La vida es un camino lleno de oportunidades,
las decisiones que tomamos frente a ellas determinan nuestro destino. Algunas
oportunidades se nos presentan como un hermoso regalo envuelto en un papel que
seduce nuestra vista; otras son como tesoros escondidos que solo encuentra el
que las busca; y aún existen aquellas que vamos construyendo con nuestro
trabajo, de la misma manera que el escultor va tallando la piedra y formando la
maravillosa figura que concibió en su mente. Nos encontramos a pocos días de
tomar una decisión nacional para cambiar el rumbo de nuestro país; es una
decisión nacional porque depende de todos y cada uno de los ciudadanos de
nuestra nación que cumplen con los requisitos exigidos para ejercer el voto.
Una oportunidad de oro para decidir el destino de nuestra patria.
Muchos dicen que no votan porque no son
políticos; ignorando por una parte, que políticos somos todos los que vivimos
en sociedad, y por otra, que el que no ejerce sus derechos políticos se
encuentra en riesgo de perder todos los demás derechos. Otros tienen la idea de
no estar de acuerdo ni con un lado ni con el otro, algo así como si sus ideas y
pensamientos estuvieran muy por encima de todas las demás, pero demostrando con
su actitud el desganado interés de llevarlas a cabo. Es casi imposible que
estemos de acuerdo en un cien por ciento con un líder político, pero esto no
justifica de ninguna manera que asumamos la actitud de no involucrarnos.
También existen aquellos que padecen miopía
del alma, son incapaces de proyectarse en el futuro, solo les mueve el interés
desmedido e inmoral de los beneficios del momento; aunque por ellos tengan que
venderle sus almas al mismo diablo. Estos irresponsablemente le truncan el
futuro a sus hijos y a sus nietos, pero el placer del momento no les deja ver
más allá; no les permite recordar que la Tierra gira, que las circunstancias
cambian, y así como el día más soleado puede ser sorprendido por un aguacero,
de la misma manera sus cómodas vidas abarrotadas de dinero y poder pueden ser
sorprendidas por una de esas tormentas que a su paso solo dejan desolación.
Lo aceptemos o no, la vida de nuestra nación
repercute en nuestra vida individual y familiar. Nos involucremos o no, las
decisiones tomadas por los líderes políticos en nuestro país redundarán más
temprano que tarde en decisiones que tendremos que tomar individualmente. Y cada una de esas
decisiones individuales afectarán a un grupo determinado de personas, que será
mayor en cuanto mayor sea nuestra influencia. Es desventurado querer actuar
como entes solitarios cuando estamos unidos por lazos que inexorablemente nos
unen o relacionan.
Cuando una familia se ve golpeada por la
desgracia no hay cabida para la indiferencia, no hay cabida para la mezquindad,
no hay cabida para la duda. Es el momento de encontrar dentro de ti el
verdadero significado de vivir en hermandad; es el momento de trabajar, de
entender que ningún esfuerzo es poco para ayudar y que todo tu esfuerzo vale
para demostrar el amor que en tu corazón dices llevar. Nuestra Venezuela
querida te necesita, no hay cabida para la indiferencia, no hay cabida para la
mezquindad, no hay cabida para la duda, no hay cabida para ninguna excusa, es
la hora de demostrar tu responsabilidad.
"Nada es tan peligroso como dejar
permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el Poder. El Pueblo se acostumbra
a obedecerle, y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación
y la tiranía". Simón Bolívar.
rosymoros@gmail.com
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