EL GOBIERNO DE CHÁVEZ
La semana pasada se consideró lo que podría ser un
gobierno presidido por Capriles. En esta oportunidad se analizará la hipótesis
de un eventual nuevo gobierno de Chávez, sobre el supuesto de que no habrá
graves problemas en las próximas elecciones y el proceso se desenvuelve
pacíficamente.
Si Chávez resultara electo se volverá a poner sobre
el tapete el tema de su enfermedad como variable política. Es evidente que la
campaña la ha desarrollado con severas limitaciones físicas que no reflejan el
activismo de otros tiempos. Al margen de lo grave que sea su enfermedad y de
los pronósticos, su eventual nueva presidencia estaría signada desde el inicio
por la incertidumbre sobre su salud. Este hecho, aunque no sea más que por las
leyes de la física política, recrudecería las disputas por la sucesión aunque
de manera soterrada.
LO QUE PUDIERA VENIR.
Una vez lograda una eventual reelección, sin duda
Chávez tratará de ir más allá de donde ha ido en materia de control
institucional y social. Un instrumento al que muchos de sus allegados aluden es
el de una nueva Asamblea Constituyente o algún mecanismo para reformar o
enmendar la Constitución. Aunque los instrumentos tienen diferentes alcances,
se sabe de sobra que es capaz de hacer lo que quiera sin demasiadas contemplaciones
legales. Allí podría intentar cambiar los requisitos para la Vicepresidencia
(¿para un familiar?), eliminar las elecciones si hubiere falta absoluta del
Presidente en los primeros 4 años del período constitucional, darle jerarquía
constitucional a todo el entramado de las comunas y consejos comunales como
bases del "poder popular", consagraría las milicias, y eliminaría la
jerarquía que la descentralización tiene en el texto constitucional, así como
otras ocurrencias similares que permitan más poder.
Sin duda, la dirección cubana tiene su larga y
viscosa mano metida en esta transición. Desde antes que apareciera la
enfermedad presidencial, pero sobre todo después, Fidel ha insistido en que
"Chávez no puede hacerlo todo", y desde el año pasado se ha intentado
construir algún mecanismo de relevo del caudillo, sin lograrlo. Pero en la
eventualidad de la reelección, sin duda lo intentarán para que el régimen no
quede al garete en la contingencia de su ausencia.
LA DISPUTA POR EL PODER.
Si Chávez no sigue en la Presidencia en razón de su
enfermedad o se comienza a mover a menos de un cuarto de máquina, el
Vicepresidente no tendría el poder que aquél ha tenido. El centro de gravedad
podría desplazarse a la Asamblea Nacional porque allí estaría Diosdado Cabello,
quien es el único de los dirigentes rojos que tiene su propio poder militar,
financiero, partidista y parlamentario, aunque sin liderazgo de masas. Su
ventaja es que ningún otro lo tiene y es presumible que su base de poder le
permita imponerse sobre la izquierda radical civil procubana. El poder que ha
concentrado Chávez en el Ejecutivo podría repartirse, en caso de su ausencia,
con la AN.
LA ECONOMÍA.
La economía está afectada de dolencias serias: la
producción petrolera está limitada por carencia de inversión, la deuda pública
se ha elevado a ritmos jamás vistos, la inflación es muy elevada y su prima
hermana, la escasez, hace de las suyas; el tipo de cambio es insostenible; ni
alcanzan los salarios ni se pueden elevar para compensar el deterioro del
bolívar; el gobierno es cada vez más ineficiente; y las demandas sociales se
han repotenciado, tanto por el fracaso oficial como por la exposición que de
éste ha hecho la oposición democrática.
Ante ese panorama, un gobierno de Chávez tendría
que adoptar medidas que la experiencia indica, serán camufladas para que no
tengan el rostro de "paquete" y serán acompañadas de acciones
políticas espectaculares. No debe dudarse de que el Caudillo podría hasta
sacrificar a un sector de su propio gobierno, tal vez el más señalado como
corrupto, para iniciar "un nuevo estilo" y además deslastrarse de
pesos muertos adicionales al que él representa. Durante un tiempo intentaría
mantener ese rostro de demócrata, atrabiliario sí, pero demócrata, que con tanto
dinero y tolerancia ha obtenido de la sinvergüencería internacional.
Como ya le es difícil convencer a los venezolanos
que, después de 14 años, AD y Copei son los culpables de sus males actuales, es
posible que se recurra aun más intensamente al dilema capitalismo vs
socialismo. De esta manera se lograría atribuir a "los resistentes
vestigios del capitalismo" los males presentes y se daría cobertura
ideológica a la instauración de una imaginaria sociedad comunal.
LOS DOS BRAZOS.
Los principales instrumentos de control social
serían los consejos comunales y las milicias, controlados desde Miraflores.
Para los propósitos autoritarios no se requiere liquidar formalmente las
figuras de los gobernadores y alcaldes, ni la FAN. Se intentaría que el poder
se desplazase hacia organismos sociales y armados controlados por el partido,
que en la concepción leninista filtrada por el cedazo cubano, son instrumentos
para la consecución de los objetivos últimos de la llamada revolución.
¿PODRÍA CHÁVEZ CON LA HERENCIA QUE RECIBIRÍA DE
CHÁVEZ?
Un aleatorio gobierno de Chávez tendría que
cosechar el desastre construido por el propio Chávez para perpetuarse en el
poder. Su herencia está constituida por viviendas mal construidas, incremento
exponencial del desastre urbano, economía privada en desorganización total,
ausencia de inversión privada nacional e internacional, elevada informalidad
apenas recubierta con el manto misionero de las ayudas y otras liberalidades,
asesinatos y secuestros al por mayor, país encogido a manos de la
narcoguerrilla y de los vivarachos internacionales, grupos que se disputan el
poder desde Miraflores hasta el último pedacito del territorio rojo, y demandas
sociales que ya no se detienen con la promesa del Paraíso cubano en Venezuela.
Un eventual nuevo período no sería ejercido a plenitud y la catástrofe que
Chávez dice que le evita al país con su reelección, no haría sino acelerarse.
Chávez III sería apremiado por lo que Chávez I y Chávez II no han hecho o han
hecho mal, muy mal.
Sea porque Chávez no pueda o porque se dedique a su
salud, no habría que perder de vista el esquema cubano: Fidel está allí, como
figura tutelar que impide cambios dramáticos, mientras Raúl gobierna en la
espera de que su querido hermano entre finalmente en el caldero que el ángel
del mal reserva a sus pares. En la hipótesis de que sea reelecto, ¿sería
posible que ceda el cargo y la abra la posibilidad a un "tapado" que
se esté cocinando en el horno antillano? Si Chávez continuara, sería un hombre
disminuido y posiblemente el cambio que habría evitado en 2012 se produzca en
2013. Un gobierno exhausto no tiene recursos políticos para perpetuarse.
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