Hoy
no es sencillo realizar un debate sobre izquierda y derecha, pues este régimen
con su práctica desvirtúa todos los conceptos. Compartimos con Capriles
Radonski, apoyado por más de diez factores de la izquierda y el progresismo,
que los graves problemas del país están por encima de ese debate, además, el
pueblo lo que exige son soluciones a sus problemas.
Pero,
es necesario aclarar algunas cosas en medio de tanta confusión. El escritor
Rafael López Padrino, en su artículo titulado “la izquierda bananera” confirma
que la izquierda dentro del chavismo se ha esfumado y que quienes le acompañan
distan mucho de serlo. Estas son agrupaciones serviles, que antes soñaban por
un país mejor, hoy adoran a un hombre; que cambiaron sus ideales de justicia e
igualdad por oportunismo y corrupción; forman una corte de fanáticos y
adulantes del caudillo para seguir haciendo negocios.
La
caracterización más cercana al régimen chavista es el fascismo tropicalizado:
autoritarismo desenfrenado, culto a la personalidad, uso de la descalificación,
el insulto y la mentira compulsiva; irrespeta al ciudadano, negación y
exclusión de todo aquel que ose criticarlo, al punto de negarle la
venezolanidad a quien no esté con él; prácticas violentas contra la protesta,
atropella a los trabajadores, viola los derechos humanos, corporativiza las
organizaciones sindicales y sociales; militariza en forma estructural al Estado
y desarrolla una hegemonía comunicacional que asume a cabalidad los principios
de Joseph Goebbels, jefe de la propaganda de Hitler en la Alemania Nazi.
Asimismo,
en economía aplica lo peor de la derecha, es decir un capitalismo de Estado
ramplón; combina el populismo y el clientelismo que degradan la ética y la
dignidad del ser humano con medidas neoliberales, que destruyen los capitales
nacionales y que benefician sólo a los grandes capitales foráneos, entrega
nuestros recursos naturales a las transnacionales, además, una solidaridad mal
entendida con sus regalos a otros países, apelando a la ficción de convertirse
en una especie de Emperador del Sur.
Lo
dicho desenmascara a quienes vociferan que Chávez es de izquierda y Capriles de
derecha. Chávez representa el pasado oscuro, es el candidato reaccionario y
obsoleto, que busca eternizarse en el poder para seguir endeudando y
desangrando la patria, mientras que Capriles propugna los cambios; propone una
agenda de inclusión, reconciliación, democracia, justicia social y progreso;
asume de verdad el plan hambre cero; se compromete a recuperar y mejorar las
misiones para todos por igual y a un plan de inversiones para generar empleos y
producción y de esta forma dejar de depender de los capitales transnacionales y
de la renta petrolera; un gobierno de unidad que frene la inseguridad y la
corrupción. Estas, entre otras razones, hacen que la mayoría de los líderes y
partidos de izquierda apoyen a Henrique Capriles, quien es ya un sentimiento
nacional y el candidato de todos los venezolanos.
¡¡UNIDAD
POPULAR PARA EL PROGRESO!!
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