El Secretariado Permanente de
la Red latinoamericana y del Caribe para la Democracia (Redlad), plataforma
integrada por más de 450 organizaciones y liderazgos de las Américas expresan
su preocupación por las acciones sistemáticas y reiteradas, tendientes al
debilitamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por
parte de diversos gobiernos que quieren minimizar el trabajo del Sistema
Interamericano de Derechos Humanos y eliminar la voz de la sociedad civil y de
las organizaciones de derechos humanos de la región.
En diversos encuentros en la
Organización de Estados Americanos (OEA) se ha tratado de poner límites y
controles a la CIDH. Lamentablemente, la reciente Asamblea de la OEA en
Cochabamba, Bolivia, ha dado el último paso mediante la creación de medidas
concretas propuestas por diversos cancilleres para controlar los fondos de la
CIDH y poner barreras a su trabajo. Se están además, impulsando estrategias a
través del Consejo Permanente para en menos de 6 meses, limitar la voz de la
CIDH. A las intervenciones negativas de diversos gobiernos, se sumó la presencia e intervención,
únicamente a efectos de atacar a la CIDH, del Presidente de Ecuador Rafael
Correa el 4 de Junio de 2012,
En particular, el Presidente
Correa se refirió a la CIDH, a la Relatoría Especial para la Libertad de
Expresión, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación,
calificándolos de ser representativos de intereses ocultos, no democráticos y
sesgados. El Presidente ecuatoriano, cuestiono también el rol contralor de las
organizaciones de la sociedad civil, la idea de la cooperación internacional y
la validez de estándares internacionales de derechos humanos como por ejemplo
la despenalización de los delitos de opinión.
Consideramos que tanto el tono
como el contenido de las declaraciones del Presidente Correa, como su activismo
contra la CIDH, no se condicen con el espíritu de diálogo democrático que debe
primar en reuniones de esta naturaleza, ni con el mandato que debe imperar por
parte de un presidente. El presidente utilizó la tribuna de la Asamblea General
de la OEA para emitir juicios de valor, descalificar y atacar a instituciones y
personas, ante cuyos ataques no tuvieron la posibilidad de replicar a sus
comentarios.
Consideramos que el ejercicio
democrático del poder de un primer mandatario, implica escuchar, promover el
dialogo, la participación y proponer soluciones a los problemas que enfrentan
las sociedades. Desafortunadamente, el Presidente Correa viajo a Cochabamba
intentando destruir la CIDH, no abrió la posibilidad de debate o dialogo, ni
ofreció propuestas de solución a los problemas que, en su opinión, existen en
el sistema interamericano, en la OEA y en las organizaciones de la sociedad
civil. La única solución aportada es la desaparición completa del Sistema
Interamericano.
Igual de lamentable es el
triste papel que han jugado las misiones diplomáticas de diversos países,
quienes se han sumado a la campaña de desprestigio contra la CIDH o simplemente
no han hecho nada por evitarlo. Por otro lado, igual de triste es el papel que
viene jugando el Secretario General de la OEA, quien no está cumpliendo su
deber de proteger a la OEA como institución, ni a la democracia como un norte.
El Secretariado Permanente de
la Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia, también considera que
la forma en que se dio la participación del presidente Correa es problemática y
llama a la OEA a revisar este tipo de intervenciones. En primer lugar, no es
costumbre que los Presidentes participen en Asambleas Generales, ya que estas
son reuniones ministeriales. No es claro cuál fue el criterio para invitar al
Presidente de Ecuador, y no a otros mandatarios. El Presidente Correa, como el
mismo lo señaló, se tomó mucho más tiempo del asignado a representantes de
otros países y lo hizo en calidad de orador principal, es decir, que ni siquiera
lo hizo durante el tiempo asignado a Ecuador. En esta privilegiada tribuna, el
Presidente hizo una intervención que refleja la postura particular de su
gobierno, pero a diferencia de las intervenciones regulares de los países, no
hubo posibilidad para quienes disienten de esta postura de responder, debatir y
dialogar.
Finalmente, deseamos recordar
al Presidente Correa que las organizaciones de la sociedad civil no existen
para competir con los gobiernos. Coincidimos con el Presiente ecuatoriano en
que los gobiernos son electos y por tanto representan a los ciudadanos que los
eligieron, pero ello la democracia implica más que elecciones libres. Las ONGs
no pretendemos cuestionar esa representación, ni buscamos ser representantes de
la ciudadanía. A las organizaciones de la sociedad civil nos ampara y mueve
otro principio, el de la participación en los asuntos públicos, a la cual todos
los ciudadanos tenemos derecho en una sociedad democrática. De acuerdo a sus
declaraciones en la Asamblea General, el Presidente Correa apoya el trabajo de
las ONGs de asistencia a personas necesitadas, asistencia en desastres
naturales y otras similares, pero critica e insulta a aquellas, como las
nuestras, que existen para hacer rendir cuentas a los gobiernos. No concebimos
una sociedad democrática sin la función contralora de ciudadanos, quienes de
manera individual u organizada en asociaciones, demandan que los gobiernos
cumplan con sus propuestas, promueven la transparencia en la gestión
gubernamental y trabajen para lograr legislación, políticas públicas y
prácticas que respeten los derechos de las personas.
Recordamos que ser elegidos, no
es suficiente para que se pueda hablar que existe una democracia; la elección
si es libre es uno más de los elementos necesarios para un gobierno
democrático, que incluyen la libertad de prensa/expresión, el respeto de los
derechos humanos, el derecho de disentir y ser respetado, el derecho de
asociación, la independencia de las instituciones, la rendición de cuentas, y
en fin una serie de requisitos que actualmente muchos de los gobiernos de la
región incumplen claramente, en especial el de Ecuador.
Consideramos que Ecuador tiene
otra serie de problemas que merecen mayor atención de un presidente que la
liderar una campaña de destruición y eliminación del Sistema Interamericano.
Esperamos con lo anterior, que
los gobiernos democráticos de la región, contribuyan a frenar esta campaña
orquestada e intensiva en contra el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
Dejar la decisión a manos del Consejo Permanente para que a puertas cerradas se
quiera limitar a la CIDH no ha sido la más adecuada.
La Redlad ha venido resistiendo
en apoyo al Sistema Interamericano, es el poder de los gobiernos y los fondos
públicos contra la voluntad de la sociedad civil, al final sabemos que la razón
y la libertad son más fuertes que los autoritarios.
Sr. Presidente Correa, desde el
Secretariado de la Redlad estamos listos para el reto, a nosotros nos acompaña
una voluntad por la libertad, la democracia y los derechos humanos, a usted
lamentablemente pareciera que lo que lo orienta es solamente la búsqueda del
poder. La historia siempre se encarga de juzgar a los autoritarios.
Dr. Óscar Álvarez Araya
Coordinador General
Dr. Carlos E. Ponce
Director Ejecutivo
Red Latinoamericana y del
Caribe para la Democracia (REDLAC)
secretariado@redlatinoamerica.org
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