Nos han sorprendido aunque en Venezuela no hay
nada de qué sorprenderse- las fotos de enfermos que son atendidos en el suelo
de los hospitales públicos. En un país donde durante 14 largos años el
presidente de la República ha manejado la suma de un billón doscientos
cincuenta mil millones de dólares, resulta esto no una paradoja o algo
insólito, sino la más burda y elocuente carcajada de los que gobiernan hacia un
pueblo como el venezolano, que ha convertido el sufrir cotidiano, con todas sus
carencias, en una forma de vida.
HOSPITAL DE MATURIN |
En su peor momento político y como una manera de
salvarse ante la perdida del favor y las simpatías del pueblo, Chávez lanza la
Misión Barrio Adentro, que trajo consigo la importación de más de cincuenta mil
médicos cubanos que ganan salarios que son diez veces superiores a los de los
médicos venezolanos. Se "minó" así la geografía nacional con
supuestos profesionales de la salud que sin haber hecho sus respectivas
equivalencias empezaron a atender a los más humildes venezolanos en módulos
estrechos y miserables, en sustitución de una gran red de ambulatorios que
existía a nivel nacional construida por la democracia y que había decaído, pero
por la inacción de los gobiernos de Chávez, terminaron técnicamente cerrados.
Atendiendo al arraigado sentimiento de
provisionalidad que desde 1814 hasta el presente nos ha llevado a tener veinte
y cinco constituciones nacionales que llevan implícitamente escrito en el
artículo número uno "como vaya viniendo vamos viendo", matriz
genéticamente inconmovible en la manera de ser el venezolano, el sistema de
atención médica se desplazó hacia cuchitriles atendidos por detentores de la
medicina más atrasada del planeta como la cubana, y se abandonó en forma cruel
los hospitales, que entraron en barrena hasta convertirse en grandes edificios
vacíos donde solo se puede salvar la vida si se llevan desde las suturas, los
insumos médicos, las medicinas, además de las sábanas, cobija y almohadas, y
contar con la suerte de ser atendidos por los pocos médicos venezolanos con
mística que aún quedan en el sistema hospitalario.
La prueba contundente que este invento de
medicina de quinto mundo no sirve es que los propios empleados públicos y sus
familiares no acuden a Barrio Adentro ni a los hospitales públicos a atender
sus dolencias, sino que empleando seguros particulares proporcionados por el
Estado venezolano, van a las clínicas privadas, permanentemente amenazadas de
expropiación por parte de los que gobiernan. Otra prueba de Perogrullo lo
constituye la propia salud del Presidente que una vez quebrantado huyó a Cuba a
recibir cirugía, quimioterapia y radioterapia, dejando para el venezolano común
su propia creación de sistema de salud marginal y atrasado.
Pero como dicen el refrán "éramos muchos y
parió la abuela", ahora no solo no tenemos red de ambulatorios ni
hospitales dignos donde ser atendidos y Barrio Adentro es la mejor forma de
inasistir médicamente al pueblo, sino que además ya empieza a ser costumbre que
en el suelo de hospitales maltrechos se examinen pacientes, se hagan
diagnósticos y se administren medicamentos a venezolanos que son víctimas de la
debacle en salud de un gobierno deshumanizado.
@jcajias
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