Que difícil es para el candidato presidente Hugo Chávez explicarle a los
venezolanos como durante 13 años y medio de gobierno, se olvidó de gobernar. Se
montó en su avión, el que mandó a hacer a su medida porque el viejo no le
gustaba, y se fue a recorrer el mundo, tratando de vender una cosa que al
principio parecía una pseudodemocracia socialistoide, pero que terminó siendo
una copia del castro comunismo, que ya ni los propios líderes cubanos quieren,
porque vientos de cambio soplan por aquellos lados.
Se fue pues, a sacarse fotos con especímenes a quien el mundo
democrático, respetuoso de los derechos humanos rechazaba, como Saddan Hussein
y Muamar el Gadafi e hizo alianzas con otros gobiernos, como Rusia,
Bielorrusia, Siria e Irán, además de pasearse cómo Don Regalón, por los países
hermanos de nuestro continente, buscando apoyo mediante la venta del petróleo
barato, la donación de dinero para mejorarle la vida a los cubanos, a los
nicaragüenses, a los bolivianos, a los ecuatorianos, argentinos, en fin, no
quiero perder espacio haciéndole un recuento de lo que ustedes ya saben.
Después de descubrir que Venezuela daba para esto y más, y con la excusa
de una supuesta futura defensa contra un enemigo que todavía no sabemos cual
es, porque resulta que el Imperio Norteamericano es nuestro principal socio
comercial, y quien nos paga chin-chin el petróleo, se montó en una escalada
armamentista y, chequera en mano, empezó a comprar armas, municiones, aviones,
barcos, helicópteros, y hasta satélites. Esto no podría ser criticable en un
país con una economía próspera, en donde no existiera la pobreza extrema, donde
el derecho a la salud, a la vivienda digna, al acceso a la educación, a la buena
alimentación, al empleo de calidad, estuviera garantizado.
¿Pero Venezuela? ¡Pobre tierra rica!
Aproximadamente 3.700.000 es el déficit de viviendas. Después de 13
años, y con miras a la tercera reelección presidencial, el gobierno “lanza” la
misión “vivienda”. Todavía hay damnificados de la tragedia de Vargas. De esto,
hace ya casi 14 años. Los centros de salud, los hospitales, son básicamente los
mismos de hace 15 años. Pocos se han construido a lo largo de todo el
territorio nacional. Y los ya existentes, cuantas calamidades están pasado.
La falta de insumos, la falta de medicamentos, la falta de camillas, la
falta de camas, los quirófanos obsoletos y no aptos para operar, la falta de
ambulancias, la falta de mantenimiento de los equipos médicos, la falta de
seguridad interna y externa, la falta de salubridad, los salarios bajos de los
enfermeros, de los trabajadores, de los médicos.
Las empresas básicas del estado son otra vergüenza. Todo aquello a lo
que el régimen le ha puesto la mano, ha sido “paralizado” en el tiempo, como
“lo que el viento se llevo”…
Pero, el tema más controversial, aquel que nos toca a todos por igual.
La inseguridad. Los partes de guerra semanales que asombrosamente no nos causan
asombro (valga la redundancia) y que en los últimos diez años, se ha llevado a
155 mil venezolanos. 7 estadios como el universitario de Caracas, llenos de
cadáveres, para que usted más o menos imagine la cifra. La guerra de Irak y
Afganistán juntas, suman 132 mil muertos.
¡Imagínense! Un venezolano muere cada 30 minutos. Cada 8 horas ocurre un
secuestro. La edad promedio de las personas que cometen delito oscila entre los
15 y los 26 años de edad.
La edad promedio de las víctimas oscila entre los 12 y los 25 años de
edad. El 93% de estas víctimas, son varones. Es decir, los jóvenes se están
matando entre si.
Si sacamos cuentas, hace 13 años, estos adolescentes y jóvenes, eran
niños, algunos si siquiera habían nacido.
Han crecido, en el medio del abandono gubernamental, que nunca tuvo las
políticas públicas para mejorarle la calidad de vida a ellos y a sus familias,
y que estos bebes, niños y jóvenes tuvieran las oportunidades necesarias para
crecer y desarrollarse sanamente, en un medio ambiente seguro, con servicios
públicos actos, y que tuvieran el acceso a una educación de calidad que les
incentivara los valores para ser personas de bien. En trece años, con la mayor
renta petrolera que le ha entrado a la nación en toda su vida republicana,
jamás nadie hubiera pensado en como el crimen ha arropado y se está llevando a
nuestros muchachos.
¿Como justificamos, señor presidente, los 30 mil millones de dólares
gastados en armas? Hace apenas 15 días anunció la compra a Rusia de 4 mil
millones de dólares en tanques, y 500 millones más a China. ¿Es que acaso con
tanques vamos a combatir la inseguridad? Es que acaso con tanques vamos a
construir escuelas, centros de salud, cárceles, viviendas, y a resolverle los
problemas del día a día a los venezolanos?
¿Hasta cuando? El presidente está de preaviso. El plazo se le vence el 7
de Octubre. Usted decide estimado lector.
@TAMARA_SUJU
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