miércoles, 11 de enero de 2012

VLADIMIRO MUJICA: FUENTEOVEJUNA

“Hay que unirse no para estar juntos,sino para hacer algo juntos”.   Charles Louis Secondat (Montesquieu)
Es necesario construir un Movimiento de los Indignados que encuentre expresión en las primarias opositoras. Mucho más importante que analizar quién sale favorecido es pensar cuál es la estrategia ganadora frente al chavismo
El movimiento de los indignados en España y sus ecos en otras partes del mundo, como por ejemplo Occupy Wall Street en los Estados Unidos, ha generado muchas reflexiones acerca de las disfuncionalidad de las democracias occidentales para procesar el malestar que en su interior despierta lo que la gente percibe como debilidades del liderazgo.
De paso por Madrid, me tomé el tiempo para leer algunos de los manifiestos de los indignados y me encontré no solamente con un malestar que se abría como un abanico acerca de cómo se conducía España, sino también, algo muy perturbador, con una protuberante ausencia de propuestas. Los indignados simplemente expresaban su malestar y pedían cambio.
La presencia de grupos que se articulan y comunican a través de las redes sociales y que se organizan al margen de los partidos políticos convencionales presenta, simultáneamente, un riesgo importante de generar desorden y caos y también una oportunidad para inducir transformaciones en sociedades y liderazgos que se han hecho sordos frente a los reclamos de la gente. En el caso de Venezuela, el potencial de generación de cambio del movimiento de los indignados está aún por explorarse.
La primera condición importante es conectar a los indignados entre ellos, crear espíritu de cuerpo que genere reacciones que se extiendan más allá de las fronteras de los grupos individuales de agraviados. Los obreros de Guayana, los sin casa, los universitarios, los desplazados de los barrios, los padres de los miles de jóvenes asesinados cada año, los perseguidos políticos, los desempleados, los ruleteados en los hospitales, en fin, todos los que tienen agravios contra los 12 años del gobierno de Hugo Chávez. Una especie de Fuenteovejuna de los indignados, el problema de uno es el de todos.
La oposición tiene una oportunidad muy importante para promover la conversión de la indignación y la protesta en una causa política viable.
Las elecciones primarias pueden convertirse en el punto de encuentro del descontento y la frustración. Pero para ello es indispensable que todos los precandidatos, la propia MUD y la sociedad civil que están promoviendo las primarias dejen de ver el evento como un acto endogámico de la oposición y empujen hacia transformarlo en un acto masivo.
La visión de que las primarias se ganan con el voto duro de la oposición es cierta solamente si se las percibe como un acto confinado al universo de la oposición más radical. Bajo esas condiciones, que podríamos llamar de primarias con foco restringido, los candidatos que más posibilidades tienen de alzarse con la victoria son Pablo Pérez y Henrique Capriles Radonski, quienes indudablemente tienen el apoyo más importante de lo que se ha ido recomponiendo de las maquinarias partidistas. En ese mismo esquema, quienes están menos favorecidos en esta versión de las primarias son, en orden alfabético, Diego Arria, Leopoldo López, María Corina Machado y Pablo Medina.
UN SOLO CANDIDATO
TARJETA UNICA
PROGRAMA CONSENSUADO
Pero mucho más importante que analizar quién sale favorecido en un esquema de primarias de participación amplia o restringida, es la interrogante acerca de cuál es la estrategia ganadora frente al chavismo. Yo tengo para mí que el valor esencial del candidato ganador de las primarias es la unidad, al margen de que los seis precandidatos merecen mi confianza como individuos. Pero lo que verdaderamente nos puede permitir dar el salto hacia el resto del país, es la oferta de una utopía nueva, un cambio, que permita la reunificación y la reconciliación de los venezolanos.
El Fuenteovejuna de los Indignados, por ponerle un nombre como cualquier otro pero que tiene poderosas resonancias en nuestra tradición como pueblo, puede convertirse en una acción colectiva que unifique el descontento y le dé un norte, un primer gran punto de convergencia en las primarias. Unas elecciones no sólo para seleccionador al abanderado de la unidad nacional sino para se reconozcan todos los que tienen motivos de agravio contra el autoritarismo, incluyendo especialmente a los descontentos del chavismo.
Llegar seis candidatos y salir uno que represente la voluntad de cambio del país es el objetivo obvio y fundamental de las primarias. Pero el verdadero objetivo es la sustitución democrática y por mandato popular del gobierno de Hugo Chávez. Como esto es posible, entonces la mejor estrategia es la que nos prepara para ganar.
Hacer que converjan el descontento y la política sigue siendo una asignatura pendiente de la oposición que el "Todos a una" de Fuenteovejuna puede contribuir a remediar.
vladimiromujica@gmail.com
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