Primero deseo felicitarte por tu triunfo del
16D, del cual nunca tuve dudas, pese al temor de ver birlados los resultados
por las manos manchadas de quienes los han
tergiversado consuetudinariamente
a la sombra y contrario a la voluntad popular.
Según se van desarrollando los eventos,
parece ya muy real la posibilidad de acudir a
una contienda electoral dentro de un plazo relativamente corto y esto me
hace pensar que debemos tapar todas las rendijas del abstencionismo, causa casi
terminal el domingo pasado y estar preparados para afrontar este nuevo reto.
Cuando acudí a depositar mi voto en la
escuelita de Baruta, noté una ausencia preocupante de electores, pero más
asombroso aún fue ver la estampida del voto joven. No podía entender este
vacío, sobre todo si nos estábamos jugando una carta fundamental que habría de
ser muy valiosa en el futuro inmediato para garantizar una gobernabilidad
regional y en especial cuando las fuerzas del mal, que resultaron ganadoras ya
estaban derrotadas a nivel de 10 ó 12 estados importantes. No entendí que
quienes nos reemplazaran y heredaran el país, los jóvenes demócratas, brillaban
por su ausencia. Voté y me fui muy consternado a mi casa a pensar sobre qué estaba pasando.
Creo que hemos subestimado en muchas
ocasiones, no solo el poder extraordinario y abusivo del contendiente
oficialista, sino las distintas triquiñuelas que utiliza desde el poder para distraer nuestra atención, causarnos
molestias, algunas graves y para que abandonemos la ciudad en busca de
condiciones favorables al vivir, negadas a rajatablas e incomodarnos más.
Algunos de estos bajos trucos que pienso
encajan en lo que estoy tratando de describir
–y no tengo dudas al respecto- son situaciones esencialmente sutiles pero con un impacto
demoledor:
*El agua doméstica como elemento político. En
los Naranjos del Cafetal sufrimos una sequía inexplicada y provocada por
Hidrocapital de casi diez días previos
al 16D. Se veían camiones por todos lados entregando el líquido vital. Se
imagina el impacto sicológico en las familias -una vez consumidos los tanques-
privadas de agua totalmente. La primera reacción es sacar los muchachos e irse
a casa de los abuelos en otra ciudad o la playa, lejos de la urbanización. Piensan:
“¿Votar? Unos menos no afecta, si ya ganamos” Y así, multiplique y empezaremos
a entender un componente de la gran abstención. Debo decirte, no creo en que todo se debió a la resaca del
7/10. Esta situación del despojo del agua
tuvo consecuencias graves. Predije que el agua llegaría el lunes muy temprano, como en efecto ocurrió. Da que
pensar, ¿no? Especulando, perdimos miles de
votos por esta vía.
*Vacaciones adelantadas como medio político.
Cuando los niños no están en la escuela y corretean por todo el apartamento, si
tu compromiso con el voto es flojo, te largas a otra parte y que voten los
otros. Acompáñelo con la carestía de agua y el asunto se compone a intolerable. En Mérida donde una gran mayoría
de los votantes son estudiantes universitarios –más de 50.000-, al declararse
las vacaciones se fueron a sus
residencias en otros lugares. Me dijo un
galeno amigo merideño, y lo oí por una emisora radial de esa entidad que los centros estaban casi vacíos y solo unos
cuantos adultos mayores con cachuchas y bastones acudieron. En los centros que
visite en Caracas: los del Cafetal, Baruta y la Nueva Esparta en Los Naranjos, había más carros afuera que
electores adentro.
*Política de abstencionismo del régimen. Una
estrategia bien programada –no olvidemos que el comunismo funciona en base de
minorías organizadas para evitar desperdicio y garantizar secretismo- estuvo
dirigida a varios sectores endebles de la comunidad que se rigen por el voto
voluntario y de alguna manera desmotivaron los electores flojos. Me cuenta un
conocido que presenció ráfagas de esa actividad en su barrio y no sabemos la
extensión que tuvo a nivel nacional.
Creo asimismo, que en la eventualidad de una
nueva confrontación con el chavismo, latente y altamente posible, es necesario
organizar una verdadera Revolución en la que muchos de los conceptos políticos
deben revisarse a profundidad bajo esquemas bien definidos y factibles acciones a tomar, con sus respectivas
prioridades, como la reactivación de la Industria petrolera y los mercados
correspondientes. Llámese Revolución o Programa de Recuperación Económica y
Social, en el fondo envuelve profundos cambios, muchos de una inmediatez
ineludible. Igualmente se debe controlar el CNE, que hace saber de una política
electoral impoluta y los hechos demuestran lo contrario. El REP debe ser
minuciosamente revisado y reducido a la verdadera lista de venezolanos y
residentes aptos, sin multicedulados, extranjeros habilitados para votar sin
reunir las condiciones legales y además eliminar centros en oscuros reductos o los posibles
efectos de una transmisión de datos no transparente. Los militares
profesionales deben votar en las comunidades donde viven o si residen
en entornos militares los centros
deben estar bajo control civil del CNE y la sociedad.
Por último hay que pasearse por la
restructuración de tu comando, con gente capaz técnicamente en todas las
disciplinas que han sido olvidadas, maltratadas con negligencia por el
régimen y sobre todo no enfrascarse en
admirar, enaltecer, reconocer o alabar los vetustos logros de la tiranía,
porque es obvio que esta constituye el principal enemigo de la Nación y sus
ciudadanos.
Quizás no he abordado todos los temas que
deseaba plantearte, pero al momento creo suficiente lo expuesto.
Saludos,
Mauro Parra
jmpzc@yahoo.com
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