Cuando
John Maynard Keynes escribió la Teoría General de la Ocupación, el Interés y el
Dinero, en la década de 1930, predominaba la producción de bienes. Por eso dijo
que "era mejor hacer un pozo y volverlo a tapar que tener gente
desocupada". De esa manera, al realizar obras (básicamente obras públicas)
se ponía en marcha el multiplicador de la inversión y se llegaba a un nivel de
producción y ocupación mayor. Esto justificó la intervención del Estado en la
economía en las épocas de crisis.
Posteriormente,
el populismo y corrientes ideológicas afines utilizaron la intervención del
Estado en la economía aun en épocas normales. Esto fue incrementando el grado
de participación del Estado dentro del Producto, no sólo para cumplir sus
funciones primordiales, como educación, salud, justicia y seguridad, sino
también como regulador y productor directo de bienes y servicios. En general,
casi todos los gobiernos, en los diferentes países, han caído en la tentación
de querer solucionar los problemas económicos con mayor intervención del Estado
en la economía.
Sin
embargo, en la última crisis de 2008 en adelante, el resultado de tremendas
dosis de gasto público y déficit fiscal unidos a expansiones monetarias muy
grandes, no han logrado una respuesta como la que se esperaba y los efectos en
la ocupación han sido magros. Es más, los economistas ligados a líneas
ideológicas propensas a la intervención del Estado en la economía, premios
Nobel incluidos, han pedido aún mayor intervención para solucionar el problema,
que ya era de bastante exceso de gasto. ¿A qué puede deberse esta gran
diferencia con el pasado y los errores de diagnóstico?
La
economía se ha transformado y ha aumentado mucho el sector servicios. En los
países desarrollados, los servicios representan cerca del 80% del producto. En
los últimos 15 años, se ha desarrollado mucho la "economía del
conocimiento" de altísimo valor agregado y se ha enviado la producción de
bienes, que requiere el uso de mano de obra en forma más intensiva, a los
países emergentes, con menores salarios en términos de moneda comparable. El
incremento de la producción industrial en los países emergentes se ha más que
duplicado desde el año 2000 hasta ahora, en tanto que en los países centrales
no ha crecido nada. Los países centrales quieren concentrarse en la producción
de servicios de alto valor agregado que les rinde mayor ingreso por persona,
aunque requiere una mayor capacitación. Podemos observar también esta tendencia
en la capitalización bursátil de empresas de tecnología, como Apple o Google,
que superan ampliamente a la de empresas manufactureras por excelencia, como GM
u otras automotrices, para tomar un ejemplo.
¿A
qué sectores va destinado el incremento del gasto público para salir de la crisis
en una economía de servicios, con casi toda la infraestructura al día? En el
"Recovery Plan" aplicado en 2009 en Estados Unidos por el presidente
Barack Obama, la mayor parte del mismo fue asignado a planes inversión en
capacitación para docentes, cursos de preparación para enfermeras y similares.
La porción destinada a inversión en obras públicas fue pequeña aun suponiendo
que los gastos enviados a los municipios fueron todos para obras públicas. El
resultado en el empleo fue muy limitado.
Cuando
se hace una obra pública, la demanda de cemento, por ejemplo, incrementa el
trabajo de esas fábricas, las que incrementan el empleo y pagan más salarios,
lo que incrementa la demanda de bienes de consumo, que aumentan el empleo en
dichos sectores y así se expande el Producto y el empleo. Lo mismo podemos
decir con el hierro redondo usado en la obra pública o con los ladrillos
utilizados en ella y demás insumos. Esto no ocurre con el incremento de gastos
de inversión en capacitación de personal. Por lo tanto, el objetivo básico de
estos gastos, que es el aumento del empleo, se logra de una manera muy débil en
economías como la americana, de acuerdo a la experiencia reciente. Esto también
es cierto para los países europeos en estos momentos.
Por
lo tanto hay que repensar las ideas de Keynes, que eran útiles para una
economía de hace 80 años atrás, y adaptarlas a la realidad del siglo XXI. La
gran participación de los Servicios y de la Economía del Conocimiento dentro
del PIB han cambiado mucho las cosas. Las mismas recetas que antes funcionaban
bien hoy dan poco resultado. Él dijo que hay que ocuparse del corto plazo
"pues en el largo plazo estamos todos muertos". Pero como se observó
recientemente: "Keynes está muerto y nosotros estamos vivos en el largo
plazo". Nosotros tenemos que pensar la realidad, que es lo que hubiera
hecho Keynes.
http://www.lanacion.com.ar/1471279-keynes-y-la-realidad-80-anos-despues
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