domingo, 4 de marzo de 2012

JESÙS ALEXIS GONZÁLEZ: ECONOMÍA, EDUCACIÓN Y DESARROLLO. (SEGUNDA PARTE)

Un Plan Nacional de Desarrollo representa una visión estratégica de futuro, siendo por tanto una herramienta de gestión que busca promover el desarrollo social, elevar la calidad de vida de los ciudadanos y atender las necesidades básicas de la población, en un marco de un “Estado Solidario y Promotor” (distinto a Paternalista), que tenga como eje transversal potenciar las capacidades de la gente.
DESARROLLO SOSTENIBLE
A tenor de lo anterior, asumimos que el desarrollo económico en democracia debe tener como finalidad angular, la equidad social en respuesta a su vinculación con la educación, en procura de promover el pleno desarrollo de la personalidad  (toma de conciencia de su identidad), y la formación del capital humano. En tal sentido, toda política que se formule en función del desarrollo económico y social, debe contextualizarse a la luz del desarrollo humano (enseñanzas, aprendizajes y experiencias) fuerza generadora de la ampliación de oportunidades, hasta configurar lo que ciertos autores denominan la “trilogía del bienestar”: (A) Estabilidad política; (B) Crecimiento sustentable y (C) Políticas sociales propiciadoras de igualdad.
Específicamente, y en lo que atañe a  la educación como factor de desarrollo, ha de destacarse que una política educativa alcanzará su efecto dinamizador de ese desarrollo, siempre y cuando esté integrada a una política económica perfilada a la luz de un Plan Nacional de Desarrollo que “descubra” la sociedad que se quiere construir (modelo social), y donde la educación para el trabajo, la formación profesional, la formación ocupacional y el acceso de los trabajadores a la formación continua, sean pilares fundamentales. No admite argumento en contrario, la afirmación según la cual el nivel educativo del trabajador (medido por los años de escolaridad) aunado a su experiencia y antigüedad laboral, le facilita la capacidad para poder valorar y seleccionar entre variadas oportunidades de empleo de mayor responsabilidad, exigencias y remuneración en correspondencia positiva con dicho nivel educativo alcanzado.
Coherentemente con el argumento precedente, asumimos que en mucho la exclusión social y su vitrina más clara: la pobreza, es consecuencia fundamental del impedimento que presenta esta capa social para entrar a la modernidad, habida cuenta de sus limitaciones de conocimiento y de destrezas a la par de sus dificultades económicas que genera importantes índices de deserción, impidiendo en ambos casos su incorporación a la sociedad productiva; en el entendido que el progreso social es respuesta al impulso que deviene del sistema educativo, cuando, entre otros hechos, (a) eleva la productividad (competencias productivas); (b) mejora la distribución del ingreso (mayor equidad en la distribución de la renta); (c) multiplica la movilidad social (la fuerza laboral más educada se mueve horizontal y verticalmente hacia el mejoramiento de sus condiciones de vida); (d) refuerza la capacidad de las personas de ayudarse a sí mismas y en conjunto.
MODELO EDUCATIVO
Debe ser actividad permanente de los Planificadores (educativos, económicos y del desarrollo) vitalizar y mantener una interrelación del sistema educativo con el sector productivo, en aras de alcanzar pertinentes perfiles profesiográficos y ocupacionales, en estricta armonía con la formación integral del individuo en sociedad (crecer como persona); facilitando la ruptura plena de la denominada aristocracia de la inteligencia.
En fin, ese andar exitoso por el sendero hacia el ansiado desarrollo económico y social de Venezuela, será posible en la medida que se establezcan claramente los fines de la educación (objetivos viables), se defina cual tipo de personas  queremos formar, y para cual tipo de sociedad.
Sea oportuna una reflexión complementaria: a mayor nivel de formación del empresario (educación, valores, actitudes y experiencia), mayor será la  eficiencia, rendimiento y responsabilidad social de la empresa.
Resulta de Perogrullo resaltar, que la educación por sí sola no puede solucionar los problemas que afectan la sociedad desde su perspectiva social, económica y política; aún cuando es innegable que es una de las variables con mayor influencia sobre el progreso individual y social. Es así, que el crecimiento  económico se cuantifica como la tasa positiva de variación del Producto Interno Bruto (PIB), en el entendido que este indicador no considera la distribución de los beneficios de tal crecimiento; ante dicha realidad,se desprende, que una participación más equitativa se hace viable mediante la educación en su papel formador del capital humano (con destacadas habilidades y capacidades productivas), al facilitar la movilidad social como consecuencia de una mejor distribución de la renta nacional.
Ha de quedar suficientemente claro, que la formación de recursos humanos no es específicamente el aumento del número de trabajadores ajenos al interés de la sociedad u opuestos a las aspiraciones humanas, sino la diversificación de sus calidades sobre las bases coherentes de una política y de una planificación que responda a los requerimientos actuales y futuros de nuestra sociedad, en correspondencia a una elevación de la capacidad productiva tanto del trabajo como del capital.
Jesús Alexis González
observatorio2012@gmail.com

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