Venezuela resulta ser un caso paradójico por cuanto lejos de avanzar en el contexto del desarrollo económico y social que engloba la dinámica política internacional, desperdicia recursos y esfuerzos por lo que se ha reducido en términos de sus aducidas potencialidades y demostradas capacidades.
No es que por
cultivar anhelos de democracia, pretenda vivirse sin los enredos o
complicaciones que se interponen en la
senda de conducción de todo país. Por el contrario, las dificultades son
necesarias pues sus efectos aleccionan. Naturalmente, es así si hay conciencia
de sus implicaciones y sentido de las realidades ante la cual inciden. Razón
tuvo el escritor escocés Samuel Smiles, al señalar que “el éxito resulta de la
lucha contra los obstáculos pues sin obstáculos no hay verdadero éxito”.
Sin embargo el
relativismo, entendido como el ámbito dialógico bajo el cual se discuten las
verdades que encaminan el desarrollo humano y frente a la cual sucumben o se
encumbran los hechos sociales o políticos, determina la posibilidad de
retrasarse o adelantarse a la historia. O también, de inmovilizarse.
Justamente, en medio del fragor de esta situación, Venezuela resulta ser un
caso paradójico por cuanto lejos de avanzar en el contexto del desarrollo
económico y social que engloba la dinámica política internacional, desperdicia
recursos y esfuerzos por lo que se ha reducido en términos de sus aducidas
potencialidades y demostradas capacidades. Los indicadores manejados desde la
teoría geopolítica y de planificación del desarrollo social y tecnológico, revelan
crasas desviaciones de la ruta del crecimiento económico y afianzamiento
político de Venezuela.
Así puede advertirse
los inconvenientes que, además de recurrentes, son contradictorios no sólo del
discurso político pronunciado por personajes del alto gobierno. Igualmente, son
la antípoda de las esperanzas de una nación que, figurativamente, detenta
ventajas comparativas y competitivas desaprovechadas por un gobierno
entretenido por perversos juegos de poder. Por consiguiente, las realidades
muestran un país profundamente enmarañado. Tanto, que ha venido involucionando
en la esfera de su economía. Aunque peor aún resultan ser sus prácticas de odio
y revanchismo político adelantadas mediante el abuso de gobernantes aturdidos
por el aplauso de hordas de fanáticos amparados por la impunidad desde la cual
se permiten cometer serios barbarismos atentatorios de fundamentales preceptos
constitucionales.
La agenda del día a
día da cuenta del angustioso devenir político, económico y social que
caracteriza la movilidad venezolana. Desde las arbitrarias transgresiones a la
propia Constitución de la República, cuya letra luce muerta ante las
disposiciones presidenciales propias de imposiciones militaristas, pasando por
el alarde de un discurso destructivo reñido con valores de venezolanidad, hasta
las arremetidas de fogosos camaradas vestidos a lo “diablo rojo” demostrando su
incultura, insolencia e intransigencia con improperios y grotescas actitudes,
caracterizan el discurrir nacional que ocupan titulares y secciones de prensa o
notas que corren velozmente por las redes sociales. La situación se torna más
crítica cuando nadie en el Poder Público Nacional, sea del Ejecutivo,
Legislativo, Judicial o del Poder Moral osa invocar la Constitución para hacer
prevalecer la legalidad y cumplimiento de su espíritu y doctrina.
Parecieran desconocer
que cuando el ejercicio del poder público se hace con indolencia, abuso o
desviación del poder, acarrea tal grado de responsabilidad individual que es
objeto de la debida penalidad toda vez que contraviene los principios que
fundamentan la Constitución. Tal torpeza o negligencia serán las razones que
provocarán el fin de este régimen, Más, cuando tan conspicuos gobernantes
convirtieron a Venezuela en un país convulsionado. Por no decir revuelto,
enredado, y hasta desmedrado.
VENTANA DE PAPEL
DECAE CALIDAD DE VIDA
FEMENINA
El Censo 2011, arrojó
entre otros datos importantes que el 50,3% de la población es femenina y el 39%
de los hogares en el territorio nacional dependen de una mujer. Sin embargo, el
país que reporta la tasa más alta de embarazo precoz en América del Sur, ahora
estimulado por el gobierno a través de un subsidio por niño nacido lo cual
revela un problema que algunos sociólogos llaman: la feminización de la pobreza.
O sea que la mayoría de los pobres en el país, son mujeres. Esto deja ver una
brecha profunda entre la imagen de un país cuyo régimen busca exaltarla con su
perorata socialista, y la de una nación repleta de problemas que afectan la
calidad de vida de la mujer venezolana. Además que muchas viven solas y sobre
ellas descansa la economía familiar mientras ganan menores salarios en
comparación con los del hombre. Aún en sectores profesionales desempeñándose
con mejores niveles educacionales.
No obstante, su
condición económica sigue viéndose menguada a pesar de la tan cacareada
igualdad de género aludida constitucionalmente (Artículo 21). A pesar de la
existencia de leyes que supuestamente reivindican el papel de la mujer, no se
cuenta con políticas públicas que pongan en práctica la respectiva normativa.
Venezuela ha sido catalogada como uno de los países con mayor incidencia (Nivel
2) en problemas de tráfico de niños, prostitución infantil y trata de blancas.
Esto hace advertir que el desarrollo de la ciudadanía es bastante precario
originándose una falta de exigencias de importantes derechos básicos que
apuntan a mejorar la calidad de vida de la mujer.
Poco se conoce una
ley que, desde 1993, plantea la igualdad de oportunidades como praxis de vida
social. O aquellas leyes que desde entonces tocan el tratamiento y eliminación
de la violencia en Venezuela. Ni siquiera en las instituciones públicas
encargadas de dichos problemas pues sus funcionarios se ocupan de hacer
proselitismo y alabar la figura del Jefe del Estado. No hay duda de que ha
decaído la calidad de vida de la mujer.
DEL EJERCICIO
PROFESIONAL
Criticar el ejercicio
profesional de un oficio, puede convertirse en un arma de “doble filo”. Por un
lado, su acepción puede leerse desde la óptica que exige la capacitación que
otorga el título proporcionado por universidades oficiales o privadas
reconocidas por el Estado. Pero también, puede interpretarse desde la
perspectiva de la remuneración obtenida en virtud del valor que no sólo la
persona pueda agregarle al trabajo en cuestión, sino además de los valores que
pueda exhortar a través del trabajo realizado.
De ahí que no es
fácil. Por el contrario, la crítica puede devenir en un error conceptual.
Inclusive, en un contrasentido epistemológico debido al ligero manejo de
consideraciones que llevan a jugar con el concepto desde una posición
dogmática. Aunque lo anterior lleva a posturas encontradas, puede hablarse de
que el manejo del conocimiento es de entera libertad siempre y cuando quien lo
realice no sobrepase la limitación legal en cuanto al hecho público de avalar
lo realizado mediante firma que sólo corresponde a la persona autorizada por
ley.
Cualquier individuo
provisto del conocimiento adecuado, puede opinar o aportar su colaboración en
torno al tema o situación de su interés. Esto quiere decir que expresar una
opinión de contenido jurídico, por ejemplo, no debe verse como violación del
ejercicio profesional del abogado. Más aún, la comunicación es un derecho
asociado con la libertad de expresión, de opinión, de pensamiento y de
información, que la naturaleza política y humana le otorga a toda persona para
socializar y asirse de los elementos necesarios que le han de permitir la
construcción de su mundo particular. La credibilidad no la pauta un título
universitario. Tampoco la veracidad ni la objetividad. No se trata de ver al
mundo por el reducto de un orificio, sino a través de la confianza que anima
quien mejor sabe llevar la palabra a quien realmente la espera.
¿INVOCACIÓN O
CONVOCATORIA ELECTORAL?
A pesar de que el
gobierno regional merideño convocó este viernes a una marcha “de amor por
Chávez”, con la pretensión de invocar por su salud, el resultado fue otro. Lo
que se vio fue una marcha donde el jolgorio, el bullicio y el jaleo fueron las
razones que caracterizaron dicho momento. Desde un helicóptero sobrevolando la
concentración, camionetas con estridente música tropical, motorizados con
ínfulas de bravucones, alusiones de mal gusto, hasta gente con cerveza en mano,
fueron los elementos que distinguieron la congregación de seguidores del
gobierno, fanáticos, funcionarios conminados con la estabilidad de sus cargos y
curiosos.
En ningún momento se
escucharon plegarias invocando por la salud del presidente del PSUV. La
confusión fue de tal tamaño, que aquella marcha sirvió no sólo para trancar la
Ciudad de los Caballeros. Igualmente se prestó para clamar los votos que
necesitaría la reelección del comandante-candidato el próximo 7 Octubre.
Si la intención fue
la de rogar por la salud presidencial, entonces quedaron mal parados ante la
necesidad que ahora vive el comandante pues las oraciones fueron cambiadas por
gritos y rumba barata. Al final, nada logró dicha marcha. Todo fue bulla y
recursos gubernamentales despilfarrados.
amonagas@cantv.net
@ajmonagas
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