PACIANO JOSÉ PADRÓN VALLADARES: “KAKISTOCACOCRACIA” COMUNISTA

Kakistocracia, Gobierno de los peores.  Cacocracia, Gobierno de cacos y corruptos.  ¿Cuál término califica mejor al moribundo actual régimen venezolano: Gobierno de los peores o Gobierno de los corruptos?  Quizás ninguno de estos dos vocablos per sé lo expresa plenamente; inventemos un injerto, algo así como “kakistocacocracia”.  Este es el régimen más ineficiente y corrupto de los muy malos que hemos tenido.  Los viejos problemas se agravan, surgen nuevos, todo se improvisa y el patrimonio público parece pila de agua bendita, donde todos meten la mano.

         Reflexiones semejantes escribí en 2004, hace ya ocho años, pero no mejora el enfermo. Hoy tenemos más kakistocracia y más cacocracia, más improvisaciones y pérdida de oportunidades, peor disposición de los recursos públicos. El Presidente Chávez pretende aun más, quiere quitarnos la esperanza. No lo logrará, menos aun ahora, luego del 12-F. Vamos de frente y con todo hacia el 7 de octubre. Capriles Radonski, el abanderado, marca el paso, va adelante.

         ¿Podría cambiar la ineficiencia y corrupción del régimen?  Sí, pero no hay voluntad de hacerlo.  El Presidente habla de profundizar la revolución, de generar una revolución en la revolución, sugiriendo la idea de cambios en el camino; no obstante, el Gobierno es cada vez más sordo y ciego, no escucha alertas ni ve errores. No imagino al PSUV haciendo lo que el Partido Comunista Chino hiciera hace ya algún tiempo, decidir: “tenemos que desarrollar un sentido más profundo de la crítica... el Comité Central está consciente de la corrupción en el seno del partido... numerosos responsables del partido y del Gobierno se han enriquecido durante las dos últimas décadas”.  En Venezuela ocurre exactamente lo mismo, la cúpula podrida del régimen y los boliburgueses se apropian de todo; no hay autocrítica, menos aun rectificación.

         El Gobierno de los peores, se manifiesta por todas partes.  La economía está hecha un desastre, la inflación ahoga los salarios y el desempleo bate olas. Los servicios públicos no sirven -luego no son servicios- mientras la vivienda es hoy bandera de demagogia, y la delincuencia es una pesadilla.

         

         Los autócratas se enriquecen hasta lo impensable en todas partes del mundo, así ha sido siempre; se hacen multimillonarios al igual que su entorno, no les falta nada que pueda comprarse con dinero. Todos los amigotes de Chávez, esos autócratas a quienes llama hermanos, son unos grandes ladrones, se enriquecieron hasta donde les dio la gana, el déspota Gadafi (Libia), el asesino Mugabe (Zimbabwe),  el verdugo Bashar el Asad (Siria), el dictador Ahmadineyad (Irán) y hasta otros más cercanos como el baboso Ortega (Nicaragua) o quien se presenta como humilde indiecito boliviano, el multimillonario Morales. No voy a reiterar lo que se conoce de la riqueza material de la familia Chávez.

       

         Los de corrupción son delitos de lesa humanidad, porque la víctima es toda la sociedad, y la consecuencia es mayor pobreza.  Desgraciado el pueblo que se ve sometido a la ineficacia y corrupción de sus gobernantes.  Si hay gente buena, allá está Capriles Radonski, entre muchos otros, ¿por qué no se les deja servir según la meritocracia?  Es nuestra culpa haber dejado avanzar tanto al autócrata. El 7 de octubre -si nos da la gana y hacemos lo que hay que hacer- revertimos la situación, cambiamos kakistocracia y cacocracia por gobierno de los mejores. Es la hora.

E-Mail: pacianopadron@gmail.com

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