"Cuando la estafa es enorme ya toma un nombre decente." Ramón Pérez de Ayala
El Socialismo del Siglo XXI es sin lugar a
dudas una de las estafas más grande conocida en la historia latinoamericana.
Cubierta con léxico socialista y "lucha antiimperialista", los
jerarcas del bodrio bolivariano lograron cautivar a la izquierda incauta
mundial y la pusieron a sus servicios, mientras éstos se enriquecen, viajan por
el mundo, mostrando sin pudor todo el dinero obtenido en sus andanzas
criminales.
Da lo mismo Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Cuba
o Venezuela el esquema criminal se repite al calco. Este consiste básicamente
en ofrecer esperanzas a la masa para que esta produzca beneficios políticos y
económicos a los promotores originales del socialismo del siglo XXI y opera con
los mismos principios que los llamados sistemas piramidales, Ponzi, círculos de
la plata o células de la abundancia. Lo cierto es que la masa enceguecida queda
atrapada en este esquema, soñando que en algún momento lograrán alcanzar la cúspide
de sus sueños, pero ese desiderátum jamás se conquista, pues sólo sirve para
apuntalar al liderazgo mafioso.
Las listas de soñadores inscritos en los
programas sociales, anhelando: casas, empleos, seguridad social, servicios
médicos de excelencia o el carrito para trabajar en la plaza como taxista,
crece y crece, pero las promesas y las expectativas derivan en ilusiones
quiméricas que los estafadores del siglo XXI se encargan infinitamente de
alimentar. Ese futuro pleno de oportunidades nunca se concreta. En la antigua
URSS esperaron 70 años y en Cuba 54. En los países del ALBA rondan o superan la
década. Como la historia ha demostrado, primará la verdad en forma de dolor,
serán millones de vidas frustradas, ilusiones tronchadas. Es la historia la que
al final despertará a los pueblos con una gran bofetada, pero para nuestra
generación serán tiempos perdidos, oportunidades que quizá nunca volverán, al
menos no como en Venezuela, en forma de maná petrolero caído del cielo.
La economía en los país que acogieron el
sistema propuesto por el socialismo del siglo XXI, se encuentran paralizadas,
nadie en su sano juicio, arriesgaría su patrimonio, cuando está consciente
sobre la inseguridad jurídica a la quedarían expuestas sus inversiones. Las
oportunidades de progreso y de crecimiento personal son cada día más precarias.
El problema es que en el esquema del fraude socialista, el esfuerzo personal,
el mérito profesional y el trabajo quedan subordinados a la mendicidad,
obediencia prebendaria y servilismo que encanta a los jefes de las mafias que
controlan el poder.
Las sociedades caídas bajo el influjo
bolivariano están prácticamente atrapadas e incapacitadas para reaccionar
individualmente. El esfuerzo colectivo permitirá romper el actual esquema.
Despertar y rebelarse debe ser la consigna, los pueblos deben hacerse cargo de
su propio futuro y destino, desechando las falsas ilusiones.
Los estafadores usan muchos trucos para
adulterar la realidad y pescar ingenuos. Ellos saben manejar expectativas y esperanzas
para engañar. Un pueblo alerta y consciente jamás será presa fácil de estos
estafadores del siglo XXI y su esquema piramidal.
aserne2004@gmail.com
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