El primer responsable de la tragedia en el
Centro de Refinación de Paraguaná es Hugo Chávez Frías, por haber despedido en
2002 a 23.000 trabajadores petroleros, altamente calificados, y desmontar la
industria, al colocar gente que no la sabe manejar y que fracasaron
estrepitosamente al poner en riesgo la seguridad de los trabajadores.
Nuestros mejores gerentes petroleros, en los
cuales el Estado invirtió recursos y tiempo en su formación, hoy se encuentran
en el exilio o están contratados en grandes transnacionales, en otros países,
donde les reconocen su experiencia y calificación.
El gobierno de Chávez ha venido
desprofesionalizando todas las instituciones, entre ellas, las empresas básicas
y, como desprecia la “meritocracia”, se cargó a los experimentados trabajadores
y los condenó prácticamente al desprecio público. El Gobierno estaba claro en
que ellos se opondrían no sólo a la incorporación de personal no calificado
para manejar la industria de los hidrocarburos, sino a los planes de entrega de
la soberanía y de nuestros recursos naturales para financiar un proyecto
internacional dirigido y planificado por Fidel Castro.
Desde el año 2003 van 79 accidentes graves en
la industria petrolera, debido a la ineptitud e incompetencia del ministro
presidente de Pdvsa y de la gerencia “roja, rojita”.Desde enero de este año
hasta hoy se han registrado siniestros en varias áreas operativas que han
dejado cuantiosas pérdidas materiales y humanas. En los últimos años, analistas
y expertos petroleros alertaron que la falta de mantenimiento podría ocasionar
una tragedia de la magnitud como la vivida en Amuay, durante el fin de semana.
Pdvsa ha destinado los recursos para el
mantenimiento de la industria en la construcción de viviendas, en importar todo
lo que se consume en el país y en empresas corruptas como Pdval, además de
financiar la campaña electoral del comandante presidente y los proyectos
políticos de otros líderes extranjeros que apoyan la revolución bolivariana. Si
la estatal petrolera se hubiera concentrado en sus funciones de producción,
refinamiento y comercialización, en vez de regalarle la gasolina a Cuba para
que la negocien ilegalmente en el mercado internacional, esa tragedia y los
otros graves accidentes se habrían evitado.
¡Otra inmoralidad más! Como el Gobierno
controla la información, no dice toda la verdad sobre la cantidad de muertos,
heridos y desaparecidos en la megatragedia de Azuay; además, oculta que está
buscando gasolina para abastecer el mercado nacional.
El ministro de Energía y Petróleo, Rafael
Ramírez, garantiza que habrá suministro de combustible, pero no dice que la va
a importar con grandes pérdidas para el país. Ante la emergencia, lo mínimo que
debería hacer el Gobierno cubano es proporcionarnos la gasolina, que produce
con el petróleo que le regalamos y que vamos a necesitar ahora mismo.
Los cargamentos de petróleo con que Pdvsa
beneficia a Cuba, Nicaragua y El Salvador supuestamente no se pueden revender,
sin embargo, los están revendiendo en destinos prohibidos como los de Europa.
Fuentes de inteligencia nos aseguran que los vivarachos que manejan Cubapetrol,
Albapetrol y Albanisa venden nuestro petróleo a precios internacionales en
100%, cuando Pdvsa les cobra sólo 50% a noventa días de haberse llevado el
cargamento.
El botín lo depositan en cuentas fantasmas.
Ni ayudan a sus países necesitados ni lo harán con el pueblo venezolano, que a
partir de esta tragedia es cuando va a pasar el trabajo hereje.
msalazar@cantv.net
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