La semana pasada escribí en este espacio
sobre lo que considero una necesidad imperiosa ante la realidad política
nacional. “Un pacto político emergente”, algunos de mis lectores me han
formulado una interrogante: ¿Para qué un pacto?, voy a tratar de dar respuesta
a esa pregunta, comenzando por decir que la MUD fue un pacto electoral que
cumplió sus objetivos y también cometió sus errores, pero ese no es el
tema.
Un pacto emergente representa un elemento
constitutivo de la política, producto de un acuerdo para hacer posible la
convivencia estable y pacífica entre sociedad civil y dirigencia política. El
compromiso que requerimos se fundamenta en una creciente participación
ciudadana en un espacio que articule intereses e ideales colectivos. Para
influir verdaderamente en el incremento de la participación debe existir un
sentido organizativo a través de acuerdos mediante los cuales se articulen
proporcionalmente los riegos de las decisiones políticas significativas, así
como también los beneficios de las mismas, por ello el pacto debe ser,
igualmente, un pacto civil, donde cada uno de los firmantes se comprometen en
garantizarle al país el respeto a los acuerdos asumidos, los de carácter
temporal como los definitivos, lo que a su vez sería significativo que los
dirigentes políticos y la sociedad civil, actuando en conjunto, logren un
consenso político extra electoral en beneficio del país.
Debemos contar con un discurso político
que genere entre la ciudadanía la
credibilidad necesaria para recuperar la confianza indispensable para obtener
el objetivo perseguido, el rescate de la democracia. Estamos conscientes de haber tenido un discurso político
deficiente y descoordinado frente al atropello oficialista, el cual no se
corresponde con la realidad, por cuanto la mayoría de los políticos son movidos
por ambiciones personales, de tal manera que no dudan en pasar por encima de
cualquier principio ético, con tal de lograr sus propósitos y así, difícilmente
se logra el éxito político.
Con un pacto socio-político se minimiza la
exclusión, un fenómeno que es a la vez la causa y la consecuencia de los
problemas que afectan al país. La exclusión está firmemente presente en el país
y los dirigentes políticos han jugado un papel importante en la conformación de
una mentalidad excluyente, donde las potencialidades ciudadanas no son
criterios de selección para los cargos públicos, donde lo que vale es la
voluntad de mostrar una lealtad sin falla y una actitud servil e incondicional
para lograr su posicionamiento político, donde surge la mediocridad en
funciones públicas.
Un acuerdo para construir una sociedad más
justa y equitativa, y para ello, lo válido es un pacto político emergente e
institucional entre la sociedad civil y los dirigentes políticos, para
enfrentar la crisis que tiende la disolver la república. Un pacto que vaya más
allá de toda coyuntura electoral, de tal manera que podamos obtener el
equilibrio deseable entre la dirigencia política y la sociedad.
ffacchinb@gmail.com
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