"Si pretendemos avanzar, debemos volver atrás y descubrir de nuevo los preciosos valores, porque toda realidad gira en torno a fundamentos morales y porque toda realidad tiene un control espiritual". Martin Luther King.
Creo,
sin temor a equivocarme, que la inmensa mayoría de los venezolanos anhelamos
una nación en la cual el comportamiento de cada uno de los ciudadanos sea de
tal integridad que la convivencia de todos sea cada vez más armónica y por
ende, nos aporte mayor felicidad. Para lograr esta clase de convivencia son
absolutamente necesarios los valores, esos principios o sentencias que rigen
nuestro comportamiento moral y, no dependen del estamento jurídico, sino que
conciernen al fuero interno, a la apreciación del alma del ser humano; a esa
ley que está escrita en los corazones de los hombres y les da la capacidad de
discernir, de distinguir entre lo virtuoso y lo incorrecto.
El
comportamiento del ser humano es dirigido, inspirado u orientado de acuerdo a
los valores que posee. Todos nos inclinaremos hacia una actitud o
comportamiento en base a nuestras preferencias, que a su vez están determinadas
por el aprecio que le tenemos a esos conceptos o ideas denominadas valores. Y
más allá de su significación para el ser humano, las actitudes estarán
determinadas por el ánimo de espíritu, por la determinación del alma de actuar
conforme a lo que apreciamos como positivo, verdadero y según la bondad.
Los
valores, son principios que responden a las necesidades del ser humano, y
primordialmente a la necesidad de convivencia; de subsistir en los espacios
compartidos; a esa armónica interdependencia humana que permite el bienestar
colectivo. El conocimiento de los valores morales inspira en el hombre sueños e
ideales; y mientras las circunstancias son más adversas y el comportamiento
colectivo se aleja más de estos, si conocemos los valores, el alma anhela con
mayor fuerza la determinación del comportamiento a través de estas pautas o
principios; es decir, anhelamos la justicia porque carecemos de ella; la
honestidad porque es escasa; la verdad porque la mentira se ha institucionalizado;
la bondad porque el odio se siente en el ambiente.
Sin
embargo, para lograr una sociedad cuyo comportamiento esté determinado de
acuerdo a los valores, es necesaria una labor de enseñanza a través de la cual
seamos capaces de infundir en el ánimo de cada venezolano el aprecio por estos
valores. Es llevar cada concepto a una idea práctica; es contraponer el efecto
que causa el comportamiento determinado por un valor y su antítesis. Pero, no
podemos esperar que esta labor sea llevada a cabo por el Estado, que se está
desmoronando, sino que todos y cada uno en el lugar donde nos encontramos
debemos convertirnos en modeladores y multiplicadores de los valores. La
sociedad civil en sus diferentes expresiones, las instituciones públicas y
privadas, los medios de comunicación, los diferentes grupos religiosos, los
padres y educadores, los amigos; en fin, todos tenemos la irrenunciable tarea
de convertirnos en maestros de valores.
"Todo
lo que se puede contar no siempre cuenta; todo lo que cuenta no siempre se
puede contar". Albert Einstein
@RosaliaMorosB
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