Al colgar la semana pasada las últimas estadísticas oficiales sobre el
devenir de la ciencia venezolana en su portal del Observatorio Nacional de
Ciencia, Tecnología e Innovación, el Ministerio de Ciencia aprovechó la ocasión
para remover los archivos contentivos de los indicadores de su gestión
correspondiente a los años anteriores. Reclama ahora el Gobierno que en
Venezuela "...el total de investigadores(as) e innovadores(as)... alcanza
el valor de 0,95 investigadores(as) por cada mil habitantes de la Población
Económicamente Activa(PEA), lo cual demuestra que estamos muy cerca de cumplir
la meta establecida por la UNESCO de un (1) investigador(a) por cada mil
habitantes de la PEA. Por su parte, el número de investigadores(as) acreditados(as)
entre 1999 y el 2011 se ha incrementado en 357,5% llevando la tasa promedio de
incremento interanual al 13,3%, lo que representa un aumento respecto al
periodo 1990-1998 que fue del 9,9%".
Esas estadísticas son chimbas. Para el Gobierno, ahora "todos"’
los que tienen algo que ver con ciencia y tecnología son investigadores plenos
aunque a algunos los califica de "acreditados" y a otros los dejan
como simple "investigadores". La diferencia entre unos y otros no es la
capacidad intelectual o el liderazgo profesional, sino un piche estipendio que
pretende compensar el que los "acreditados" puedan llevar sobre sus
hombros la conducción de los proyectos de investigación.
No
obstante, la realidad sigue siendo terca y revela la manipulación oficial. En
efecto, mientras el Gobierno se vanagloria de contar ahora con 12.760
"investigadores" (sólo de los cuales 7.811 estarían
"acreditados"), no se informa que ellos fueron responsables de la
producción de algo menos de mil publicaciones "acreditadas" durante
el año 2011.
Tampoco se hace referencia al monto del financiamiento de esos
proyectos. En teoría, nuestros investigadores debieron haber recibido alrededor
del 2,6% del Producto Interno Bruto del país para sus esfuerzos productivos en
investigación científica, tecnológica y de innovación. Pero la falta de
información no es nueva; desde el año 2009, el Ministerio de Ciencia no hace
público los informes sobre dineros recogidos bajo el paraguas LOCTI.
Sobre el tema de las publicaciones, hay que recordar que en los últimos
años, el volumen de publicaciones científicas y patentes (o desarrollos
tecnológicos) venezolanos viene en caída libre. Las estadísticas en el rubro de
producción (y que fueron removidos del portal) muestran que desde hace unos cinco
años venimos perdiendo un 14% de nuestra producción científica cada año. La
excusa oficial para este descalabro es que bajo el Socialismo del Siglo XXI hay
que tomar en cuenta otro tipo de publicaciones o actividades y que son mucho
más importantes y trascendentes, que simplemente contar aquellos trabajos
académicos que, por su naturaleza y medios de difusión, pasan a formar parte
del acervo cultural de la humanidad.
Al colgar la semana pasada las últimas estadísticas oficiales sobre el
devenir de la ciencia venezolana en su portal del Observatorio Nacional de
Ciencia, Tecnología e Innovación, el Ministerio de Ciencia aprovechó la ocasión
para remover los archivos contentivos de los indicadores de su gestión
correspondiente a los años anteriores. Reclama ahora el Gobierno que en
Venezuela "...el total de investigadores(as) e innovadores(as)... alcanza
el valor de 0,95 investigadores(as) por cada mil habitantes de la Población
Económicamente Activa(PEA), lo cual demuestra que estamos muy cerca de cumplir
la meta establecida por la UNESCO de un (1) investigador(a) por cada mil
habitantes de la PEA. Por su parte, el número de investigadores(as) acreditados(as)
entre 1999 y el 2011 se ha incrementado en 357,5% llevando la tasa promedio de
incremento interanual al 13,3%, lo que representa un aumento respecto al
periodo 1990-1998 que fue del 9,9%".
Esas estadísticas son chimbas. Para el Gobierno, ahora "todos"’
los que tienen algo que ver con ciencia y tecnología son investigadores plenos
aunque a algunos los califica de "acreditados" y a otros los dejan
como simple "investigadores". La diferencia entre unos y otros no es la
capacidad intelectual o el liderazgo profesional, sino un piche estipendio que
pretende compensar el que los "acreditados" puedan llevar sobre sus
hombros la conducción de los proyectos de investigación.
No
obstante, la realidad sigue siendo terca y revela la manipulación oficial. En
efecto, mientras el Gobierno se vanagloria de contar ahora con 12.760
"investigadores" (sólo de los cuales 7.811 estarían
"acreditados"), no se informa que ellos fueron responsables de la
producción de algo menos de mil publicaciones "acreditadas" durante
el año 2011.
Tampoco se hace referencia al monto del financiamiento de esos
proyectos. En teoría, nuestros investigadores debieron haber recibido alrededor
del 2,6% del Producto Interno Bruto del país para sus esfuerzos productivos en
investigación científica, tecnológica y de innovación. Pero la falta de
información no es nueva; desde el año 2009, el Ministerio de Ciencia no hace
público los informes sobre dineros recogidos bajo el paraguas LOCTI.
Sobre el tema de las publicaciones, hay que recordar que en los últimos
años, el volumen de publicaciones científicas y patentes (o desarrollos
tecnológicos) venezolanos viene en caída libre. Las estadísticas en el rubro de
producción (y que fueron removidos del portal) muestran que desde hace unos cinco
años venimos perdiendo un 14% de nuestra producción científica cada año. La
excusa oficial para este descalabro es que bajo el Socialismo del Siglo XXI hay
que tomar en cuenta otro tipo de publicaciones o actividades y que son mucho
más importantes y trascendentes, que simplemente contar aquellos trabajos
académicos que, por su naturaleza y medios de difusión, pasan a formar parte
del acervo cultural de la humanidad.
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