lunes, 18 de junio de 2012

MARÍA ISABEL PÁRRAGA B., LA TENTACIÓN DEL OPTIMISMO

El "flaquito" siembra la idea de que una nación unida es requisito Nro. 1 para el progreso

Hace unos años, catorce o quince, un hombre por el que inicialmente nadie daba mucho en las encuestas salió a recorrer el país, inicialmente en una camioneta, y aunque al principio no creía mucho en la vía electoral, porque de hecho lo que le dio su fama fue una intentona golpista, sus para entonces mentores políticos lo convencieron que los votos eran la forma de acceder al poder. Iba de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad. Al comienzo sólo tenía un dos por ciento, pero su discurso, sus propuestas, sin duda alguna su carisma y "el hartazgo" colectivo hizo que tocara el corazón de las grandes mayorías y así "subió" como la espuma. Era como un "virus" que contagió a gente de todas las condiciones sociales que querían un cambio del que él era la encarnación. Cosas de la vida...

Hoy, ese mismo hombre que representaba la "revolución" en toda su expresión es la encarnación del "continuismo", del status quo que vestido de rojo socialista es la muestra del privilegio y el lujo por parte de sus dirigentes, el doble discurso pues. Llegó el invierno. Ese mismo discurso que antes "calentaba" a las masas ahora lo que pareciera generar es un profundo fastidio. Hace una semana lo vimos de manera patente. 

Mientras el líder hablaba poco a poco el foro se fue vaciando, pero lo más patético es que él no lo vio. Siguió cantando, discurseando e insultando más allá de sus fuerzas. Sí, cumplió su cometido. Dio su fe de vida para las galerías pero de allí a emocionar y generar ese fervor de otrora observamos un trecho tan grande como los misterios en torno a su salud.

Mientras tanto, el joven a quien las masas comienzan a llamarlo "flaquito", cosa que él aprovecha para afirmar que "flaquito vino y flaquito saldrá", se convierte poco a poco en una suerte de fenómeno muy parecido al que se vivió hace años con el líder del estatus gobernante. Es una cosa como loca. Quieren tocarlo, las mujeres se le abalanzan (y es que el chico es guapo, no se le puede negar), los hombres se turnan para abrazarlo y darle la mano, llena avenidas enormes en concentraciones donde lo que priva es el entusiasmo. Y es que esa es la palabra clave: emoción. El candidato está comenzando a sembrar la idea que un país sin Chávez es no sólo posible, sino necesario y que una nación unida es el requisito número uno para el progreso. Bajo esa premisa, el próximo 8 de octubre sería el inicio del Gran Abrazo Nacional en el que el término de perdedor y ganador será sólo un argumento para las cúpulas gobernantes mas no para todos los venezolanos, quienes a partir de ese momento comenzaremos la tan ansiada reconciliación. Como ven, es difícil no contagiarse de esta energía y también soñar con lo que puede venir. ¿Por qué no caer ante la tentación del optimismo?

mariaisabelparraga@gmail.com

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.