“Los labios de la sabiduría permanecen
cerrados, excepto para el oído capaz de comprender.”
“Donde quiera que estén las huellas del
Maestro, allí los oídos del que está pronto para recibir sus enseñanzas se
abren de par en par.”
“Cuando el oído es capaz de oír, entonces
vienen los labios que han de llenarlos con sabiduría.”
En El
Kybalion de Hermes Trimegisto, los Principios De La verdad son siete: el
que comprende esto perfectamente, posee la clave mágica ante la cual todas las
puertas del Templo se abrirán de par en par. Hay dos que que no son
principales, pues todos lo son, “ El Todo es Mente; el universo es mental” y
“Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba”,
Los filósofos griegos, en una sabiduría
infinita en base a la razón, nos dijeron casi todo en sus reflexiones. El apéiron es inmortal Se trata de un término
usado por Anaximandro que nosotros ahora llamamos átomo, (filósofo griego) para referirse a aquello
que para él era el principio de todo: algo indefinido que no era ni agua, ni
tierra, ni aire, ni fuego, los elementos que consideraba esenciales, ya que si
fuera uno de estos seria imposible la formación de su opuesto, si por ejemplo
fuera agua, seria entonces imposible que se hubiera formado el fuego.
El apéiron es inmortal e indestructible,
inengendrado e imperecedero; pero de él se engendran todas las cosas. Todo sale
y todo vuelve al ápeiron según un ciclo necesario. De él se separan las
sustancias opuestas entre sí en el mundo y cuando prevalece la una sobre la
otra, se produce una reacción que restablece el equilibrio «según la necesidad,
pues se pagan mutua pena y retribución por su injusticia según la disposición
del tiempo» (Anaximandro). Todo se da por comprensión y por rarefacción del ápeiron.
Es decir que esa “vida” anima a todos los
seres, todo lo que esta hecho de atomos, moléculas, ápeiron. Y si vemos el
diseño un atomo y de un sistema planetario podremos apreciar sus similitudes.
Todo comparte y se influye. Centrifuga, centrípeta, tiempo y espacio,
concentración y rarefacción
Todo está dentro de un ser superior que lo
contiene y que está vivo. Los seres humanos estamos en ese ser que llamamos
Tierra y ella dentro de otro ser que llamamos sistema solar y este en una
galaxia que vive dentro de un universo. Pero los seres humanos somos agua, tierra,
fuego y aire. En nosotros viven miles de bacterias que recorren nuestros ríos y
mares. Y si como es arriba es abajo hay un ser que contiene todo y este a su
vez es contenido por otro ad infinito, hasta el infinito, continuación indefinida, sin límite.
carlos.padilla.carpa@gmail.com
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