jueves, 16 de febrero de 2012

CHARITO ROJAS: 3 MILLONES DE MAJUNCHES

La sorpresa ante los más de tres millones de opositores que votaron en las primarias el domingo 12 de febrero, los sentó de c… La avalancha humana que con decisión y alegría hizo una jornada ejemplar de democracia pacífica, disparó las alarmas del oficialismo, que hasta ese momento se burlaba de esta iniciativa unitaria, llamándolos ofensivamente “los majunches”.
Hasta intentaron una maniobra en el TSJ para hacerse con los cuadernos, no solo para comprobar con sus propios ojos tan terrorífico número de votantes sino que se sospecha de la mala intención de una nueva lista Tascón. Afortunadamente, la MUD había honrado la palabra dada de quemar los cuadernos electorales a las 48 horas y proteger así la identidad de los votantes.
Hacía apenas una semana, el director chavista del diario Últimas Noticias, Eleazar Díaz Rangel, hacía un sesudo análisis según el cual era improbable que participaran en las primarias más de un millón de votantes. El iluminado encuestador Jesse Chacón fue aún más osado y predijo que si la oposición no llegaba a dos millones y medio de votos, jamás podría ganar las presidenciales en octubre. Otros, como el presidente Chávez y el sicario del 8 hasta auguraron que no habría primarias.
La sorpresa no fue porque ganara Capriles Radonski, pues era improbable que todas las encuestas se equivocaran en la proyección triunfadora de un candidato que salió tempranamente a la calle con muchos puntos a su favor. El estupor de los rojos fue por esos más de 3 millones de votos, cifra que no ha alcanzado ni remotamente el Psuv en ningún proceso interno, pese a que declaran tener 7 millones de inscritos.
Las colas en centros de votación tradicionalmente rojos, la espera de horas en los centros del interior, el ejemplo que dieron ancianos y discapacitados de vencer su limitación para votar masivamente, la presencia de muchos jóvenes que entendieron la importancia de su participación, no pudieron manejarla coherentemente.
Para morirse de la risa las cuentas de los dos PHD en matemáticas de la cloaca del 8, diciendo que la oposición se había hecho fraude a sí misma, porque según sus sabios cálculos, era imposible que hubiesen votado 3 millones de personas, en 3 minutos cada una, con tal número de máquinas. Sin darse cuenta de que estaban enredando en el supuesto fraude al CNE, que fue quien recabo, transmitió y totalizó tal número de votos y le entregó los resultados a la Comisión Electoral de la MUD.
Esta fanática teoría de fraude se cae con los datos que se pueden obtener en la misma página del CNE. Según el órgano comicial, estos son los tiempos de votación promedio de los electores venezolanos en las cuatro últimas elecciones. Presidenciales 2006: 36 segundos. Referéndum 2007: 26,4 segundos. Referéndum 2009: 33,3 segundos. Parlamentarias 2010: 30,9 segundos. El tiempo promedio en estas primarias de la oposición por elector fue de 39 segundos, lo cual indica la holgura con que ejercieron su voto más de 3 millones de venezolanos opositores.
Esta cifra supera a la de cualquier otra primaria nacional o internacional. Recientemente en Francia, en unas primarias donde tenían derecho a votar 56 millones de electores, votaron dos millones y medio. Difícilmente un proceso considerado interno de un partido o de un sector, alcance más del 10% del padrón electoral, por lo cual la previsión más optimista en estas primarias a duras penas llegaba al millón y medio de votantes. Pero los venezolanos demostraron que cuando les interesa algo, van adelante y, además, dan la cara.
Y esto es lo que asustó al régimen al punto que hasta Diosdado Cabello salió a decir que habría que comprobar ese número de votos. ¿Pero cuál es el problema del Presidente de la Asamblea Nacional con ese conteo, si esto es solo la elección interna de un grupo de majunches opositores?
Hasta Tibisay Lucena tuvo que salir a defender su parte, porque su propio bando, por atacar a la oposición, ponía en entredicho al CNE. Ella declaró que certificaban la transparencia de los resultados, aunque para no pelear con los suyos dijo que el CNE no había manejado los cuadernos electorales. De paso, aprovecho para alabar su queso, perdón, su organismo, diciendo que había intervenido pulcramente en estas primarias, igual que lo habían hecho en todas las elecciones anteriores. Así que hasta el CNE salió ganado en estas primarias.
La oposición democrática está feliz por su demostración de fuerza. Ahora viene la segunda parte, que es la demostración de unidad: Cerrar filas, unos más gustosos que otros, sobre un candidato ciertamente conciliador que tiene opiniones claras acerca de lo que quiere hacer. Henrique Capriles Radonski tiene un equipo asesor de lujo en los precandidatos que no ganaron la contienda y a quienes de ninguna manera se puede calificar de perdedores.
Pablo Pérez fue un honorable contendor, con sus hándicaps de haber salido tarde a la contienda, sin posicionamiento nacional, apadrinado por un cuestionado Manuel Rosales y apoyado por los partidos políticos que parte de la población rechaza. Demostró tener garra, cercanía con el pueblo, fuerza de palabra. Ganó en el Zulia con el 80% de los votos, lo cual ratifica su rotundo liderazgo. El recibimiento jubiloso que le hicieron en Maracaibo y el gran trabajo que realizó, obligarán a su partido Un Nuevo Tiempo a apoyarle para la reelección en la Gobernación, manteniendo a Eveling de Rosales en la Alcaldía de Maracaibo. Rectificar es de sabios.
La votación de María Corina Machado, así como la de Diego Arria, sin duda no coincide con los índices de apoyo y aceptación del mensaje de ambos, aclamados como certeros. María Corina hizo la campaña más exhaustiva, sin descansar un segundo, hablando y convenciendo en todos los niveles, tomando la bandera de la defensa de la propiedad privada y el derecho a la seguridad. Promoción de los valores y una valentía que la llevó a enfrentar cara a cara al Presidente, nos permite asegurar que aunque los electores consideraron que éste no era su momento, María Corina Machado penetró con su mensaje y su arrojo.
Ella tiene proyección a futuro y no será este año, pero ha jugado duro como para aspirar con méritos a portar la banda presidencial en un futuro no tan lejano.
El aporte de Diego Arria ha sido inestimable: No le importó ser políticamente incorrecto, ni que le tildaran de radical. Ha llamado al régimen y a sus acciones por su nombre exacto. A Arria, más que ganar una candidatura, le interesaba llevar su mensaje. Es un gran vocero internacional de la oposición, su experiencia y contactos deben ser aprovechados al máximo por el frente unitario, tanto en la campaña como en un futuro gobierno.
Nadie se explicaba qué hacia Pablo Medina en esta contienda ni por qué la Comisión Electoral de la MUD lo había aceptado, incluso se sospecha que sin pagar la cuota electoral que cancelaron los otros candidatos para financiar las primarias. Pero Medina es el único de los precandidatos que proviene de la clase trabajadora, que habla por ellos, que tiene conocimiento y experiencia de la historia política del país, que emite siempre un mensaje arrojado e información privilegiada. Será otro de los libros en los cuales deberá leer y aprender la Unidad.
La oposición ya tiene un líder, es el más joven de los candidatos, apenas habrá cumplido los 40 años para el 7 de octubre. Pero Henrique Capriles, el más joven Presidente que haya tenido la Cámara de Diputados, a los 28 años, exhibe una vasta experiencia política en cargos de elección: Diputado, alcalde, gobernador. Todo el trazado del mapa previo a la Presidencia del República. Su estilo claro, directo, alejado de la ofensa y la confrontación, puede ser escuchado por todos. Dice que su partido es Venezuela, que aboga por la inclusión, por la educación, que quiere arreglar escuelas y hospitales, que no le gusta hacer promesas.
En ocho meses de campaña, Henrique Capriles Radonski está obligado a demostrar a los seguidores del chavismo que sí hay un camino mejor. Y la oposición está obligada a permanecer tan unida como hasta ahora, a asumir las propuestas de la MUD como propias, a caminar juntos hacia el mismo objetivo que tiene dos etapas: Derrotar a Hugo Chávez el 7 de octubre y hacer el gobierno democrático y justo que Venezuela merece.
Ya la campaña sucia de difamación contra el candidato presidencial opositor comenzó, por parte de los mismos que calificaban de escuálidos y majunches a los aspirantes unitarios y a sus seguidores. Esta historia está demostrando quienes son los majunches, así que a no darles carne a los leones. Matarlos de hambre con voto parejo es la orden.
Twitter:@charitorojas

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