En Venezuela celebramos el Día del Padre el tercer domingo de
junio; viene a lugar remarcar la fecha
porque esa efeméride, si bien se ha vuelto internacional, no ocurre
en la misma fecha en todas partes; en cualquier caso, se asocia a uno de los
personajes más tiernos y benévolos de las
Sagradas Escrituras, San José, cuya fiesta formalmente establecida es el
19 de marzo.
San José es, además, patrón universal de la Iglesia Católica, de los
carpinteros, por cuanto ese fue su oficio, de los obreros en general y también,
por razones que desconozco, de los moribundos.
Por los evangelios canónigos y
extracanónigos, sabemos que José fue
designado por Dios para ser esposo de María cuando era un anciano viudo, de
unos noventa años; ella tendría unos
doce o trece años; lo identificó como Elegido ante la colectividad judía
mediante una paloma que se le paró en el báculo; en otra versión, porque dicho
palo floreció milagrosamente. La verdad es que a tan avanzada edad, sólo un
milagro podría hacerle a uno florecer al palo.
Al parecer, al Creador Supremo lo guió una
razón práctica en función de conservar la virginidad de María, por cuanto su Divino Lógica previó que un hombre
viejo no se sentiría tentado a consumar el matrimonio, y de sentirse
¡sencillamente no podría! En efecto, el matrimonio había sido casto hasta
hacerse evidente el embarazo; de aquí la reacción del varón al enterarse de la
preñez de su mujer sin su participación; como es natural, no le gustó nada,
pero siendo hombre de buenos sentimientos decidió repudiar a María en secreto;
de hacerlo públicamente habría dado lugar a que fuese condenada a la pena de
muerte por lapidación, según se acostumbraba en esos tiempos y se sigue
haciendo entre algunos pueblos árabes contemporáneos. La aparición de un ángel
que le informa del plan de Dios lo lleva a cambiar de opinión, y se conforma a
ser el padre putativo de Jesús; esto es,
el que se tiene por padre, o por cualquier otro familiar, sin serlo en
realidad. Por cierto, en los escritos antiguos solía escribirse el nombre de
José seguido de la abreviatura PP para indicar su condición respecto a Jesús;
de aquí viene el apelativo de “Pepe” dado a los de ese nombre.
La tradición del Día del Padre se inicia en
los Estados Unidos por iniciativa de la señora Sonora Smart Dodd; le pareció
injusto que se celebrara un Día de la Madre, y no así uno del padre. Le pareció
conveniente tomar como paradigma de paternidad a San José PP; se dedicó a promover su iniciativa y la idea
fue bien recibida por la gente; se
generalizó la práctica y finalmente el Congreso norteamericano la estableció
formalmente; la primera celebración oficializada fue en Washington, el 19 de
junio de 1910.
Al compartir el sentimiento de la señora
Smart respecto a la omisión del padre, modifiqué la letra de la canción
infantil tradicional “Arepitas”, al
cantársela primero a mis hijos y ahora a mi nieto Tomasito. Originalmente dice
asÍ: Arepitas de manteca, pa´ mamá que da la teta / arepitas de cebada, pa´
papá que no da nada… Mi versión es: Arepitas de manteca, pa´ mamá que da la teta / arepitas de cebada, pa´ papá que
da empanada./ Una arepita de queso, pa´ la abuela que da el beso, / arepita e´
chicharrón, pa´ el abuelo que da ron… ¡Pom, pom!
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