miércoles, 9 de enero de 2013

FERNANDO FACCHIN BARRETO, UN PACTO POLÍTICO ¿PARA QUÉ?

La semana pasada escribí en este espacio sobre lo que considero una necesidad imperiosa ante la realidad política nacional. “Un pacto político emergente”, algunos de mis lectores me han formulado una interrogante: ¿Para qué un pacto?, voy a tratar de dar respuesta a esa pregunta, comenzando por decir que la MUD fue un pacto electoral que cumplió sus objetivos y también cometió sus errores, pero ese no es el tema. 
Un pacto emergente representa un elemento constitutivo de la política, producto de un acuerdo para hacer posible la convivencia estable y pacífica entre sociedad civil y dirigencia política. El compromiso que requerimos se fundamenta en una creciente participación ciudadana en un espacio que articule intereses e ideales colectivos. Para influir verdaderamente en el incremento de la participación debe existir un sentido organizativo a través de acuerdos mediante los cuales se articulen proporcionalmente los riegos de las decisiones políticas significativas, así como también los beneficios de las mismas, por ello el pacto debe ser, igualmente, un pacto civil, donde cada uno de los firmantes se comprometen en garantizarle al país el respeto a los acuerdos asumidos, los de carácter temporal como los definitivos, lo que a su vez sería significativo que los dirigentes políticos y la sociedad civil, actuando en conjunto, logren un consenso político extra electoral en beneficio del país.
Debemos contar con un discurso político que  genere entre la ciudadanía la credibilidad necesaria para recuperar la confianza indispensable para obtener el objetivo perseguido, el rescate de la democracia. Estamos conscientes  de haber tenido un discurso político deficiente y descoordinado frente al atropello oficialista, el cual no se corresponde con la realidad, por cuanto la mayoría de los políticos son movidos por ambiciones personales, de tal manera que no dudan en pasar por encima de cualquier principio ético, con tal de lograr sus propósitos y así, difícilmente se logra el éxito político.
Con un pacto socio-político se minimiza la exclusión, un fenómeno que es a la vez la causa y la consecuencia de los problemas que afectan al país. La exclusión está firmemente presente en el país y los dirigentes políticos han jugado un papel importante en la conformación de una mentalidad excluyente, donde las potencialidades ciudadanas no son criterios de selección para los cargos públicos, donde lo que vale es la voluntad de mostrar una lealtad sin falla y una actitud servil e incondicional para lograr su posicionamiento político, donde surge la mediocridad en funciones públicas.
Un acuerdo para construir una sociedad más justa y equitativa, y para ello, lo válido es un pacto político emergente e institucional entre la sociedad civil y los dirigentes políticos, para enfrentar la crisis que tiende la disolver la república. Un pacto que vaya más allá de toda coyuntura electoral, de tal manera que podamos obtener el equilibrio deseable entre la dirigencia política y la sociedad.
ffacchinb@gmail.com

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