¿Permitirá el CNE desarrollar una verdadera campaña electoral en televisión? En México, Colombia, Estados Unidos, España, la campaña decidió las elecciones.
En Estados Unidos los demócratas acusan a Mitt Romney de causar el desempleo de millares de estadounidenses cuando dirigía la empresa Bain; los republicanos le contestan afirmando que el Obamacare, la ley de salud pública, representa el mayor aumento de impuestos de la historia. Ocurriría algo similar si la MUD presentase en un mensaje a trabajadores de la CVG o de las plantas cementeras y se afirmara que las estatizaciones de Chávez los dejaron sin trabajo.
En el último mes la victoria cómoda de Enrique Peña Nieto se volvió un resultado apretado en las urnas, volvió al partido de López Obrador el segundo del país y le entregó el Congreso a la oposición.
Luis Herrera Campíns le ganó las elecciones a Luis Piñerúa Ordaz las semanas finales de la campaña; en España, atribuir el atentado terrorista a la ETA con fines políticos le costó al candidato de José María Aznar, Mariano Rajoy, la derrota frente a José Luis Rodríguez Zapatero; en Colombia en la recta final, los dos últimos meses, triunfó Juan Manuel Santos sobre Antanas Mockus; en Francia, François Hollande casi pierde las elecciones.
¿Permitirá desarrollar el CNE una campaña realmente libre en los medios? ¿O veremos a Chávez con libertad para denigrar a Capriles, pero a la MUD se le prohibirá comparar en televisión a Chávez con Capriles? ¿O exigirle a Chávez que explique si la hegemonía que pregona el socialismo del siglo XXI obligará a que las empresas de telecomunicaciones, o las simples panaderías, entreguen la mayoría de su propiedad, de las acciones, al Gobierno? ¿No censurará el CNE una cuña que recuerde los casos de corrupción impunes en estos 13 años? O que simplemente presente una lista de los productos que escasean en Venezuela, desde las piezas de repuestos de los automóviles hasta detergentes, pintura, cemento, cabilla, etc., que aparecen únicamente en las ferias populares…, o se señala los sindicatos que han sido prácticamente anulados.
De algo estamos seguros: Chávez no aceptará un debate al estilo de los que se hicieron en Colombia, España, México, Argentina, Brasil, en todos los países del mundo, por una sola razón: porque los perdería.
Por esa razón ataca personalmente a Capriles, le niega la condición de candidato, dice que él debatiría solamente con Rómulo Betancourt o Rafael Caldera.
Las encuestas serias fallan poco, pero siempre demuestran que las elecciones las deciden la campaña cuando los candidatos se dicen cara a cara sus verdades… o sus mentiras.
Este cronista confía en el funcionamiento de las máquinas de Smarmatic y en las encuestas, siempre y cuando haya testigos en cada mesa y participemos en una verdadera campaña, no en una farsa.
En cambio, teme que el CNE vuelva estas elecciones ilegítimas, impida por los canales oficiales y por Televen, Venevisión, Globovisión, llamar a la corrupción corrupción, al desempleo desempleo, al militarismo militarismo.
Caso contrario tendrían razón los que tildan estas elecciones de espurias y los directores del CNE serían responsables ante la historia de un fraude mediático, de unas reglas de juego que le daría todas las ventajas a un candidato e impediría a la oposición acusarlo por la televisión, como ocurre en cualquier otra parte del mundo. Quizá acallen sus conciencias los rectores del CNE con el argumento de que están favoreciendo al socialismo. ¡Qué mentira podrida! Socialismo, ¿esto?
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