miércoles, 22 de febrero de 2012

ANDRÉS SIMÓN MORENO ARRECHE: THE LORD OF THE INSULTS

Lo que sigue es el resumen del más prolongado largometraje político de la modernidad reciente en Suramérica.  La historia se desarrolla en las postrimerías de la Tercera Edad del Petróleo en la República de Venezuela, un lugar auténtico poblado por hombres demócratas y otras razas antropomorfas como los chavistas, los comunistas o los conchupantes, así como por muchas otras criaturas reales y fantásticas. El prolongadísimo largometraje (lleva 13 años de exposición mediática) narra el accidentado viaje de los habitantes demócratas de un ex país conocido anteriormente como Venezuela, ahora liderado por un joven y decidido demócrata, para destruir el Anillo Único y la consiguiente guerra comunista que provocarán las hordas antropomorfas para recuperarlo, ya que es la principal fuente de poder de su creador, el Señor oscuro Hugón, también conocido como El Señor de los Insultos.
Sí bien El Señor de los Insultos fue concebida inicialmente como una continuación de la saga social La Democracia, argumentalmente lo es de otros dos filmes anteriores: Mein Kampf, película de horror que relata los acontecimientos de los Días Antiguos y en la que se construye toda la trama del El Holocastum que creó A. Hitler, y The Covenant, monumental obra cinematográfica de James A Michener, recreada en el asombroso paisaje de África del Sur, que relata  las desventuras de los san, una tribu de gentes menudas y piel oscura que se enfrentaron con los europeos holandeses asentados en el Cabo de Buena Esperanza, enfrentamiento que luego daría paso The apartheid, el único aspecto argumental que une a este filme con El Señor de los Insultos.

Para asimilar la significación política y social de The Lord of the Insults el lector debe conocer el ciclo de las Edades del Petróleo, ciclo que en cierto modo justifica el filme, pero sobre otras consideraciones lo ubica dentro de un contexto  sociopolítico real. La Primera Edad del Petróleo es la edad de las exploraciones, saga fundacional que culmina con el capítulo de Las Reliquias de La Petrolia del Táchira, mientras que la Segunda Edad del Petróleo es la del ascenso de los númenors de Wall Street y su posterior caída, pero también es la de la construcción de una cultura netamente humana (con sus limitaciones) en una tierra permanentemente amenazada por el mal de Däs Kapital. Por eso, en la Tercera Edad del Petróleo, esa cultura se va adueñando de la Tierra Media y la transforma en un lugar donde, una vez vencido el mal, los hombres encuentran su verdadera dimensión.
El Señor de los Insultos es una cruda y terrible metáfora que implica la culminación de un largo proceso que da origen a la democracia actual en este ex país, el mismo que hace 13 años fuera conocido como República de Venezuela. Una metáfora con toda su carga mítica pero también histórica: La creación de la democracia durante 40 años; la implantación del mal como modelo de dominación absoluto y su continuidad a través de las edades; luego relata la lucha de los políticos y su alianza con los ciudadanos por conservar La Tierra Media, la derrota del primer Señor oscuro y el posterior surgimiento de Hugón con el ascenso y caída de los númenors de Wall Street. También relata la construcción de los Anillos de Poder G2, la instalación de los reinos socialistas en la Tierra Media y, finalmente, la derrota del Señor oscuro Hugón.
Esta colosal historia está plasmada en The Lord of the Insults, dramático filme realizado en formato de realty-show en un contexto que sustenta la épica de un proceso histórico-mítico que es nodal y significativo porque en la obra se aprecia cómo aparece el Anillo Único entre los demócratas venezolanos: como una inocente historia para incautos, aunque fundada en el legendarium, la mítica leyenda según la cual sólo los soldados legionarios poseían la fuerza y el conocimiento para actuar con pureza administrativa, un  mito que se convierte en el elemento desencadenante del fin de la Tercera Edad del Petróleo. Si bien se concibió The Lord of the Insults como una sola historia, el filme ha sido dividido en tres partes, por motivos históricos: La Comunidad del Orco de las tres raíces, El retorno de la Sombra, y El Señor de los Insultos.
Quienes se sientan tentados por recrear en sus países esta apasionante aunque cruelísima saga, solo deben solicitar se les redacte la novela y la adaptación cinematográficas al productor general y único poseedor de las licencias de comercialización y la patente de propiedad intelectual: Fidel Castro Ruz.

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