Me rencontré con los años de bachillerato a través de las
notas del hijo adolescente de un amigo, en ellas veo un borrador sobre un
libro, uno de esos de esos de obligatoria lectura en el pensum educativo del
país, un libro escritos por alguno de los adoradores de Fidel Castro, con esa
inmensa carga de “realismo mágico” que plena la literatura latinoamericana, me
detuve un momento y una sensación de Déjà vu se poso en mi mente, sentí la
misma animadversión que viví en mi época estudiantil.
Cuando me tocó la
obligatoria lectura de una de esas famosas novelas, me encontraba devorando la
obra magistral del venezolano Carlos Rangel “Del buen salvaje al buen
revolucionario” y recordé la discusión que sostuve con la profesora de
literatura al yo insistir que se leyese a Carlos Rangel como obligatorio y se
dejase a García Márquez como electivo, en aquel momento alce la voz y dije algo
como “seguro estoy que el país de mañana
sería mejor si nos despojamos de mitos rurales y aprendemos de lo real y lo
importante”.
Y si nos deshacemos de los mitos y enfrentamos la
realidad?, y si comprendemos que el daño
hecho por la revolución supera por mucho el estructural y el económico y
reconocemos el inmenso daño moral y ético al que ha estado sometida nuestra
población, es que es posible aun cerrar los ojos ante lo evidente? si algo nos
está dejando la crisis carcelaria es una muestra viva de la inmensa podredumbre
que se ha visto estimulada desde las cúpulas del poder.
Venezuela ha sido meticulosamente desmantelada en todo orden
par dar cabida a esto que estamos viviendo, inmundicia en las calles y en el
parlamento, prostitución en la cárceles y en la justicia, narcotráfico en los
bares y en los cuarteles. Carajo! y cuál ha sido la respuesta ante esta
realidad? el mito cancerígeno o el mito del triunfo electorero, fantasías
alimentadas y sostenidas gracias a la ceguera inducida o la flojera
intelectual, sea cual sea la causa ésta ya tiene mucho tiempo minando al
habitante de este feudo marxista donde lo aberrante se hace cotidiano.
Quien sabe si de algo hubiese servido que la profesora
estimulara la lectura de Carlos Rangel por lo menos a mis compañeros de
liceo, quien sabe si de allí hubiesen
surgido venezolanos que tomaran en serio a este país, venezolanos que no
aceptaran las mentiritas blancas, venezolanos que entendieran el valor de lo
fundamental de la vida, venezolanos que pensaran en la próximas generaciones y
no en las próximas elecciones.
Y así estamos hoy, cada día más enlodados en los mitos
rurales y cada vez más lejos de lo real y lo importante, para muestra la
avergonzante discusión interna de la MUD para decidir entre tarjeta única o
tarjeta unitaria, mientras en el CNE la salvaje manipulación del REP pasa por
debajo de la “mesa”, así como también la “mesa” disimula el aberrante sistema
que hace inseparable la capta-huella de la bidireccional maquinita de votación.
Lo real, lo importante esta ahí, sólo que el inmenso bosque
de mitos vacíos llenan el espacio mediático, negándole el derecho a la verdad
de hacerse sentir.
@noelleal
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