando los derechos son del pueblo en la práctica desaparecen los
derechos individuales en nombre del supuesto bien común. Decía Aristóteles:
“Cuando el pueblo se hace monarca viola la ley, se hace déspota y desde
entonces los aduladores del pueblo tienen un gran partido”.
En esa demagogia insistió el presidente
cuando dijo: “Que nuestro país no puede tener éxito cuando muy pocos están bien
y una creciente mayoría prácticamente no puede hacer nada”. En esas palabras me
parece reconocer el pensamiento de Marx que la culpa de la pobreza la tienen
los capitalistas.
Recordemos las sabias palabras de Hannah Arendt: “Cuando se violan los derechos individuales en nombre de la compasión, desaparecen la libertad y la justicia”.
aribas@fibertel.com.ar
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