domingo, 23 de septiembre de 2012

CARLOS BLANCO "DOS INSTRUMENTOS DE CONTROL SERÍAN CONSEJOS COMUNALES Y MILICIAS, DESDE MIRAFLORES", TIEMPO DE PALABRA

EL GOBIERNO DE CHÁVEZ

La semana pasada se consideró lo que podría ser un gobierno presidido por Capriles. En esta oportunidad se analizará la hipótesis de un eventual nuevo gobierno de Chávez, sobre el supuesto de que no habrá graves problemas en las próximas elecciones y el proceso se desenvuelve pacíficamente.

Si Chávez resultara electo se volverá a poner sobre el tapete el tema de su enfermedad como variable política. Es evidente que la campaña la ha desarrollado con severas limitaciones físicas que no reflejan el activismo de otros tiempos. Al margen de lo grave que sea su enfermedad y de los pronósticos, su eventual nueva presidencia estaría signada desde el inicio por la incertidumbre sobre su salud. Este hecho, aunque no sea más que por las leyes de la física política, recrudecería las disputas por la sucesión aunque de manera soterrada.

LO QUE PUDIERA VENIR.

Una vez lograda una eventual reelección, sin duda Chávez tratará de ir más allá de donde ha ido en materia de control institucional y social. Un instrumento al que muchos de sus allegados aluden es el de una nueva Asamblea Constituyente o algún mecanismo para reformar o enmendar la Constitución. Aunque los instrumentos tienen diferentes alcances, se sabe de sobra que es capaz de hacer lo que quiera sin demasiadas contemplaciones legales. Allí podría intentar cambiar los requisitos para la Vicepresidencia (¿para un familiar?), eliminar las elecciones si hubiere falta absoluta del Presidente en los primeros 4 años del período constitucional, darle jerarquía constitucional a todo el entramado de las comunas y consejos comunales como bases del "poder popular", consagraría las milicias, y eliminaría la jerarquía que la descentralización tiene en el texto constitucional, así como otras ocurrencias similares que permitan más poder.

Sin duda, la dirección cubana tiene su larga y viscosa mano metida en esta transición. Desde antes que apareciera la enfermedad presidencial, pero sobre todo después, Fidel ha insistido en que "Chávez no puede hacerlo todo", y desde el año pasado se ha intentado construir algún mecanismo de relevo del caudillo, sin lograrlo. Pero en la eventualidad de la reelección, sin duda lo intentarán para que el régimen no quede al garete en la contingencia de su ausencia.

LA DISPUTA POR EL PODER.

Si Chávez no sigue en la Presidencia en razón de su enfermedad o se comienza a mover a menos de un cuarto de máquina, el Vicepresidente no tendría el poder que aquél ha tenido. El centro de gravedad podría desplazarse a la Asamblea Nacional porque allí estaría Diosdado Cabello, quien es el único de los dirigentes rojos que tiene su propio poder militar, financiero, partidista y parlamentario, aunque sin liderazgo de masas. Su ventaja es que ningún otro lo tiene y es presumible que su base de poder le permita imponerse sobre la izquierda radical civil procubana. El poder que ha concentrado Chávez en el Ejecutivo podría repartirse, en caso de su ausencia, con la AN.

LA ECONOMÍA.

La economía está afectada de dolencias serias: la producción petrolera está limitada por carencia de inversión, la deuda pública se ha elevado a ritmos jamás vistos, la inflación es muy elevada y su prima hermana, la escasez, hace de las suyas; el tipo de cambio es insostenible; ni alcanzan los salarios ni se pueden elevar para compensar el deterioro del bolívar; el gobierno es cada vez más ineficiente; y las demandas sociales se han repotenciado, tanto por el fracaso oficial como por la exposición que de éste ha hecho la oposición democrática.

Ante ese panorama, un gobierno de Chávez tendría que adoptar medidas que la experiencia indica, serán camufladas para que no tengan el rostro de "paquete" y serán acompañadas de acciones políticas espectaculares. No debe dudarse de que el Caudillo podría hasta sacrificar a un sector de su propio gobierno, tal vez el más señalado como corrupto, para iniciar "un nuevo estilo" y además deslastrarse de pesos muertos adicionales al que él representa. Durante un tiempo intentaría mantener ese rostro de demócrata, atrabiliario sí, pero demócrata, que con tanto dinero y tolerancia ha obtenido de la sinvergüencería internacional.

Como ya le es difícil convencer a los venezolanos que, después de 14 años, AD y Copei son los culpables de sus males actuales, es posible que se recurra aun más intensamente al dilema capitalismo vs socialismo. De esta manera se lograría atribuir a "los resistentes vestigios del capitalismo" los males presentes y se daría cobertura ideológica a la instauración de una imaginaria sociedad comunal.

LOS DOS BRAZOS.

Los principales instrumentos de control social serían los consejos comunales y las milicias, controlados desde Miraflores. Para los propósitos autoritarios no se requiere liquidar formalmente las figuras de los gobernadores y alcaldes, ni la FAN. Se intentaría que el poder se desplazase hacia organismos sociales y armados controlados por el partido, que en la concepción leninista filtrada por el cedazo cubano, son instrumentos para la consecución de los objetivos últimos de la llamada revolución.

¿PODRÍA CHÁVEZ CON LA HERENCIA QUE RECIBIRÍA DE CHÁVEZ?

Un aleatorio gobierno de Chávez tendría que cosechar el desastre construido por el propio Chávez para perpetuarse en el poder. Su herencia está constituida por viviendas mal construidas, incremento exponencial del desastre urbano, economía privada en desorganización total, ausencia de inversión privada nacional e internacional, elevada informalidad apenas recubierta con el manto misionero de las ayudas y otras liberalidades, asesinatos y secuestros al por mayor, país encogido a manos de la narcoguerrilla y de los vivarachos internacionales, grupos que se disputan el poder desde Miraflores hasta el último pedacito del territorio rojo, y demandas sociales que ya no se detienen con la promesa del Paraíso cubano en Venezuela. Un eventual nuevo período no sería ejercido a plenitud y la catástrofe que Chávez dice que le evita al país con su reelección, no haría sino acelerarse. Chávez III sería apremiado por lo que Chávez I y Chávez II no han hecho o han hecho mal, muy mal.

Sea porque Chávez no pueda o porque se dedique a su salud, no habría que perder de vista el esquema cubano: Fidel está allí, como figura tutelar que impide cambios dramáticos, mientras Raúl gobierna en la espera de que su querido hermano entre finalmente en el caldero que el ángel del mal reserva a sus pares. En la hipótesis de que sea reelecto, ¿sería posible que ceda el cargo y la abra la posibilidad a un "tapado" que se esté cocinando en el horno antillano? Si Chávez continuara, sería un hombre disminuido y posiblemente el cambio que habría evitado en 2012 se produzca en 2013. Un gobierno exhausto no tiene recursos políticos para perpetuarse.

www.tiempodepalabra.com
 Twitter @carlosblancog

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