Al
no reconocer que la historia de Venezuela no comienza en 1998 nos volvemos
chavistas sin darnos cuenta, colocamos el debate en un terreno donde Chávez
tendrá las de ganar; en cambio, cuando rescatamos lo mejor del pasado el
proyecto imperante en estos 14 años se muestra infantil y condenado al fracaso.
Venezuela
fue un gran país a pesar de los adecos y de los copeyanos, y también gracias a
los adecos y a los copeyanos.
Los
partidos tradicionales no supieron defender el legado de los presidentes civiles
y mucho menos renovarse.
Seguimos
permitiendo la peor expropiación de Chávez, la de la historia, se calla el
valor de los hombres que se enfrentaron a los caudillos militares, cuando en
realidad la oposición es heredera de esa lucha a favor de la democracia, de un
proceso que inician López Contreras y Medina Angarita.
Venezuela
fue potencia política gracias a la democracia civil, a la Doctrina Betancourt
de no reconocimiento a las dictaduras, que hoy se aplica mundialmente; el país
de la OPEP, de la creación de universidades de primera, la represa del Guri, la
formación de una gran clase media, la construcción de millones de viviendas a
través de la propiedad horizontal y de la que son testimonios Caricuao, El
Valle, Los Palos Grandes; el país de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho, el
Sistema de Orquestas, la pacificación, la alternabilidad democrática ...y el
Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, hijo legítimo de Sofía Imber, la mujer
que compartió también la obra de Guillermo Meneses y la de Carlos Rangel.
Con
ese museo contribuyeron empresarios venezolanos que reconocieron la
trascendencia para el país del MAC, y también contó con el respaldo entusiasta
de Luis Herrera Campins, Carlos Andrés Pérez, Jaime Lusinchi, Rafael Caldera.
Sofía
ha poseído una visión asombrosa para adivinar hacia dónde marchaban las grandes
tendencias artísticas. Mundialmente, el MAC fue una referencia obligada para el
arte internacional. Ahora, junto con Arlette Machado, en unas verdaderas
memorias compartidas, nos ha dejado un testimonio de esta época esplendorosa de
la cultura nacional.
Chávez
impuso una visión del país que desarma a los opositores, les quita argumentos,
porque si todos los presidentes civiles venezolanos fueron unos pillos
entregados al imperialismo, si el Pacto de Puntofijo representa la peor
traición, sólo Chávez y el propio Simón Bolívar representan lo único valioso de
la historia venezolana. A esto agréguese el complejo de culpa de los partidos,
incluidos los de izquierda, que fueron los responsables del triunfo de Chávez,
le abrieron el camino hacia el poder junto con las élites que impulsaron la
antipolítica.
La
principal expropiación que ha hecho Chávez no ha sido la de fincas, empresas,
edificios, sino de lo más valioso de un pueblo, de su historia.
Hay
mucho de lo que estar orgulloso del siglo XX venezolano, de la obra portentosa
del MAC, de un país tolerante y abierto que hoy nos parece tan lejano, tan
valioso, pero cuyo recuerdo sirve para retomar la vía del progreso. No hay que
desesperar, Venezuela fue un gran país, superó condiciones terribles para
volverse una sociedad abierta y democrática, sin repetir, claro, errores y
estupideces.
@faustomaso
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