Una enferma importante
necesita tratamiento.
La patria que nos vio nacer
está enferma de engaños. Un socialismo de librito - que no mejora nada- nos
produce fiebre alta, mareos y migrañas. El país está cansado y débil.
Al mismo tiempo, el
presidente regresa de nuevo a su condición de enfermo. Enfermo el país, enfermo
el presidente. Claro que da lástima un hombre que pelea con una enfermedad,
pero quién se compadece de esta patria aquejada de males mayores.
Hora de regresar a nuestra
agenda y dejar quieto al enfermo. Al enfermo que lo apoye su partido con actos,
le llene el Teresa Carreño de seguidores, lo acompañe en su dolor en la isla de
Cuba y le haga muchas misas pidiendo por su salud.
Hora de seguir apuntalando
el esfuerzo electoral que hemos venido adelantando y continuar con las acciones
que se requieren para asegurar las adhesiones necesarias para lograr la mayoría
el próximo 7 de octubre. No se puede perder un minuto, no debemos olvidar que
el contendor es un gobierno lleno de dinero, poder, centros de comunicación,
logística e instituciones bajo su control. Nuestro éxito inicial el pasado doce
de febrero es únicamente el pasaporte de salida para el inicio de un trabajo de
fondo, necesario y vital.
Cada venezolano debe
asumir un rol protagónico en este crucial año. Cada venezolano debe tomar un
puesto en el frente y envestido de coraje y convicción, trabajar para apoyar a
nuestro candidato. Eso comienza desde las manifestaciones más simples, cómo lo
son los símbolos que portamos. Sin temor alguno, manifiéstese a favor, con un
nick en su Blacberry, una calcomanía en su carro o una chapita en su pecho.
Hágale ver al mundo que dejamos atrás los temores. Hágale ver a los venezolanos
indecisos que somos una fuerza capaz de cambiar el orden de las cosas.
Luche para hacerle
entender a los que todavía no entienden, que esta revolución no nos deja nada
bueno. Agropatria, Sidor y Cemex no son mejores centros de trabajo y el Guaire
nunca se volvió potable, la seguridad no mejora y el tráfico acaba con nuestras
vidas, pues este gobierno no ha producido vías de comunicación. Hágale ver que
los venezolanos no nacimos para hacer colas indignas, para comprar la comida.
Construya grupos de
personas dispuestas a trabajar por este –nuestro país- y ahora más que nunca,
piense en una Venezuela sana, bonita, en pleno camino al progreso. Nadie dice
que será fácil, pero merece la pena que echemos el resto, no hay un país mejor
que el nuestro.
Dejemos quieto al enfermo,
recuperemos nuestra agenda. El país nos necesita.
@pereiralibre
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