Nuestro país cierra un ciclo de 14 años de
conflictos, desde las alturas del poder se bombardeó al venezolano con un
mensaje de odio, para crear la matriz de opinión de que todos los sufrimientos
del Bravo Pueblo, provienen de aquellos que no están con el gobierno.
A su vez utilizaron los recursos del estado
para financiar campañas de comunicación, que incluían regalos becas y prebendas
populares, a fin de convencer a los sectores menos favorecidos de que por fin
se beneficiaban de la renta petrolera. A esto se agregaban la amenaza de que si
no se mantenía el régimen desaparecerían todos esos programas.
Esta actitud entre manipulación y limosnas
era necesaria para mantener en el poder la cúpula del PSUV, ya que mientras
entregaban unas cuantas neveras, ayudas económicas, becas a los buhoneros y
mucha propaganda demagógica, tenían la oportunidad de enriquecerse rápidamente
hasta constituir la poderosa “boliburguesia” atornillada en el poder.
Esa boliburguesia heredera hoy del caudillo
es la responsable de tener un país dividido, abrumado por las dudas, problemas
y tensiones, con un porvenir comprometido. Realizaron una gestión en la que se
destruyó el aparato productivo, acabaron con las fuentes de trabajo, se
confiscaron las tierras, las industrias que distribuían semillas a los
trabajadores del campo y grandes empresas de distribución de alimentos, para
terminar importándolo todo, con unos procesos desbordando corrupción,
comisiones, conteiners repletos de comida podrida y pare usted de contar.
Se armó una comunidad a fin de generar
tensiones y contar con bandas armadas favorables, mientras se difundía un
mensaje de odio y de venganza, señalado a un sector de la sociedad como
enemigos, porque no se plegaba al autócrata y con el objetivo claro de
convertirnos en su objetivo.
Se utilizaron los más altos ingresos
petroleros que ha tenido este país, para comprar países y gobernantes, para
financiar a los Castro y los amigotes internacionales. Entre lo que
despilfarraron y lo que desapareció en comisiones, sobreprecios y ayudas inconfesables,
terminaron vendiendo el petróleo del futuro y endeudando al país por varias
décadas.
Los desajustes económicos comprometen el
desarrollo de Venezuela y esto constituye un crimen contra las generaciones
futuras.
Hemos presenciado el show más costoso que se
haya montado en Venezuela, que convenció a una parte del público y que sufrirá
la más grande decepción, cuando finalice el espectáculo y se prendan las luces
que muestren la dura realidad.
Los autores los conocemos, su responsabilidad
es pública, no hay más espacio para más mentiras y promesas que no pueden
cumplir. El pueblo esperaba prosperidad y justicia social, en su lugar encontró
corrupción, líderes enriquecidos, narcotráfico, un circo mediático, falta de
trabajo, un país cayéndose a pedazos, sin ninguna obra importante de
infraestructura, con hospitales abandonados, pero eso si con muchas campañas de
afiches, vallas y publicidades demagógicas.
Frente al Gobierno ineficiente nos
encontramos todos los venezolanos que creemos que hay otro camino, que creemos
en la democracia, que no somos comunistas, que hemos nacido y vivido en
libertad y así queremos que crezcan nuestros hijos, llegó la hora de dar un
paso al frente, de asumir el momento histórico, de votar, de estar presentes
todo el tiempo, de no renunciar a nuestros espacios, de no descuidarnos para no
perder la partida.
El pueblo está cansado de vivir en un
permanente conflicto, cansado de los insultos y las agresiones, hastiado del
discurso que ha alimentado la violencia que se vive en las calles y que deja un
saldo de víctimas como país en guerra. Necesitamos recuperar una forma de vivir
que nos permita ser ciudadanos, donde los jóvenes puedan estudiar, crecer y
conseguir un trabajo, donde se les permita llegar a ser hombres y mujeres de bien.
Tenemos que reconstruir Venezuela, sobre
nuevas bases de solidaridad, honestidad, con la participación de los diferentes
sectores sociales, con el respeto a las leyes y con igualdad de oportunidades
para todos los venezolanos. Es urgente darle un vuelco al rumbo económico, para
evitar la bancarrota.
Cada quien en su puesto, cumpliendo como
profesionales, como inversores, como trabajadores, representantes gremiales o
estudiantiles, en definitiva como venezolanos, participando con nuestro
esfuerzo a la grandeza de la patria.
Acabar con el desmantelamiento de la empresa
privada, finalizar la guerra contra los agricultores, ganaderos, comerciantes,
transportistas, sindicalistas, los medios de comunicación y las universidades.
Este país es grande porque existió un
Bolívar, Sucre, Urdaneta y la negra Matea, Teresa Carreño, Teresa de la Parra,
Reverón o Soto. Es valiosos porque existe un Zapata, Jacinto Convit o Ana
Teresa Torres, pero también por un Brito y por un Simonovis.
Pero te llames Pedro, Juan o Teresa todos
contamos, todos aportamos nuestro grano de arena al edificio, debemos y podemos
asumir nuestra parte, un país se construye cada días con el esfuerzo y el
trabajo de sus habitantes, esto ha sido el gran crimen contra Venezuela, buscar
convertirla en la hacienda particular de un iluminado, que juró vengarse y
terminó manejando los recursos del país como si fueran de su propiedad, cual
monarca del medioevo.
Olvido que la herencia de hombres libres que
conforman nuestra Venezuela, aguanta pero no se rinde, que trata de temperar
pero no se doblega. Que espera con paciencia pero no se rinde.
El 2013 espera por cada Venezolano, patriotas
dispuestos a dar lo mejor de nuestro gentilicio, decididos a dejar atrás esta
pesadilla antihistórica, dispuestos a realizarlo incluyendo a todos, según
nuestras responsabilidades, nuestra experiencia y nuestra formación.
Siendo útiles como profesionales y en lo que
estamos preparados, demostrando que cada uno de nosotros es grande en su sitio.
nelsoncastellano@hotmail.com
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