No hay duda que la vialidad en el
estado Nueva Esparta es una característica muy reconocida por todos y
comparativamente superior a la de otras
islas en el caribe. Hay un trecho largo que demuestra como se ha ido avanzando
en esta área y es evidencia del empeño que ha tenido el gobernador del estado
para hacer de la Isla de Margarita un territorio amplio para la circulación
vehicular.
Sin embargo, también es cierto que el
talón de Aquiles, continua siendo el sector de Los Robles, específicamente La
Redoma, donde los antecedentes registran trancas monumentales, accidentes y
muertes, sin que hasta el momento se haya solucionado el problema, hoy
convertido en un verdadero dolor de cabeza para usuarios, transportistas y el
mismo gobierno regional. El problema se ha convertido en algo tóxico.
Las ideas, proyectos y buenas
intenciones van y vienen y no se termina de consolidar nada, en primer lugar
porque los comercios alrededor de La Redoma se sienten afectados por recientes
salidas que le dieron al problema, pero también porque termina siendo La Redoma
un caso que hay que verlo con lupa. ¿A quien favorece o desfavorece la
solución? Evidentemente que a todos nos favorece que ese espacio sea una
arteria vial transitable, sin trabas o complicaciones que nos lleve a la
bancarrota emocional.
En la actualidad se escucha hablar de
la construcción de un “elevado” que bien pudiera corregir el “tapón” que se
presenta día a día y en las llamadas horas pico en La Redoma. Ciertamente que
el proyecto luce viable y en armonía con los espacios de esa vía de
comunicación vehicular. Faltan los
recursos o no hay disponibilidad inmediata para la construcción del elevado,
estamos en tiempos de campaña electoral; es decir, miles de razones mientras se
mezclan los desgastes físicos, la paciencia y tolerancia para transitar por La
Redoma.
Hace años también se presentó un
proyecto para crear un monorriel que permitiera mejorar el transporte público.
En estos tiempos da risa semejante posibilidad, solo de pensar que mucha gente
se pudiera quedar varada en el aire por un apagón. De cualquier modo, las ideas se han quedado
muertas y todos nos vamos enmudeciendo cuando las peticiones o reclamos no
tienen eco.
La Redoma de Los Robles, así como otros detalles por arreglar
en la isla, van formando parte del calendario de excusas, obstáculos y vivencias
que el tiempo va dejando a la orilla de la imaginación de lo que pudo haber
sido y no fue. Y tanta falta que hace elevarnos el espíritu con el elevado…
susana.morffe@gmail.com
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