ALFONSO MONSALVE SOLORZANO, VEINTISEIS MESES DE GOBIERNO, CASO COLOMBIA

Dijo Santos que nadie (o prácticamente nadie) en la historia de Colombia había hecho tanto en un gobierno, como él en el suyo en sus veintiséis meses  de mandato. 

¡De acuerdo totalmente! Ningún presidente en tan poco tiempo dilapidó lo que le costó ocho años a Uribe y a todos los colombianos: arrinconar hasta tener vencida estratégicamente a la guerrilla, de manera que si se hubiese continuado con la seguridad democrática, sólo tendríamos que negociar las condiciones de entrega y no la agenda nacional; sometido a los responsables de crímenes de lesa humanidad a la justicia, tal como se hizo con las autodefensas, en lugar de garantizarles impunidad completa mediante el mecanismo de declarar conexos a los delitos políticos, dichos crímenes y negocios transnacionales como el narcotráfico. 

No. Sería impensable partir de la hipótesis de que la guerrilla no estaba vencida y había que negociar de igual a igual ‘entre las partes’, que es lo que de verdad se hace en contravía de la retórica oficial. No hubiéramos tenido que escuchar que las víctimas son un asunto intrascendente, como se dice en un comunicado de las Farc, sino exigido la verdad, la justicia y la plena reparación de las víctimas; ni tenido que contemplar, atónitos, su crecimiento, en estos veintiséis meses, de 6.000 a 8.500 combatientes, cifra estimada por el Ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.

Las Farc son una empresa multinacional del narcotráfico: según afirmó Fernando Londoño el viernes pasado en El Tiempo, con base en informaciones suministradas por el mencionado ministro, en uno solo de sus negocios, el narcotráfico, “ganan cada año, producto de la venta de 200 toneladas métricas de cocaína, la friolera de 3.500 millones de dólares, que traducidos a pesos montan seis billones […] que triplican las utilidades del Grupo Aval, con 60.000 trabajadores […] que tienen seis veces las utilidades del Banco de Colombia, para el que trabajan 19.000 personas. Bavaria gana otro billón de pesos, con 12.000 trabajadores” etc. Todo esto sin tener que pagar prestaciones, pensiones, festivos y salud a sus combatientes. Lo anterior, sin contar con el nuevo negocio de la minería ilegal, o la extorsión. Como un punto de la agenda es el narcotráfico, Santos ‘negociará’ con la guerrilla la legalización de la inmensa fortuna que tiene en el exterior y en el país y deberá ofrecerles una entrada por lo menos tan rentable como el del tráfico de narcóticos, para que lo abandonen; y tendrá que ‘legalizarles’ o comprarles sus minas de oro. Esto no ocurriría si se hubiese mantenido la política de seguridad de Uribe.

Tampoco se negociaría la ‘reforma agraria’ con una guerrilla, que dice representar a los campesinos, pero que es la mayor empresa terrateniente del país, pues se calcula que maneja 1.500.000 de hectáreas, fruto del despojo a los campesinos, de las que hasta ahora, en las demandas de la Ley de Tierras se les reclama 810.000; ni los medios capitalinos tenderían  un manto de silencio sobre las acciones criminales de esa guerrilla contra los niños de Pradera en la noche del Halloween o la masacre aleve contra seis policías en el norte del Cauca, con el fin de que la opinión no repudiase dichas acciones.

Tampoco tendríamos de ‘nuevo mejor amigo’ a Chávez, valedor de la guerrilla con la que comparte un proyecto ‘bolivariano’ marxista para Colombia, ni sería ‘garante’ de la ‘negociación’.

Sí. Colombia ha sido cambiada radicalmente en estos veintiséis meses, por alguien que no usa poncho ni es rufián de esquina, sino un ‘gentleman’ educadito en Londres.

http://www.pensamientocolombia.org/DebateNacional/veintiseis-meses-de-gobierno

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